Cine

Elena Manrique explora en 'Fin de fiesta' las dinámicas de poder y la honestidad de las clases populares

Productora de títulos como ‘El orfanato’, ‘El laberinto del fauno’ y ‘Celda 211’, Manrique debuta en la dirección de largometraje con una tragicomedia ambientada en un cortijo andaluz.

La directora y productora Elena Manrique.

La directora y productora Elena Manrique. / Adrián Quiroga

Quim Casas

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Elena Manrique lleva muchos años produciendo. Y jugándosela con lo que produce, fuera durante su etapa en Tele 5 o de forma independiente. Ella no tiene una compañía propia, la contratan para ejercer ese control que los directores no tienen. Y ahora debuta como realizadora en formato largo con ‘Fin de fiesta’, filme estrenado este viernes, tras sus pases por los festivales de Toronto y Valladolid, que se centra en la relación entre una mujer andaluza y rica, su doméstica y una chica senegalesa que llega en patera. La acción no sale de las dependencias del cortijo de la primera, donde se establecen conflictos culturales y de raza, pero sobre todo de clase, con tono de comedia y drama.

 “Me gusta producir, pero es muy exigente. Me llaman para trabajar como productora ejecutiva, pero yo soy freelance”, nos explica Manrique. “En este sentido, la agonía de que no te llamen es la misma que la que se tiene en otros trabajos cinematográficos”. Ya había dirigido en 2013 ‘Cinéma vérité, vérité’, un mediometraje perteneciente a la serie ‘Little secret films’. Los 10 primeros fueron autogestionados por sus realizadores, los siguientes ya con financiación externa. A ella no la llamaron para esa segunda tanda. Una experiencia que recuerda con cierta acritud.

La actriz Sonia Barba, protagonista de la película con que la directora y productora Elena Manrique estrena el próximo 31 de enero su ópera prima ‘Fin de fiesta’.

La actriz Sonia Barba, protagonista de la película con que la directora y productora Elena Manrique estrena el próximo 31 de enero su ópera prima ‘Fin de fiesta’. / Andreu Dalmau

 Pero ha pasado una década entera desde aquello. ¿Cómo surge la idea, el interés y la fuerza para asumir el reto de la dirección y de la escritura de un guion en solitario como el de ‘Fin de fiesta’? “Escribir requiere cierta concentración. Durante los últimos 15 años he vivido entre Holanda, España y Francia. Me separé de mi pareja. Se me cayó la película que iba a producir. Y llegó la pandemia. Había tocado fondo, pero fue una oportunidad”, recuerda la directora. Y se sucedieron una serie de felices coincidencias. Belén Atienza, productora habitual de J. A. Bayona, volvió de Nueva Zelanda, donde estaban rodando episodios de la serie ‘El señor de los anillos: Los anillos del poder’, a causa de la pandemia. “Ella tiene mucho criterio. Y tenía tiempo. Me dijo que quería producirla”, evoca Manrique. “Luego seleccionaron el proyecto en Media, y eso me validó para no sentirme una impostora en la dirección”.

Una escena de 'Fin de fiesta'.

Una escena de 'Fin de fiesta'. / EPC

 Lo primero que le dijo su tutor en la fase de escritura es que ella conocía muy bien a Carmina, la propietaria del cortijo, y a Lupe, la sirvienta, pero no tenía aún claro quién era Bilal, el emigrante africano. En el primer guion era un chico, “y entonces decidí cambiarlo a una chica”. Le apetecía mucho la idea de contar una historia de tres mujeres en una casa. En una muy buena idea, la casa está justo enfrente del cuartel de la Guardia Civil, motivo por el que Bilal no puede salir. “Esto lo tuve claro desde el primer día. ¿Qué le puede pasar para que le sea imposible salir? Ahí está la respuesta”.

 Manrique, que ha estado como productora ejecutiva o delegada en títulos españoles o europeos como ‘El orfanato’, ‘El laberinto del fauno’, ‘La vida de Adèle’, ‘Celda 211’ o la serie ‘Películas para no dormir’, coescribió con la directora Chus Gutiérrez el filme de esta, ‘Ciudad delirio’, pero en el caso de ‘Fin de fiesta’ ha preferido hacerlo en solitario: “El cine es un proceso colaborativo, pero me cuesta escribir con otra persona”.

 Cuando tuvo la financiación necesaria, dejó de pensar como productora. La elección de las tres actrices fue compleja. A Carmina la encarna Sonia Barba, con escaso recorrido en el cine. Recuerda un poco a Marta Fernández Muro y a Verónica Forqué en su apropiación personal de un determinado registro cómico incluso en las situaciones más tensas. “Sonia hizo 28 castings”, explica su directora, “y yo me la jugaba porque no era muy conocida. Pero cada vez que veíamos sus pruebas, tenía claro que lo que nos daba ella, su frescura y originalidad, no nos lo daba nadie”. Lupe, la criada, está interpretada por Beatriz Arjona: “No quería representar a una andaluza graciosilla. Vi a Beatriz en varios cortos de chicos andaluces divinos. Enseguida pensé en ella, aunque no se lo dije de inmediato”.

 Edith Martínez Val es Bilal. Había debutado en ‘El salto’, filme de Benito Zambrano producido por Manrique que cuenta la situación de una serie de personajes de un campo de refugiados que aspiran saltar la valla que les separa de España. “Edith cumplió 21 años durante el rodaje. Al mes de terminar ‘El salto’ la llamé y la obligué a venir al casting de ‘Fin de fiesta’ disfrazado de chico”. Tenía claro la elección, pero había de madurarla. Manrique recuerda que “Beatriz no se dio cuenta en las pruebas de que Edith era una chica”.

  Para su directora, ‘Fin de fiesta’ es, ante todo, una película sobre las dinámicas de poder y en torno a “la honestidad de las clases populares, mucho más solidarias de lo que creemos, sobre todo cuando el otro deja de ser tu enemigo”.