Estreno

Pere Arquillué: "'Un Déu salvatge' tiene más sentido hoy que cuando se estrenó por primera vez"

El actor interpreta y dirige la aplaudida obra de Yasmina Reza, un clásico contemporáneo que llega al Goya con una nueva producción y un reparto con Laura Aubert, Laura Conejero e Ivan Benet

Pere Arquillué (derecha), junto a Ivan Benet, Laura Aubert y Laura Conejero

Pere Arquillué (derecha), junto a Ivan Benet, Laura Aubert y Laura Conejero / Eli Don / ACN

Marta Cervera

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Dirigir una obra cuando, además, la interpretas no es nada fácil. Pere Arquillué ya lo sabía cuando se enfrentó a este reto por primera vez hace años. Ahora, con más experiencia, se ha vuelto a sumergir en este doble trabajo para llevar a escena 'Un Déu salvatge', de Yasmina Reza, que empieza funciones este sábado en el Teatre Goya para dar los últimos retoques antes del estreno la próxima semana.

Estrenada en 2007, la pieza se ha convertido en un clásico contemporáneo. Los temas que aborda resuenan cada vez más en una sociedad donde crece el individualismo y donde es poco frecuente ponerse en el lugar del otro. "Es una obra violenta pero llena de luz. En ella resuena lo que pasa en la calle y en la política. Tiene más sentido hoy que cuando se estrenó por primera vez", afirma Pere Arquillué, premiado actor que dirige esta nueva versión coproducida por Mola, Focus y Bitò. "La obra está más viva que nunca. Ha ganado enteros con los años en una sociedad donde la colectividad se diluye mientras crecen los individualismos y los egos".

Como 'Arte', otro famoso título de Reza que Arquillué interpretó en el mismo Teatre Goya, 'Un Deú salvatge' transcurre en un espacio único y en tiempo real. Su versión convierte esta comedia de bulevar en una propuesta diferente "que abre el debate al público". Cuenta con una nueva traducción del polifacético Pablo Macho -actualmente presenta en el Lliure 'Prosopopeya'- que traslada la obra a Barcelona y con una escenografía minimalista de Max Glaenzel: un decorado en blanco y cuatro sillas. El actor y director quiere que el público disfrute de los ácidos diálogos que mantienen dos parejas (Arquillué y Laura Aubert, e Ivan Benet y Laura Conejero) que se reúnen para hablar de un desagradable suceso protagonizado por sus hijos. Pero la pacífica reunión que planeaban los dos matrimonios acaba retratando la naturaleza humana con toda su violencia e hipocresía.

Esgrima verbal

"Esta obra es como un cuarteto de cámara y requiere una afinación muy especial", señala Arquillué, cuya versión va más allá de la comedia de situación para resaltar "la lengua y la palabra". Su objetivo es subrayar "la esgrima verbal" y hacer partícipe al público del gran juego que propone. "He intentado hacer los personales lo más reales, transparentes, directos y accesibles, siempre con un sentido del humor afilado".

"He intentado hacer los personales lo más reales, transparentes, directos y accesibles, siempre con un sentido del humor afilado"

Conejero destaca uno de los temas de la obra: "La dificultad de dialogar respetando la opinión de otras personas". Para ella, tiene mucho que ver con esos debates políticos donde se pierden las formas. Benet, que encarna a su marido, añade lo mucho que le resuena a él, por motivos personales, esta obra que habla de nuestro instinto animal, de los hijos y de la educación. "Mi hijo va a la guardería y justo esta mañana me hablaban de cómo tratan allí la fase en la que los niños muerden", apunta. "La violencia es inherente al ser humano y la educación modula este instinto".

La sobreprotección de los padres es otro de los aspectos que aparece. "Aunque parece sencilla, en realidad habla de muchas cosas: de la dificultad para comunicarnos, de la educación y de la violencia que pasa de padres a hijos, una violencia inevitable en el mundo que habitamos", recuerda Arquillué. Pero la autora incide también en ese aspecto animal que llevamos dentro, ese instinto salvaje. "La obra habla de la culpa, del castigo, de la responsabilidad, de la civilidad, de los valores occidentales pero también de temas como el negocio de las armas y la industria farmacéutica. Pasa por muchos sitios", afirma el actor y director, para quien asumir ambos roles siempre tiene "un punto esquizofrénico". Aclara que si se ha lanzado a este nuevo doblete es porque tenía junto a él a Ferran Carvajal y Xavi Ricart como asesores. "Sin ellos a mi lado no habría podido realizar este trabajo".

La obra se ha estrenado en todo el mundo y no deja indiferente a nadie. En Barcelona se ha representado con diferentes montajes. Más allá de los escenarios, saltó al cine en 2011 con una película de Roman Polanski situada en Nueva York y protagonizada por Jodie Foster, Kate Winslet, Christoph Waltz y John C. Reilly.