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Sophie Auster, música contra el duelo
Natalia Araguás
Natalia AraguásPeriodista
Periodista
La cantante y compositora Sophie Auster (Nueva York, 1987) estrena el año a punto de lanzar su nuevo single -‘Flying Machine’ verá la luz el 24 de enero- tras dejar atrás un 2024 dickensiano. La frase “era el mejor de los tiempos y era el peor de los tiempos” se tradujo en su caso en convertirse en madre el 1 de enero y, cuatro meses después, despedirse de su padre, el escritor Paul Auster, con quien guarda un perturbador parecido. Se refugió en la música: Sophie Auster completó a marchas forzadas su cuarto álbum, ‘Milk for ulcers’ (‘Leche para las úlceras’), donde temas como ‘Look what you're doing to me’ (‘Mira lo que me has hecho’), toda una declaración de amor a su marido, el fotógrafo Spencer Ostrander, convivían con otras canciones más oscuras inspiradas por los trágicos acontecimientos que han conmocionado a su familia, como la muerte en 2021 de su hermanastro Daniel, adicto a la heroína, y la hija de este, de solo 10 meses. Paul Auster le pidió, una semana antes de morir, que terminara el disco para poder escucharlo. Lo cerró con ‘Blue Team’, donde le cantaba: “Viviré mi vida por ti, preguntándome cada día qué harías tú”. La crianza de Miles, llamado así en honor al músico de jazz Miles Davis y a un personaje de la novela ‘Sunset Park’, la mantuvo ocupada: Siri Hustvedt, en su papel de ‘momor’ (“madre de madre”, en noruego) le echaba una mano.
Con el excepcional honor de ser hija de dos premios Princesa de Asturias de las Letras, Sophie Auster mantiene una relación especial con España y presentó ‘Milk for ulcers’ el año pasado con una gira que la llevó de Oviedo a Barcelona. Por el camino, la noqueó la segunda victoria electoral de Donald Trump: ella había apostado hasta el último momento por Kamala Harris. Nacida y criada en el barrio neoyorquino de Brooklyn, amenazó con abandonar EEUU si acababa por convertirse en ‘El cuento de la criada’. Ya había dejado claro su rechazo al presidente estadounidense en 2020, dedicándole la canción ‘No country for orange men’.
Cansada de responder a la pregunta de cómo ser hija de quien es ha beneficiado a su carrera, nunca se planteó dedicarse a la novela. Sí quiso ser actriz: ha participado en varias películas, de ‘Lulu on the Bridge’ o la ‘Vida interior de Martin Frost’, con guión y dirección de Paul Auster, a ‘Circuit’. Aunque también le gustaba la pintura al final apostó por la música, en la que debutó con solo 16 años. Modelo ocasional, también fue columnista de ‘Vanity Fair’ en 2017 narrando sus peripecias en Nueva York. En su familia se respiraba cultura, una tarde cualquiera podía encontrarse a Kevin Spacey o Lou Reed tomando el café, ha explicado. Ella fue tomando conciencia de sus orígenes cuando tuvo ocasión de conocer de cerca a muchos de sus ídolos, como Tim Burton, con quien charló largo y tendido en el Festival de Cannes de 1997 con solo nueve años y quien le dedicó un boceto de Eduardos Manostijeras. Lo guarda como uno de los recuerdos más preciados de una infancia feliz, en la que ahora se parapeta para superar el duelo. En ella y en sus canciones.
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