Teatro en catalán

Crítica de 'El dia de la marmota': atrapado en el buen tempo

Se estrena la versión musical del popular film de los noventa, una puesta en escena impecable para constatar que el catalán y el gran formato casan bien

El musical 'El día de la marmota' y la novela 'El volumen del tiempo' exploran la fantasía-pesadilla de vivir atrapado en el mismo día

En el musical, destaca el dueto protagonista: Diana Roig con una sólida construcción de la frágil Rita, y un electrizante Roc Bernardí.

En el musical, destaca el dueto protagonista: Diana Roig con una sólida construcción de la frágil Rita, y un electrizante Roc Bernardí. / EPC

Manuel Pérez i Muñoz

Manuel Pérez i Muñoz

Barcelona
Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Día atípico para una 'première' de envergadura, la víspera de Nochebuena. Parte de la nutrida farándula presente se ciñe al 'dress code' de jersey navideño. Esta vez los críticos sí que estamos convocados tras el desplante del último estreno. Algo tendrá que ver que Àngel Llàcer (reaparecido con traje de papá Noel) se haya descolgado del proyecto por motivos de salud, dejando a Enric Cambray (junto al músico Manu Guix y la coreógrafa Miryam Benedited) la dirección del nuevo musical de la productora Nostromo Live ('The Producers', 'La jaula de las locas'). La apuesta pasa ahora por un éxito reciente del West End y Broadway, 'El dia de la marmota', adaptación de la recordada película 'Atrapado en el tiempo', la inspiración fílmica habitual en el género cantado.

Regreso a los noventa, coqueteo constante con la memoria del original. Revive la fábula de Phil Connors, reportero víctima de una maldición, despertarse siempre en el mismo día de invierno de un pequeño pueblo estadounidense. Fantasía con moralina sobre un engreído gruñón que como el Scrooge de 'Cuento de Navidad' debe “aprender a amar”. Si rascamos sale algún detalle borgiano: ¿qué pasaría si no tuviéramos que rendir cuentas al mañana? Entre las modernizaciones, más profundidad y relato para algunos personajes femeninos que, sin liberarse por completo de los tópicos, cumplen con el expediente 'woke' para dar contraste a una historia muy del siglo XX.

Primera parte consagrada al humor para dejarse arrastrar en la segunda mitad por la comedia romántica. En lo musical, mezcla pop algo retro pero resultona, con toques marcados de soul, rock e incluso country, mapa sonoro (de volumen elevado) de la América profunda retratada. La traducción al catalán de David Pintó consigue domar los juegos de palabras hasta conseguir un tono fresco. Ayudan los múltiples detalles y el gran dinamismo que imprime la dirección de Cambray. Con unas plataformas móviles se recrea el constante fluir de espacios de una narratividad discontinua que mantiene el pulso cinematrográfico. En un esfuerzo técnico de excelencia, la ilusión coreográfica del bucle temporal se resuelve plausible, con alguna escena memorable que flirtea con el ilusionismo. 

Pero más allá de la técnica se trata de un espectáculo muy de piel, con 14 intérpretes que nunca se detienen para dar vida a una nómina de secundarios muy bien dibujados desde el arquetipo, pero sin caer en el trazo grueso. Destaca el dueto protagonista: Diana Roig ('La tienda de los horrores') con una sólida construcción de la frágil Rita, y un electrizante Roc Bernardí ('Aladín'), despliegue de recursos actorales para llevar a Phil del sarcasmo a la bonhomía, recorrido muy matizado. Con todo, un musical notable y divertido, gran formato por fin en catalán que por su calidad debería contar con el respaldo mayoritario del público.