Análisis

El feliz año de los récords en teatro, música y libros: claves para entender el 'boom' cultural

Nunca los espectáculos musicales habían interpelado a tantas franjas generacionales diversas, multiplicando así el contingente de público en un contexto de liberación pospandémica y de auge de la cultura ‘vip’ y de los grandes conciertos como motores del turismo

2024 fue “el mejor año de la historia” del sector editorial. Alrededor de 1.200 millones de euros de facturación, un 10% más que el año pasado, y un crecimiento acumulado del 35% desde 2019

El récord de 3,1 millones de espectadores de teatro de 2024 se nutre tanto del éxito de las propuestas de los grandes escenarios como de la fértil programación de las salas de pequeño formato

“Dicen que ya nadie lee, que la gente se ha vuelto tonta. Y yo me pregunto: ¿quién es ‘la gente’?"

Una escena de 'Ana Karenina' en el TNC, Sabrina Carpenter y libros, claves del 'boom' cultural.

Una escena de 'Ana Karenina' en el TNC, Sabrina Carpenter y libros, claves del 'boom' cultural. / EPC

Marta Cervera
David Morán
Jordi Bianciotto
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Ni la invasión de las pantallas, el secuestro de la atención o la incertidumbre ante la inestabilidad geopolítica hacían presagiar lo que es una realidad: el consumo de cultura bate récords. 2024 será recordado como el mejor año de la historia para la industria editorial, el teatro en Barcelona y la música en directo, que sigue subida a una ola de euforia sin atisbo de descenso. Las cifras, exultantes, esconden realidades concretas y muy particulares que nuestros expertos en literatura, artes escénicas y música desgranan para entender los porqués del 'boom' cultural.

Padres, hijos y abuelos motivados alimentan una "edad de oro del directo"

Aunque la cantinela del exceso de oferta flota año tras año, lo cierto es que las cifras de la música en directo a gran escala no hacen más trepar. El Anuario de la Música en Vivo fijó en un 26% el aumento de recaudación en 2023 (un total de 579 millones) y a falta de la actualización de 2024, el último Observatorio de la Música en Vivo, de Ticketmaster, se refirió semanas atrás a un incremento, el año pasado, del 15%.

Es una tendencia que salta a la vista, y no hay más que observar la actividad en la Anella Olímpica, donde artistas que antes llenaban una noche el Palau Sant Jordi, ahora lo hacen dos (Manolo García, Antonio Orozco, Luis Miguel) o saltan al Estadi (Estopa), y donde señorean estrellas prácticamente sobrevenidas como Morad, Rels B o Maka. En la Anella hubo en 2024 más visitantes que nunca, 2,2 millones. En el Fòrum, el Primavera Sound ha agotado localidades con cuatro meses de antelación, algo que no sucedía desde que Radiohead encabezó el cartel en 2016.

Barcelona 10/07/2024 Icult. Concierto de ESTOPA. AUTOR: MANU MITRU

Público en el concierto de Estopa en el Estadi Olímpic el pasado 10 de julio / MANU MITRU

Ampliando el encuadre, la publicación especializada 'Pollstar' lleva un tiempo hablando de una "edad de oro del directo", y en su último análisis, centrado en las 100 mayores giras realizadas en todo el mundo, apunta a una "estabilización". Los 8.805 millones de euros de 2023 representaron un aparatoso aumento del 65% respecto al último año prepandémico, 2019, mientras que en 2024 la recaudación subió solo un poco más, un 3,6%, hasta los 9.130 millones.

Esto se ha desbocado por diversas razones, algunas de los cuales tienen que ver con la evolución de nuestra psique, al parecer más favorable al disfrute de 'experiencias' (esa palabra), a precios hostiles si es lo que hay, aunque eso suponga apretarse luego el cinturón. Hay hechos objetivos relativos a la pirámide demográfica: los conciertos hoy desbordan los límites generacionales, por arriba (público maduro que sigue conectado con la cultura pop) y por abajo (esa adolescencia cada vez más tempranera).

