Estreno en Apple TV+

'Separación', de vuelta por fin: hablamos con el creador de la gran serie revientamentes

Dan Erickson nos explica los orígenes y la segunda temporada de este exitoso 'thriller' sobre un procedimiento que separa los recuerdos de la vida laboral de los de la vida personal

John Turturro, en 'Separación': "Algunas historias son mejores si se alargan"

Adam Scott ('Separación'): el raro misterio del hombre corriente

Adam Scott (Mark Scout) en una imagen de la segunda temporada de 'Separación'

Adam Scott (Mark Scout) en una imagen de la segunda temporada de 'Separación' / Apple TV+

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

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Hace ya casi tres años que se emitió su anterior episodio, pero nadie ha olvidado nada de 'Separación', aquel sorprendente híbrido de comedia de trabajo y 'thriller' esotérico, todo un éxito sorpresa para Apple TV+, que vería esta producción de Ben Stiller (también su director principal) nominada a catorce premios Emmy por su primera temporada. El estreno de la segunda, este viernes, día 17, tiene aires de verdadero acontecimiento de la cultura pop.

Si nos hubiésemos fijado en estudios recientes sobre satisfacción laboral, el éxito no habría sido tan sorpresa. Menos todavía el éxito en España, donde, según el informe de Gallup sobre el Estado del Trabajo de 2023, el 20% de los empleados asegura sentirse "enfadado a diario" en cuanto pisa el entorno laboral. Algo así le pasaba a Dan Erickson, el guionista creador de 'Separación'. "Toda la serie vino de estar metido en un trabajo que odiaba", explica a EL PERIÓDICO en entrevista por videollamada. "Acababa de mudarme a Los Ángeles y estaba trabajando en una fábrica de puertas. Aunque mis compañeros eran gente simpática, me sentía realmente miserable. Estaba muchas horas en una oficina sin ventanas, metiendo en catálogo bisagras y cosas así. Recuerdo que un día, nada más poner el pie ahí dentro, pensé: 'Ojalá pudiera saltar directamente al final del día'".

Eso es lo que consiguen a diario los trabajadores de la planta sótano de Lumon Industries, el misterioso conglomerado biotecnológico en el centro de 'Separación'. Todos ellos han pasado por el procedimiento que da título a la serie: el implante de un microchip que ayuda a separar los recuerdos de la vida laboral de los de la vida personal. Mark Scout (Adam Scott), nuevo líder del departamento de Refinado de Macrodatos, quiso someterse al proceso para liberarse durante al menos ocho horas del dolor por la pérdida de su esposa. Mientras está en el trabajo no puede acceder a sus recuerdos externos, del mismo modo que no puede tener recuerdos laborales a la salida. Pero igual hay que tener cuidado con lo que se desea; quizá la ignorancia no sea siempre la felicidad. Mark y sus compañeros Helly (Britt Lower), Irving (John Turturro) y Dylan (Zach Cherry) se verán progresivamente enredados en un misterio conspirativo que les impele al motín. 

Todo en 'Separación' atrapaba, del citado misterio al humor oscuro y/o absurdo, de la no escasa fuerza emocional a un diseño visual que convertía el minimalismo estético de Apple en algo amenazador. "La compañía nunca nos ha dicho que nos alejemos de algo por que parezca demasiado Apple", dice Erickson entre risas. "No les asustan demasiado las comparaciones; quieren que soltemos nuestra creatividad. La gente cree que lo hicimos a propósito, pero incluso antes de empezar a trabajar con Apple TV+, siempre había imaginado así el paisaje de la serie: esos espacios blancos demasiado vacíos, ese laberinto de pasillos".  

Bienvenidos de vuelta a Lumon

Al principio de la nueva temporada, Mark regresa a la oficina y descubre que le han asignado un nuevo equipo (tampoco del todo desdeñable: incluye a Alia Shawkat de 'Search party' y al mítico secundario Bob Balaban). Además, el Sr. Milchick (Tramell Tillman) ha sustituido a la Srta. Cobel (Patricia Arquette) al frente de la planta. Y no está de buen humor: recrimina a nuestro héroe el levantamiento del que fue partícipe hace cinco meses, "uno de los episodios más dolorosos en la historia de la compañía". 

La tregua parece frágil y nuestros protagonistas deberán jugársela para lograr su objetivo principal: encontrar a Gemma. Como supimos (cuidado, 'spoiler') al final de la primera temporada, la mujer de Mark sigue viva (o eso parece) y trabaja en Lumon como consejera bajo otro nombre. Muchas series luchan por justificar su segunda temporada, pero aquí esta búsqueda dota a todo de urgencia emocional. "Creo que esa es la palabra para esta temporada: urgencia", dice Erickson. "El antiguo statu quo fue derribado al final de la primera temporada. ¿Cuál es el nuevo? ¿Van los personajes a volver y a aceptar las cosas tal como fueron siempre? Al mismo tiempo, Lumon, una entidad mancillada, debe estar preparando alguna clase de venganza. Preguntas terroríficas, esperamos, con respuestas que quizá también lo sean". 

¿Por qué tres años de espera?

Como decíamos al principio, han pasado casi tres años desde el estreno del final de la primera temporada. Durante este tiempo se han reportado turbulencias, problemas con el guion, presupuestos disparados o rifirrafes entre los co-'showrunners' Erickson y Mark Friedman, pero según explicó Stiller en Twitter, el proceso fue tan lento como siempre habían esperado. "Nosotros creíamos que la primera temporada era algo especial y nos habíamos enamorado de la historia y los personajes", dice. "Siempre habríamos querido hacer lo correcto por ellos. Pero no teníamos ni idea de que la serie fuera a impactar de ese modo en el público. Una vez sucedió eso, no se trataba solo de hacer lo correcto por los personajes, sino también por toda la gente que nos había dedicado su tiempo y su atención. Con eso llega mucha presión. Queríamos hacer algo especial, tomarnos nuestro tiempo. También la primera temporada supuso un trabajo arduo, pero con aquella no había nada esperando nada. El proceso fue similar en realidad. Y una vez hemos visto los episodios, hemos entendido que valía la pena tomarse ese tiempo". 

Ese proceso incluyó, según Erickson, el análisis con Stiller de películas como 'El show de Truman', 'Matrix' y 'Dark City', lo que promete una profundización en cuestiones de simulación y vigilancia. Para trabajar la paranoia se fijaron en 'thrillers' de los años setenta como 'El último testigo' o 'La conversación', que dieron forma también a muchas de las decisiones estéticas. "Y luego había influencias más surrealistas como 'Playtime', de Jacques Tati. En cuanto a series, siempre he sido fan de 'Twin Peaks' y creo que es muy fácil de ver. A todo el mundo le gustaron los elementos más raros de la primera temporada, como la fiesta de gofres o los cabritos, cosas que disfruté escribiendo. Que los espectadores también lo pasaran bien me animó a insistir en este apartado, a que fuésemos incluso más locos sin perder de vista que estamos contando una historia sobre gente rota". 

¿Y cuánto tiempo dedicaron a hablar sobre el plan a largo plazo? ¿Existe? ¿Realmente saben el final de la serie, como Stiller ha sugerido en 'The New York Times'? "Existe un plan, así es. Está guardado en una cámara acorazada en algún lugar". ¿Y cuántas temporadas tiene ese plan? "Tenemos una idea, pero Kier Eagan [el mítico fundador y primer CEO de Lumon] me mataría si se lo dijera". 

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