Diario de guerra
Dror Mishani, escritor: "Ahora los israelíes ya no hablan de coexistencia, tal vez sabiendo que lo que hemos hecho desde el 7 de octubre en Gaza es imperdonable"
Mishani, popular autor de novela negra en Israel, publica un diario de guerra que empezó a escribir tras los ataques del 7 de octubre, 'Habitación sin vistas' (Anagrama)

El escritor Dror Mishani. / EPC


Leticia Blanco
Leticia BlancoCoordinadora de Cultura y Ocio
Periodista de la sección de cultura. He trabajado en El Mundo, donde coordiné durante una década el suplemento de cultura emergente Tendències.
El 7 de octubre de 2023 el escritor israelí Dror Mishani estaba en un festival de Toulouse cuando su móvil empezó a echar humo. Rápidamente supo que algo no iba bien. Los ataques de Hamás y el genocidio en Gaza le provocaron “espanto” a este popular autor israelí de novela negra, que empezó a escribir un diario de guerra desde Tel Aviv. Publicado originalmente en el semanario suizo ‘Das Magazin’ y muy crítico con el gobierno y ejército (Mishani, de familia de militares, fue objetor), ahora ve la luz bajo el título ‘Habitación sin vistas’ (Anagrama). En unas semanas también se publicará en Israel.
¿Qué le parecen los planes de Trump para construir una Riviera estilo Mar-a-Lago en la franja de Gaza?
Estos últimos días han sido aterradores. Algunos dicen que es una idea ridícula y que nunca se cumplirá porque es imposible transferir a dos millones de personas contra su voluntad. El problema es que, incluso siendo una idea ridícula, da sueños e ilusiones a los extremistas. Aunque Trump se retracte, la idea ya ha sido legitimada en cierto modo. Lo más importante es que hay muy pocas voces en Israel que digan no solo que no es posible, sino que no es moral. Esta tierra pertenece a ambos pueblos, desarraigar a uno de ellos sería un terrible error. Si se habla de deportar a los palestinos, ¿por qué no hacer lo mismo con los israelíes? Tendrá consecuencias catastróficas. Ningún líder ha hablado de deportar a millones de personas desde la Segunda Guerra Mundial. Y ya sabemos cómo terminó eso hace 80 años.
¿Cree que publicar este diario le hará perder lectores?
Me preocupa que el libro se publique dentro de una semanas en Israel. También saldrá en Francia, así que probablemente me escaparé París. Hasta ahora solo he publicado novelas y este es un libro muy íntimo, sin el escudo de la ficción. Mi familia, mis amigos, mis pensamientos y mis sueños están ahí. En Israel hay ahora mismo una inclinación hacia ideas nacionalistas y de derechas, no es fácil identificarse con un izquierdista o un activista por la paz. No es fácil expresar empatía con los palestinos. El diario en el que escribo, Haaretz, lo hace, critica al ejército y el gobierno. Pero es difícil. Mis libros han sido muy populares en Israel hasta hoy. Entiendo que algunos lectores se molestarán.
¿Por qué no hay más gente crítica en Israel con lo que está sucediendo en Gaza?
Somos una sociedad traumatizada. Sólo han pasado 80 años desde el Holocausto, psicológicamente no es mucho. Israel es una sociedad construida sobre la pérdida y el miedo y ha reaccionado a los hechos del 7 de octubre con el trauma de hace 80 años. Cuando los cazas F16 del ejército lanzan bombas sobre Gaza es como si los pilotos estuvieran arrojando bombas sobre Auschwitz. Después de los ataques del 7 de octubre, los israelíes pensaron: estamos otra vez en Odessa en 1904, en el progromo de Kishinev, en el Berlín de 1938, volvemos a 1941. Eso explica la reacción. No la justifica. Tener un trauma no justifica causar traumas a otras sociedades que te rodean.
¿Cuando empezó la guerra se imaginó que acabaría así?
Lamentablemente lo que se ha hecho en Gaza desde el 7 de octubre es mucho peor de lo que podría haber imaginado. Ahora los israelíes ya no hablan de coexistencia, sino de transferir a millones de palestinos a un lugar diferente, tal vez sabiendo que lo que hemos hecho desde el 7 de octubre en Gaza es imperdonable. No sé cómo vamos a salir de este círculo de violencia y muerte. El único camino es darse cuenta de que matando al otro también nos estamos matando a nosotros mismos.
En el diario se pregunta qué sentido tiene la ficción en Israel tras la guerra, incluso quién leerá ahora novelas ambientadas antes del 7 de octubre, ¿ha encontrado una respuesta?
Sigue siendo una gran pregunta. Hasta hoy no he encontrado la manera correcta de describir la realidad que vivimos desde la ficción. Retomé una novela que empecé antes del 7 de octubre pero la forma y el significado han cambiado.
Tras los ataques de Hamás todos los escritores se pusieron a escribir discursos. A usted le pidieron un texto sobre una de las secuestradas pero no fue capaz. ¿Por qué?
Escribí un elogio sobre otra persona, un hombre que fue asesinado en el mismo kibutz. Es difícil escribir sobre alguien a quien no has conocido. Una de las preguntas que yo y otros escritores nos estamos haciendo en los últimos 15 meses es hasta qué punto tomas tu pluma y la pones al servicio de una causa mayor, de la agenda política de tu país.
Su hija de 16 años se pasó semanas viendo vídeos con imágenes de una violencia muy explícita de los ataques de Hamás. Su hijo de 15, en cambio, solo quería hablar del Manchester United, como si no hubiera pasado nada. ¿Cómo es ser padre de dos adolescentes en mitad de una guerra?
Tengo 49 años. Si no tuviera hijos me quedaría aquí y lucharía por lo que creo que es una solución justa al conflicto o una coexistencia igualitaria entre palestinos e israelíes. Si me pasa algo, ya he vivido una vida, he escrito unas cuantas novelas. O, por otro lado, podría simplemente irme, volver a París. Dejar este maldito lugar y a sus políticos fascistas. Pero cuando tienes hijos de 16 y 15 años no es tan fácil porque ellos tienen toda su vida aquí.
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