Literatura catalana

Andreu Claret evoca la Barcelona de los años 60 como símbolo de esperanza ante unos tiempos cada vez más oscuros

El escritor y periodista funde sus propias vivencias con la historia de la ciudad en 'La casa de les tres xemeneies'

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Andreu Claret presenta su nueva novela, 'La Casa de les Tres Xemeneies'

Andreu Claret presenta su nueva novela, 'La Casa de les Tres Xemeneies' / Zowy Voeten

David Morán

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Barcelona
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Andreu Claret (Ax-les-Thermes, Francia, 1946) ganó el Premi Ramon Llull de 2023 transformando en novela la vida de película de su padre, cofundador de ERC, gerente del circo Amarc y director de 'El Poble Català' y ahora, dos años después, toma el camino inverso para hacer algo parecido con la suya. Viaje de París a Barcelona, cambio y esperanza donde hubo guerra y exilio, y evocación novelada su llegada a la capital catalana a principios de los años 60. “Aún recuerdo como si fuera ayer cuando me bajé del tren en la Estació de França. Había unos edificios que podían recordar a París, pero luego todo era oscuridad y balcones derruidos”, explica el escritor y periodista.

Esa mirada entre asombrada y confundida (“por mi familia, yo tenía una imagen muy idealizada de Barcelona”, reconoce) es la que le ha prestado ahora al protagonista de ‘La casa de les tres xemeneies’ (Columna), un joven de 19 años hijo de exiliados republicanos que llega a la capital catalana en 1962. “Se parece un poco a mí, sí, aunque yo llegué aquí en el 64”, matiza Claret, nacido en el exilio y arribado a la capital catalana un año antes de empezar la universidad. 

BARCELONA 11/02/2025 Icult. Andreu Claret presenta su nueva novela, 'La Casa de les Tres Xemeneies' FOTO de ZOWY VOETEN

Andreu Claret presenta su nueva novela, 'La casa de les tres xemeneies' / Zowy Voeten

El autor de ‘El cònsol de Barcelona’ acabó viviendo en un piso de la calle Mandri, pero Ramon Cardona, protagonista de la novela, recala en un edificio del barrio de Poble-sec habitado por personajes que deliberadamente estereotipados: un portero que fue requeté; un camarero al que una paliza de la FAI deja en silla de ruedas; un travesti; una marido violento; una mujer culta y reservada “que representa la resistencia cultural ante el franquismo”… “Ramon llega a esta casa en la que no pasa nada y pone de relieve una serie de tensiones y contradicciones”, explica Claret.

Amor proscrito

En la faja y en la contraportada, algunas pistas. Barcelona, años 60, cambios sociales y culturales y la vida de barrio bajo la alargada sombra moral de la dictadura franquista. Para Claret, sin embargo, todo es mucho más sencillo. “La novela va de besos”, desliza. “Como era todo tan oscuro, me obsesionó ver a alguien dándose un beso en la calle, así que me subía al autobús 29 y veía a gente que salía del Apolo cogida de la mano. El Apolo es el sitio en el que millares de catalanes se han dado el primer beso”, rememora. "El amor estaba proscrito, pero siempre que ocurre esto, hay derivadas que desde el punto de vista sexual pueden tener su gracia", añade.

Como música de fondo, ese cambio social y cultural que empezaba a intuirse a través del nacimiento de entidades como Òmnium y de pequeños hitos como ‘La plaça del Diamant’, publicada ese mismo año. “Lo peor del franquismo era su presencia en la vida cotidiana de la gente. Era muy siniestro”, constata Claret, para quien ‘La casa de les tres xemeneies’ puede (y debe) ser leída como un canto a la esperanza “Quería narrar la Barcelona de los años 60 con los ojos de Ramon -apunta el autor-. Es una novela que quiere ser esperanzada. Al principio no lo era, porque la Barcelona que vi no iba a ningún sitio, pero durante los dos años que la he estado escribiendo, el mundo se ha oscurecido mucho, y eso me ha llevado a forzar la nota esperanzadora. Es un poco mi contribución para lidiar con todo lo que está pasando”, relata.

Lo peor del franquismo era su presencia en la vida cotidiana de la gente. Era muy siniestro

Con este echar la vista atrás que, desvela, empezó a cobrar forma sobre un mapa de la Barcelona de 1961 que compró en una librería de viejo, Claret también aboga por luchar contra la desmemoria en estos tiempos de velocidad y atropello constante. "A veces no sabemos ni qué pasó en los años 60 y realmente no ha pasado tanto tiempo, estamos hablando sólo de unas décadas", lamenta. 

Vecino durante años del barrio de Gràcia, Claret no había frecuentado demasiado el Poble-sec, pero tuvo claro desde el principio que era ahí donde debía ambientar la novela. “No hay nada como este barrio -asegura-. Es de esos lugares por los que no se pasa: tienes que ir. Y cuando entras, está lleno de lugares desconocidos. Yo sabía las cuatro cosas que sabemos todos: Sisa, Serrat… Pero vine, paseé mucho y vi que tenía dos ventajas: la proximidad de la Barcelona canalla, que le daba un poco de oxígeno a la novela, y la montaña de Montjuïc, que me permitía hablar de la Barcelona de las barracas”.

A pie de calle, el bullicio del Paral·lel y la cueva de los besos del desaparecido parque de atracciones que aún entonces sobrevivía en el Apolo se encargaron del resto. "Es una historia que hace tiempo que tenía en el cajón y que me ha parecido que era el momento de sacarla", relativiza Claret.

'La casa de les tres xemeneies'

Andreu Claret

Columna

402 páginas

21,90 euros