Ciclo de eventos sorpresa

Sr. Chinarro desnuda su cancionero cáustico en la apertura de los nuevos Secret Shows de Les Nits de Barcelona

Antonio Luque, acompañado del bajista Alfonso López, abrió la segunda edición del ciclo con un recital de siete canciones complementado por una entrevista de la periodista Laia Ferrer en la que deslizó sus advertencias apocalípticas: “estamos a punto de un holocausto”

Jordi Bianciotto

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Los Secret Shows de Les Nits de Barcelona, conciertos de pequeño formato y protagonista no anunciado previamente, que trazan el camino hacia el festival de verano en los jardines de Pedralbes, estrenaron su segunda edición este jueves en Casa Seat con un señor poeta de la era ‘indie’, el caballero Antonio Luque, Sr. Chinarro. Presencia de impacto para el público más juvenil, visto su estilo cáustico, con sentencias como “estamos a punto de un holocausto”, con las que salpicó el desenfadado diálogo con la conductora del evento, la periodista Laia Ferrer.

Grupo creado en los primeros años 90, llega hasta nuestros días en muy buena forma, transformado en un vehículo casi individual, con Luque y su cambiante sustento de cómplices, caso del bajista Alfonso López, que fue su único aliado en un ‘set’ de siete canciones. Marca de prestigio, 19 álbumes de estudio lo contemplan, hizo notar Ferrer. “Pero no he hecho 19 veces el mismo disco”, bromeó él, eterno socarrón. “Entre los músicos tenemos mucho predicamento, y alguno incluso nos copia”.

Serena algarabía en la sala, unos 200 asistentes convocados, previo registro gratuito en la web de Les Nits de Barcelona, en esta iniciativa organizada por Occident, Cervezas Alhambra, EL PERIÓDICO y el Grupo Clipper’s.

Sr. Chinarro en el Secret Shows de Les nits de Barcelona en la Casa Seat

Ambiente en el Secret Show de Les nits de Barcelona de Sr. Chinarro en la Casa Seat / Jordi Cotrina

De hijos a nietos

El último álbum de Sr. Chinarro, cuyo título desprende resonancias cruentas (‘Cal viva’), le ha gustado mucho a su hijo de 19 años, reveló Luque, y eso que el disco “no es la alegría de la huerta”, deslizó. Pero, por lo visto, hay esperanza en la transmisión generacional. “A ver si ahora llego a los nietos”, suspiró. Sevillano instalado ahora en la localidad de Salobreña (Granada), guarda al parecer emotivos recuerdos de su tiempo de estancia en Cornellà. Ah, ¿qué es lo que más echa de menos? “El metro”.

Luego vino un vibrante mano a mano de Luque y López, guitarra acústica, bajo eléctrico y la voz resabiada recorriendo los versos de ‘Efectos especiales’, propios de alguien que ya no se deja impresionar así como así (“la historia no está ni regular / son solo efectos especiales”), camino de ‘No dispares’, ‘El detector’ y ‘Los ángeles’. Ni una canción de ‘Cal viva’, sino citas a discos pretéritos, sobre todo los publicados bien entrado este siglo, como ‘El rayo verde’, con su conclusión decaída (“hoy también se ha vuelto a nublar”). Y el subidón pop de la memorable ‘Del montón’, pieza que en su día adaptó Dan Béjar (Destroyer), con otro de esos estribillos sencillos y memorables (“pudo ser un amor del montón / pero todo el montón era mío”).

Como punto final, ‘Una llamada a la acción’, himno erótico-festivo que precipitó vítores cuando Luque cantó, no sabemos si como un deseo o una orden, que “habrá que hacer el amor / por un mundo mejor”. Los presentes, hincando el diente a las hamburguesas Deleito servidas para la ocasión, estuvieron de acuerdo. Pero Antonio Luque pensaba en otras metas, sabiéndose en el templo automovilístico de Casa Seat. “A la espera de saber por cuánto me dejan un Cupra…”.