Locales emblemáticos

Un brindis (o dos) por las librerías históricas y centenarias de Barcelona

Documenta, fundada en 1975, cumple medio siglo de vida el mismo año que Alibri, la antigua Herder, llega a los cien años

La histórica librería Alibri de Barcelona se salva del cierre

Josep Cots y Èric del Arco, junto a la consellera de Cultura, Sònia Hernández, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Marcé,  en una abarrotadísima Documenta

Josep Cots y Èric del Arco, junto a la consellera de Cultura, Sònia Hernández, y el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Marcé, en una abarrotadísima Documenta / Zowy Voeten

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“Cierran librerías, sí, pero igual que cierran otras cosas, igual que se muere la gente”, relativiza Èric del Arco, pajarita anudada, casi grapada, al cuello y el trasiego habitual de una mañana laborable al otro lado del mostrador. “El otro día buscaba un índice al que agarrarme y encontré que la media de duración de un negocio en España es de entre 15 y 20 años, que es lo que una persona aguanta sacando adelante un proyecto personal hasta que se quema o se le acaba”, añade del Arco, “aprendiz de librero” y encargado de la librería Documenta de Barcelona desde que Josep Cots le pasó el testigo del día a día hace cosa de diez años.   

Así que sí, cierran algunas librerías de la ciudad, pero también hay otras que se abren paso e incluso consiguen alcanzar edades tan respetables como los 100 años que cumple en 2025 la histórica Alibri o los 50 que está conmemorando estos días la Documenta. 

Medio siglo de vida, un cambio de ubicación, de las angostas calles del Barrio Gótico a la ejemplar cuadrícula del Eixample, y, en palabras de este eterno padawan libresco, “la ilusión de poder haber dado continuidad a un concepto de librería con personalidad propia”. “Es un éxito y una alegría; también tiene un punto de orgullo y de reivindicación”, asegura sobre el camino recorrido. 

BARCELONA 09/01/2025 Icult. 50 aniversario de la librería Documenta. FOTO de ZOWY VOETEN

Actuación de la banda Malalletra en el 50 aniversario de la librería Documenta / Zowy Voeten

Cumpleaños total

Para celebrarlo, la librería reunió el jueves al escritor Jaume Subirana, el editor Bernat Ruiz y las bibliotecarias Marta Cava y Carme Fenoll para debatir sobre el futuro de la lectura y abrió las puertas de su local de la calle Pau Claris a Malalletra, banda de rock que escritores y periodistas como Lluís Llort, Salvador Macip, Elisenda Roca, Francesc Bombí-Vilaseca y Jordi Boixadós, entre otros, ha ideado a imagen y semejanza de los Rock Bot­tom Remain­ders de Step­hen King y Matt Gro­e­ning. 

Llenazo absoluto, pasillos como vagones de metro en hora punta y, a pesar del panorama algo agorero que dibujó la mesa redonda, un brindis (o dos) por las librerías centenarias y mediocentenarias. “¡Larga vida a la Documenta y a las librerías del país!”, exclamó del Arco justo después de que Cots, librero de guardia y memoria viva del local, resumiera año a año la historia de la librería.  

¿El secreto? Poca cosa. “Ser la mayor de las pequeñas librerías de Barcelona o la más pequeña de las grandes”, defiende del Arco. Casi nada, vamos. “No es es que sea una librería muy grande, tenemos 250 metros cuadrados de los que unos 175 son de espacio expositivo, pero hay pocas librerías con este volumen de novedades a la vista y un fondo tan trabajado seleccionado. Es una medida humana que nos permite saber con mucha seguridad si tenemos un libro o no antes de mirarlo  en el ordenador”, añade el también presidente del Gremi de Llibreters.

BARCELONA 09/01/2025 Icult. 50 aniversario de la librería Documenta. FOTO de ZOWY VOETEN

La Documenta se quedó pequeña para celebrar su medio siglo de vida / Zowy Voeten

Especializada en literatura, arte y ciencias humanas, Documenta abrió sus puertas el 9 de enero de 1975 en la calle Cardenal Casañas y se mudó en 2014, extinción del contrato de renta antigua mediante, gracias a una campaña de micromecenazgo y a un nuevo proyecto que materializaba el relevo al frente de la librería. “Hemos hecho un traslado, pero la librería es la misma”, subraya del Arco. Lo que sí ha cambiado, reconoce, es el público. “Hay gente que ha dejado de venir porque su ruta personal no pasa por aquí, pero hemos entrado en otra ruta; hemos mantenido una parte de clientes y hemos ganado a la gente que tiene despachos en el centro de Barcelona”, explica. 

De Herder a Alibri

En 1925, 50 años antes de que la Documenta aterrizase en el Gótico y hará pronto 100 años, George Bernard Shaw ganó el premio Nobel de Literatura, Scott Fitzgerald publicó ‘El Gran Gatsby’ y la calle Balmes vio nacer la librería Herder, rebautizada desde 1999 como Alibri. 

Una librería histórica y centenaria que, es el mercado, a punto estuvo de echar el cierre en 2022, cuando la web de suscripción literaria Bookish le echó el lazo y evitó su desaparición. “Han sido dos años muy buenos, hemos aprendido muchísimo”, explica Tomás Casalas, director y fundador de Bookish. 

La empresa, que poco después adquirió la también centenaria Caselles de Lleida y la madrileña Lé, tiene claro que el centenario ha de servir para “redescubrir” la librería generalista más antigua de Barcelona y una de las más grandes de la ciudad. “Si cierran librerías, hay que hacer algo por proteger el patrimonio. Barcelona es una capital literaria potentísima: aquí se celebra la que seguramente sea la fiesta editorial más importante del mundo y somos capital de la edición de España y Latinoamérica, algo que, como ha pasado con Alibri, a veces se nos olvida”, explica Casals. 

BARCELONA 24/10/2022 Barcelona. Barcelona Alibri. Cierran, pero no lo quieren contar. Vamos, foto de la facha y va que arde FOTO de ALVARO MONGE

Fachada de la librería Alibri de Barcelona, que este año cumple 100 años / Alvaro Monge

Historia única

La Herder abrió al lado de la Universidad de Barcelona de la mano de los propietarios de la editorial alemana de idéntico nombre; fue expropiada por los anarquistas durante la Guerra Civil y por Franco cuando Estados Unidos instó a confiscar los bienes de ciudadanos alemanes residentes en España; y cambió de nombre para recibir el siglo XXI como Alibri.

En el año de su centenario, Casals y su equipo se han propuesto recuperar la esencia de la librería y su carácter clásico. Para conseguirlo, a partir del próximo mes de noviembre se desplegará, con la complicidad del Ayuntamiento, una serie de actividades llamadas a iluminar la “historia única” de la librería, un activo no siempre ponderado. "Ahora mismo estoy en una sala con archivadores llenos de fichas de clientes de 1930. Es una mina. Y mucha gente ni siquiera sabía que la librería tenía dos plantas”, ilustra.

A falta de concretar el calendario de actividades, aún a medio cocinar, Casals sí que adelanta que se editará un libro que ponga en valor la historia de la librería en relación con la ciudad. También se está estudiando, añade, la posibilidad de recuperar el nombre original de la librería, una idea aún pendiente de negociación. "Para mucha gente aún es la antigua Herder”, asegura el responsable de Bookish.  

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