Los conciertos en 'arenas' y estadios van a más y eso podría suponer una amenaza para los festivales: ya se habla de crisis de cabezas de cartel, porque las estrellas prefieren montar sus propios conciertos. ¿Exceso de oferta? Por ahora, la descompensación se vive en el otro extremo: colas virtuales de 150.000 personas para comprar una entrada. Y el auge de los 'superfans' (cómo monetizar más al ídolo), la cultura 'vip' y la música como motor del turismo, con artistas que eligen dar más 'shows' en menos ciudades. Gustará más o menos, pero 'that’s entertainment'.

Record de espectadores en el teatro Tívoli de Barcelona en la obra de Chicago

Record de espectadores en el teatro Tívoli de Barcelona en la obra de Chicago / VICTORIA ROVIRA

El 'boom' de la literatura juvenil da alas al sector editorial

Pasaron el covid, el encarecimiento de los materiales, papel sobre todo, derivado de la guerra de Ucrania, y la crisis de distribución de Entredos, y lo quedó fue un récord detrás de otro. A años luz de los lamentos del sector editorial cuando todo se vino abajo en 2009, la euforia es ahora la tónica dominante.  No sólo se vende como nunca; contra lo que pueda parecer en estos tiempos de dictadura algorítmica y cerebros rotos por la sobreexposición a las pantallas, también se lee cada vez más. 

El libro, celebran desde el Gremio de Editores de Cataluña, resiste como “una de las opciones favoritas de los ciudadanos dentro de la diversidad de oferta del entretenimiento cultural”. La prueba más evidente es que 2024 fue, sin demasiados rodeos, “el mejor año de la historia” del sector editorial. Alrededor de 1.200 millones de euros de facturación, un 10% más que el año pasado, y un crecimiento acumulado del 35% desde 2019.   

Un exemplar del darrer llibre de Rebecca Yarros, 'Ales d'ònix' en català

Ejemplares de 'Alex d'onix', el último libro de Rebecca Yarros / ACN

El arma (no tan secreta) del sector es la literatura infantil y juvenil y la capacidad de autoras como Rebecca Yarros de chasquear los dedos y despachar más de 800.000 ejemplares de la saga romantasy ‘'Empíreo' en un santiamén. Un vistazo a los ránkings ratifica la buena nueva: según datos de Libridata, plataforma digital que registra la venta de más de 150 puntos de venta de Cataluña, ‘Alas de sangre’ y ‘Alas de hierro’ fueron los libros más vendidos en 2024 en la categoría de narrativa infantil y juvenil. ‘Alas de ónix’, tercer título de la serie, llegó a las librerías el pasado 22 de enero con otro récord en el zurrón: el de mayor número de reservas en preventa registradas. 

La fiebre Blackwater, saga de terror gótico que ha gobernado con mano de hierro la parte alta de las listas de ventas, y el tirón de autores como Eloy Moreno (370 semanas lleva su 'Invisible' en la lista de los más vendidos), Sally Rippin y Chole Walsh (entre las dos, ocho de los veinte libros más vendidos en castellano y catalán en la última semana) apuntalan las dimensiones del fenómeno. Un pie en la fantasía, el otro en TikTok, donde a ‘Los chicos de Tommen’, la saga de Walsh, no hay quien les tosa. También ahí, las cifras son indiscutibles: el año se cerró con un crecimiento del 16% en las ventas de literatura infantil y un acumulado del 45% en los últimos cinco años 

Los datos del último barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros, publicado por el Ministerio de Cultura a principios de año, no hacen más que confirmar la tendencia: no sólo crece el número de lectores frecuentes, sino que los jóvenes de 14 a 24 años son los que más leen.

Tirando de este hilo y de la edad dorada del streaming y las plataformas, otra de las claves de la bonanza que vive el libro es, por paradójico que pueda parecer, el boom de las series y alrededores. “Cada vez hay más sectores que, como el del audiovisual, beben del libro; hay incluso quien dice que el 50% de las historias del cine y la televisión tienen su origen en un libro”, remarcó el pasado mes de diciembre el presidente del Gremi d’Editors de Catalunya, Patrici Tixis. 

