Literatura

La Mercè Rodoreda periodista: 25 años y un estilo "implacable y antisentimental"

La editorial Comanegra reúne los artículos periodísticos y críticas que la escritora publicó entre 1932 y 1934 en 'Avui, que ens són familiars la browning i els gàngsters'

La escritora, en su juventud.

La escritora, en su juventud. / Arxiu Mercè Rodoreda de l’Institut d’Estudis Catalans

Alba Carmona

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«Me duelen unos cuantos errores que no son de imprenta, ni pueden inculparse a ningún linotipista, puesto que son fallos de lenguaje y de sintaxis que en un escritor de la categoría de Josep Pla duelen más», aseguraba una joven Mercè Rodoreda sobre 'Madrid', del escritor ampurdanés. Con el seudónimo de Just d'Esvern, la autora le recriminaba «una retahíla de 'de qué' imperdonables» y «algunos, pocos, ‘donar-se compte’ en lugar del correctísimo verbo ‘adonar-se'», aunque, en general, recomendaba el libro, «de buen leer». 

Más entusiasmada quedó, a cambio de 'Peikea, princesa caníbal' de Aurora Bertrana, quien, afirmaba, poseía «el don mágico de interesar desde las primeras líneas». «Aurora Bertrana ha escrito unas páginas brillantes, llenas de dulzura, de amor, de armonía, y de sensualidad ultra medida que poseen aquellos países exuberantes en cuya descripción es única», aseguraba, y le agradecía «la aportación a la literatura catalana».

De su padre, Prudenci Bertrana, alababa «una prosa a ratos poética, a ratos firme, segura, cambiante de matices, única para describir exteriores», si bien, a la crítica de 'El Vagabundo' le recriminaba que el protagonista perdía «consistencia », con una psicología «asfixiada», «bajo el chorro de prosa» de «nuestro mejor prosista catalán».

Esta Rodoreda periodista, una joven de 25 años capaz de entrevistar a autores consagrados o a la hija y la esposa del presidente Macià; la que escribía crítica literaria, teatral y cinematográfica con pluma afilada y la que, tras pseudónimos o sin firmar, enfilaba versos satíricos -entre ellos, un poema dedicado a Salvador Dalí, que comienza con «bigote de rata, ojo negro y abierto, cerebro de patata, pones cara de frío...»- es la que ha quedado recogida en 'Avui, que ens són familiars la browning i els gàngsters', editado por Comanegra. 

El libro compila la producción periodística de la autora de 'La plaça del Diamant' aparecida en periódicos y revistas entre 1932 y 1934, una «otra Rodoreda», con un estilo periodístico «implacable y antisentimental, juguetón, llamativo», según Mercè Ibarz, gran especialista en la autora, que se ha encargado de la edición del volumen.

Mercè Rodoreda había debutado en el periodismo en 1932 en Mirador, La Rambla y La Publicitat, y más adelante se convertiría en una de las colaboradoras más activas de la revista Clarisme. La precedían Carmen Karr, Anna Murià, Irene Polo, Rosa M. Arquimbau o Aurora Bertrana, con quien compartía «la ironía y el tono desenvuelto», con un periodismo hecho en primera persona que quiere «hacerse leer».

Y es que «el periodismo abrió las puertas a los jóvenes de hace un siglo y antes, en particular a los que querían ser escritores y más en particular a los escritores catalanes. En el caso de las mujeres, más aún», sentencia Ibarz, una de las personas que más luz ha aportado a los misterios rodoredianos, con trabajos como 'Retrato de Mercè Rodoreda', 'Rodoreda, un mapa' o 'Rodoreda: exilio y deseo'. 

La editora saca a relucir la Rodoreda que se había dedicado al periodismo en tiempos de la República, un «campo de fogueo» de la lengua y las pruebas de estilo antes de centrarse por completo en la literatura que había quedado olvidado, en parte, por voluntad de la propia autora. 

Esta redescubierta joven que quiere ser moderna, leída y preparada, y muy directa a la hora de tratar con coetáneos y clásicos, asegura Ibarz, también permite comprobar que la Rodoreda que se va al exilio «no era en absoluto una escritora sin formación », como se ha dicho en alguna ocasión, sino que había leído mucho.

Leyendo las crónicas, reportajes, críticas de libros, entrevistas o textos paródicos que dejó atrás, además, también puede constatarse «la transformación que las guerras y el exilio provocarían en la obra y en el personaje público de la polifacética, humorística, atrevida y muy trabajadora periodista y escritora».