Estreno de cine

'Babygirl': Nicole Kidman a la conquista del orgasmo

Halina Reijn combina hábilmente sensualidad, intriga y humor para plantear varias cuestiones sobre el ejercicio del poder -en la oficina y en la cama-, los roles de género, las necesidades sexuales femeninas y cómo la bandera del feminismo a veces se ondea con fines torticeros

Nicole Kidman y Harris Dickinson en 'Babygirl'

Nicole Kidman y Harris Dickinson en 'Babygirl' / EPC

Nando Salvà

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BABYGIRL

Directora: Halina Reijn

Intérpretes: Nicole Kidman, Harris Dickinson, Antonio Banderas, Sophie Wilde

Año: 2024

Estreno: 17 de enero de 2025

★★★

La premisa de ‘Babygirl’ bien podría haber sido la de uno de esos ‘thrillers’ eróticos tan populares en Hollywood en los 90: una mujer que lo tiene todo excepto una actitud placentera respecto al sexo arriesga su carrera y su familia al iniciar una relación carnal prohibida con un becario. Pero si casi todas aquellas películas tenían un enfoque masculino y solían censurar o castigar a sus personajes femeninos, esta cuenta la historia de una mujer que llega a aceptar que hasta sus deseos más ocultos son legítimos.  

Mientras la contempla, la directora Halina Reijn combina hábilmente sensualidad, intriga y humor para plantear varias cuestiones muy complejas sobre el ejercicio del poder -en la oficina y en la cama-, los roles de género, las necesidades sexuales femeninas y las presiones que ellas deben afrontar en el viril mundo empresarial, la ansiedad causada por la edad y cómo la bandera del feminismo a veces se ondea con fines torticeros; y para ello cuenta con la ayuda de una Nicole Kidman prodigiosa, que se desnuda -en sentido figurado y a menudo también literal- para evocar con precisión la confusión y vulnerabilidad de su personaje, y para dar forma a sus sentimientos más embarazosos.

En el proceso, ‘Babygirl’ se niega a simplificar las emociones contradictorias de sus protagonistas, y es demasiado lúdica como para juzgarlos o dar sermones. De hecho, es tal el amor y el respeto que les tiene que quizá por eso, y en contra de lo que su propia historia demanda, evita someterlos a dilemas espinosos y escabrosos o mancharlos con ambigüedades morales. En lugar de ser realmente transgresora, se contenta con zarandear levemente tabúes sociales y sexuales sin poner en riesgo ni el confort de los personajes ni el nuestro.