Los lectores, embarcados en un viaje circular, empiezan apretando botones y acaban pasando páginas. En Francia, la llegada a Netflix de ‘Lupin’ disparó las ventas de los libros de Maurice Leblanc, mientras que ‘The Witcher’, la serie protagonizada por Henry Cavill, inundó el mercado con una nueva tirada de 500.000 ejemplares de las novelas de espada y brujería que Andrzej Sapkowsk publicó a finales de los años 80. 

Una escena d’‘Ànima’, en el TNC.

Una escena d’‘Ànima’, en el TNC. / EPC

Alegría en las salas: las claves del récord en el teatro

Acudir a una sala, apagar el móvil y entrar en otro mundo para vivir mil y una historias gracias a una historia defendida por intérpretes que hasta escuchas respirar es algo cada vez más valorado en una sociedad mediatizada por pantallas. Las experiencias en vivo, la magia de las puestas en escena y la diversidad y calidad de espectáculos de la cartelera barcelonesa han hecho que el teatro haya ganado adeptos en los últimos años. Hasta se han abierto nuevas salas como el Heartbreak Hotel de Àlex Rigola o el Espai Texas. Ambos van ya por la segunda temporada y tienen su público.

Son varios los factores que influyen en el buen momento del teatro en Catalunya con un rico y variado ecosistema teatral. Sin una cartelera variada e interesante sería difícil haber superado los tres millones de espectadores la temporada pasada o conseguir que 2024 haya sido el mejor año de la historia con un público de 3,1 millones y una asistencia media del 64%.

Los grandes espectáculos como el del Mago Pop 'Nada es imposible' durante varias temporadas y el incombustible musical 'Mar i Cel' de Dagoll Dagom o fenómenos como 'Escape Room 2' de Joel Joan y Hèctor Claramunt han conectado con un público amplio que sale del teatro con ganas de volver. Pero hay que destacar también el enorme trabajo del teatro de proximidad, donde se dan a conocer las nuevas promesas y creaciones más arriesgadas, diferentes o especiales.

Ensayos de la nueva versión de Mar i Cel, de Dagoll Dagom con los dos protagonistas, Jordi Garreta i Alèxia Pascual.

Ensayos de la nueva versión de Mar i Cel, de Dagoll Dagom con los dos protagonistas, Jordi Garreta i Alèxia Pascual. / Victòria Rovira

Hay muchos tipos de espectadores, pero las salas parecen haberle cogido la medida a sus adeptos. Los teatros públicos, el TNC y el Lliure tienen fieles abonados y ambos están apostando por el público joven. El TNC lo está petando con las sesiones de 'Dijous Fort' para menores de 35 años y el Lliure los carnets de Generació Lliure que permiten asistir al teatro por un precio de ganga 12 euros.

Aunque el núcleo duro del teatro continúa dominado por mujeres de entre 50 y 60 años aproximadamente, también se nota una renovación de espectadores. Las compañías y artistas más cañeras y jóvenes tienen un público acorde. Hermanas Picohueso, Juana Dolores, El Eje conectan con gente de su generación. La Beckett, por ejemplo, bajó la media de su público con ‘Del fandom al troleig. Una sàtira del bla bla bla', de una pieza sobre el ‘overthinking’ de la Generación Z de Berta Prieto. La Calòrica, una compañía que suele colgar el cartel de localidades agotadas como Les Impuxibles, también ha contribuido a renovar el público. Sus fans les siguen activamente en redes sociales. Pero los clásicos también interesan. 'Tirant lo blanc', la original adaptación de Màrius Serra con puesta en escena de Joan Arqué y música de Judit Neddermann, estrenada en el Romea, incluso ha triunfado en Madrid donde acaba de despedirse con 'sold out' pese a representarse en catalán con subtítulos en castellano.

Tras la pandemia la gente valora más el ritual del teatro, ese viaje que permite evadirse y emocionarse, reir, llorar o hacerse preguntas que nunca uno se había cuestionado. La función nunca es igual. Cada noche es única en este acto colectivo y social que interpela a cada uno de manera individual.

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