Entrevista
Joan Manuel Sevillano, hombre fuerte del Thyssen Barcelona: "El acuerdo con la baronesa es mucho más amplio que un alquiler de obras"
El responsable de la división cultural de Stoneweg, firma inversora del proyecto, avanza que el futuro museo combinará la colección con un trabajo inspirado en el perfil, la vida, y la carrera como coleccionista de Carmen Cervera
"Tenemos un personaje extraordinario que representa muchas cosas y que lleva años queriendo volver a Barcelona", asegura el también exgerente de la Fundació Gala-Salvador Dalí
La baronesa presenta el Museo Carmen Thyssen de Barcelona junto a una de sus hijas
Claves e incógnitas del Museo Carmen Thyssen de Barcelona
Joan Manuel Sevillano, gerente durante más de veinte años de la Fundació Gala-Salvador Dalí, llegó al año pasado a Stoneweg para liderar la división dedicada a la cultura del fondo de inversión y desde su nuevo puesto se ha convertido en la cara visible y hombre fuerte del futuro Museo Thyssen de Barcelona, nuevo centro cultural que Carmen Cervera planea abrir en el antiguo cine Comedia no antes de 2027.
¿Cuál será su papel en el futuro Museo Thyssen de Barcelona?
Mi papel, como casi todos los que estamos implicados ahora en desarrollo del proyecto, es el que haga falta. Yo estoy en los órganos de gobierno como representante de Stoneweg en la Fundación Arte y Legado, que es la institución que se ha creado para gobernar el museo y todo lo relacionado con su actividad. A partir de aquí, todo dependerá de cómo acabamos definiendo los órganos ejecutivos. Como es algo bastante atípico, tenemos que inventar; no es un museo normal, donde pones a un director y luego los cargos son los mismos en todas partes. Será un tema bastante innovador, con varios frentes.
¿En qué sentido?
Tendremos una colección importante, que necesita gestionarse con los niveles de excelencia exigibles; y un espacio de exposiciones temporales y más experimentales, que tiene que tener la capacidad de producir contenido innovador y relevante, rompiendo normas y barreras. Y después tendremos un espacio para realizar actividades complementarias. Combinar todo esto para que funcione de forma óptima es el secreto.
¿Hay director ya?
No, todavía no.
La baronesa insinuó que sería alguien muy importante y conocido.
Lo que dice la baronesa es cierto, pero no es que haya una persona escogida, sino que la figura queremos que esté a la altura del proyecto. Pero no por famoso, sino por trayectoria.
¿Y arquitectos? Se habló de dos estudios: uno de aquí y otro internacional.
Lo que no trasciende es porque realmente no puede trascender. No es que estamos guardando secretos, es que estamos acabando de atar los compromisos. Hasta hace tres semanas, por ejemplo, estábamos trabajando con unos parámetros distintos: íbamos a alquilar un edificio, con lo que el proyecto de arquitectura tenía unas características y el nivel de compromiso con la transformación del espacio era otro. Ahora estamos en un proyecto que realmente se acerca más al ideal que queríamos.
¿Qué cambió para que se decidiera comprar el Palau Marcet?
Es la última gran esquina de Barcelona que necesitaba una estabilización, y es un ejemplo tangible de lo que queremos hacer en la división de cultura. No vemos los espacios sólo unos lugares que se construyen y venden, sino que también los podemos convertir en lugares donde la gente vive la vida y practica cultura en el sentido más amplio.
¿Se ha hablado ya con las tiendas afectadas?
Éste es un proyecto a muy largo plazo y no puede nacer de una confrontación. Esto ya lo dijo Jaume Sabater, el fundador y presidente de Stoneweg: los contratos están para cumplirse.
Sabater también dijo que era pronto aún para hablar de plazos y fechas de inauguración. ¿En qué punto está el museo?
Estamos acabando de perfilar el proyecto museológico. Se ha alargado un poco porque la compra nos obliga a realizar una actualización. Lo mismo con los programas arquitectónicos. Todo esto llevará unas semanas, y después empezará la creación del proyecto concreto. La construcción comenzará en el momento que tengamos las licencias concedidas, pero yo diría que un año para empezar no nos lo quita nadie. Lo que es noticia es que compramos y esto nos permite dar un salto cuantitativo y cualitativo. Es un punto de no retorno. Hasta ahora había muchas cosas que podían ir muy mal, ahora son muchas menos.
¿Cuántas obras contempla el acuerdo con Carmen Cervera?
El acuerdo con la baronesa es mucho más amplio que el de un alquiler de obras. Ahora no recuerdo el número exacto, pero es un acuerdo muy generoso de disponibilidad de obra que cuenta además con la implicación personal de la baronesa. Debe entenderse que no será solo un museo de presentación de colección, es un museo legado. Es una persona de generosidad increíble y el museo llega en un momento idóneo, cuando Barcelona está empezando a sonreír de nuevo. En este sentido, el museo hará un trabajo inspirado en su perfil, la historia de su vida, las relaciones que ha tenido, los proyectos en los que ha participado, los cuadros que ha comprado y los que no pudo comprar… Tenemos un personaje extraordinario que representa muchas cosas y que lleva años queriendo volver a Barcelona. Todo esto crea un corpus temático que permite unos contenidos interesantísimos e innovadores, que pueden ir desde cuadros que son su pequeño tesoro personal hasta la colección de trajes hechos a medida por los grandes modistos de París.
¿Saben ya como “fluirán” las colecciones, por utilizar una expresión de la baronesa?
Es una palabra muy bonita que refleja bastante bien las conversaciones que hemos ido teniendo. Nosotros tenemos este componente de legado personal que queremos hacer valer y con el que no diferenciamos, pero el museo nace con una voluntad de complicidad y de colaboración primero con los museos Thyssen y después con todo el tejido de instituciones culturales de Barcelona. Hemos venido a ayudar a enriquecer y cambiar la ciudad.
¿Acabará entrando Stoneweg en el Museo Thyssen de Sant Feliu de Guíxols?
En un contexto de complicidad y colaboración, Sant Feliu está como prioridad. Ahora lo que estamos analizando con ellos es cómo hacerlo posible. La voluntad existe, y además hay muchos ejemplos de éxito de colaboraciones y organizaciones que tienen varias sedes.
El día de la presentación, estaba presente en el Saló de Cent Isak Andic, de quien se ha dicho podría haber estado involucrado de alguna manera en el futuro museo.
Estaba como invitado, sí. Hay muchísima gente en la que, de alguna manera, se ha pensado que pueda formar parte, pero es algo que no puedo confirmar. Lo siento mucho por él, porque era alguien que todavía tenía años de aportación y de dinamismo por delante, y desgraciadamente lo hemos perdido. En cualquier caso, hay más gente que en un momento determinado puede entrar en la órbita del proyecto. Pero como organización priorizamos la adecuada ejecución del proyecto. ¿Por qué no hemos hecho muchas declaraciones como Stoneweg hasta ahora? Porque estábamos ocupados negociando contratos, valorando costes, valorando dificultades técnicas; haciendo el trabajo que debemos hacer para que esto funcione.
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