Estreno de series

Crítica de 'Sweetpea': ¿y si Dexter fuera mujer?

En este celebrado 'thriller' psicológico, Ella Purnell es una joven marginada que gana confianza en sí misma tras empezar a matar y secuestrar a gente que le parece despreciable 

'Dexter: New blood': el regreso del asesino más querido

El genio detrás de los videojuegos de 'Fallout' nos introduce en la esperada adaptación a serie

Ella Purnell (Rhiannon) en una imagen de 'Sweetpea'

Ella Purnell (Rhiannon) en una imagen de 'Sweetpea' / SkyShowtime

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

'Sweetpea'

Creadora: Kirstie Swain

Dirección: Ella Jones 

Reparto: Ella Purnell, Nicôle Lecky, Jon Pointing, Calam Lynch 

País: Reino Unido

Duración: 41 min. (seis episodios)

Año: 2024

Género: ‘Thriller’ psicológico

Estreno: 2 de enero de 2025 (SkyShowtime)

★★★

¿Está bien sentir simpatía por el asesino? Es una pregunta que las series, como los libros o las películas, han puesto sobre la mesa desde tiempos inmemoriales. Más todavía en el último cuarto de siglo, cuando lo raro es que un héroe catódico no haya sido antihéroe. 'Los Soprano', 'Dexter' o, más recientemente, 'You' nos han colocado en el pellejo de personas que matan (no hay consenso sobre si son sociópatas, psicópatas o meros criminales) y nos han invitado a sentirnos casi a gusto por momentos ahí adentro, en sus mentes medio laberínticas, en sus cuerpos impulsivos. A sentir sus tropelías como pequeñas catarsis. 

Basada en una novela de C.J. Skuse de 2017, 'Sweetpea' (SkyShowtime, desde el jueves, día 2) es un poco el reverso femenino de, sobre todo, 'Dexter', a cuya confusión de géneros (drama, comedia negra, 'thriller') añade la ciencia ficción. Al fin y al cabo, se especula con un mundo extraño donde la magnética Ella Purnell ('Yellowjackets', 'Fallout') es sistemáticamente ignorada por todos los que la rodean. Su jefe en un pequeño periódico (Jeremy Swift, el más amable Leslie de 'Ted Lasso') la usa como perchero, aunque en realidad sea la ayudante administrativa; sus líos son de una noche (no porque ella quiera); las miradas femeninas que recibe son de desprecio y no de admiración, envidia o deseo. Curioso, cuando en 'Yellowjackets', por ejemplo, Purnell encarnaba a la capitana del equipo de fútbol titular, una líder natural. O cuando en 'Sweetbitter' era una camarera que se debatía entre las atenciones de Evan Jonigkeit y Tom Sturridge. Aquí acaba llegando otro triángulo, pero antes hacen falta retoques de maquillaje y actitud que, al parecer, lo cambian todo.

Rhiannon, nuestra complicada protagonista, siente que su vida fue destruida ("haciéndome invisible y tener miedo para siempre") por Julia Blenkingsopp (Nicôle Lecky, de 'Mood'), quien la martirizó en sus días de colegio y la llevó a arrancarse mechones de cabello y a tener que acabar comprándose una peluca. Ahora tiene que ver a Julia convertida en agente inmobiliaria de repulsivo éxito y soportar que sea precisamente ella quien venda la casa de su fallecido padre (David Bark-Jones); otra ocurrencia de su hermana Seren (Alexandra Dowling), con la que no tiene la más estrecha de las relaciones.  

El crac definitivo

El motivo por el que Rhiannon hace crac, el crac definitivo, es especialmente triste y nos arrastra peligrosamente a sentir empatía por ella. Emerge una nueva mujer, una que ya no musita sino que ruge, y que conduce la serie a momentos de terror puro que provocan sentimientos mezclados en el espectador. La (anti)heroína parece convencerse a sí misma de que está haciendo el bien; nosotros deberíamos tener más claro que no es así, pero a veces surgen pequeñas dudas. Y por ello nos inquieta la idea de que la policía Marina (Leah Harvey, de 'Fundación') acabe descubriendo sus mentiras, como tampoco queremos realmente que Lashana Lynch atrape al Chacal de Eddie Redmayne.

Hay que agradecer a la guionista Kirstie Swain su fijación por las protagonistas femeninas inusuales. Hace unos años sorprendió con la comedia dramática (o drama a veces cómico) 'Pure', sobre una joven (Charly Clive) aquejada de TOC (trastorno obsesivo compulsivo) de la variedad 'obsesivo puro', lo que se traducía para ella en constantes pensamientos intrusivos de naturaleza sexual. Si allí la música la ponía Julia Holter, aquí la pone la no poco talentosa Isobel Waller-Bridge, quien también sabe de heroínas insólitas: puso imaginativa banda sonora a 'Fleabag', de su hermana Phoebe.