40 años de historia

Cientos de personas acuden a la Librería Sant Jordi tras su mensaje de cierre: “Está siendo como un cuento de Navidad”

Tras la muerte de su dueño, Josep Morales, y ante el fin de su contrato de alquiler, la mítica librería situada en la calle Ferran pone en liquidación sus libros

"Es interés del Ayuntamiento proteger las actividades culturales, y evitar que actividades como la Librería Sant Jordi desaparezcan de nuestras calles", afirman desde el consistorio

Una histórica librería de Barcelona, expulsada del Gòtic por el elevado precio del alquiler

Barcelona
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“Buenos días, quería pediros un favor. Josep era el propietario de la Librería Sant Jordi, en la calle Ferran, de Barcelona, y ha muerto esta semana pasada. Tienen muchos libros y están a tope intentando vender al máximo porque tienen que cerrar la tienda…”. Así empezaba el mensaje que se difundió a través de redes sociales y de mensajerías para invitar a amigos, conocidos y contactos a comprar libros de esta librería, antes de su cierre. Lo que no se esperaban en este establecimiento es que la llamada anónima llegara a cientos de personas. Este jueves, incluso antes de la apertura del negocio, ya había colas para visitar la librería y llevarse algún libro.

“Josep falleció la semana pasada y la gente quería mostrar su cariño, su solidaridad, su amor por la librería”, explica Cristina Riera, pareja del librero y miembro del equipo directivo del Festival L’Alternativa. “Empezó a correr la voz y se volvió viral”. La cola se mueve rápido, y después de unos minutos se puede entrar en el local, que se inauguró como librería en 1983, pero que antes albergó una tienda de guantes y sombreros y conserva el aspecto de tienda del siglo XIX. “Yo conocí esta librería hace 30 años y me enamoré de las conversaciones y su ambiente”, recuerda Riera, que ahora se emociona viendo como clientes habituales y vecinos se pasan para explicar sus historias. 

"Desde el distrito somos conocedores de la situación de la Librería Sant Jordi", afirman fuentes del ayuntamiento, y añaden que el consistorio se muestra "abierto a estudiar y analizar si existe otra forma de ayudar a la conservación de esta actividad comercial, dentro de las posibilidades de la administración". "Es interés del Ayuntamiento proteger las actividades culturales, y evitar que actividades como la Librería Sant Jordi desaparezcan de nuestras calles", apuntan.

Cientos de personas acuden a la Librería Sant Jordi tras su mensaje de cierre

La librería está vendiendo su stock a precios rebajados, antes de que se acabe su contrato de alquiler. / ZOWY VOETEN

Josep tiene que estar tan emocionado como nosotros, esté donde esté

Cristina Riera

Los lectores han respondido a la llamada para hablar, recordar y llevarse alguno de los cientos de libros. Desde títulos especializados en arte, fotografía, diseño e ilustración hasta obras más comerciales, como los populares libros de la saga 'Blackwater'. “He comprado dos minicuentos para mis nietos y sobrinos que eran iguales que los que me regalaban mis padres a mi”, explica Pili Beiges, que acudía a esta librería desde hacía 15 años. “Yo vengo a ver lo que hay, conocía la librería y soy muy amante de la literatura”, añade Aristóbulo Roldán. “Lo que no me esperaba que hubiera tanta cola, pero me alegro mucho”, añade.

“Se está convirtiendo un pequeño Sant Jordi improvisado”, bromea Riera. “Josep tiene que estar tan emocionado como nosotros, esté donde esté. Es el mejor homenaje, el más precioso, estamos llorando todo el día de emoción”. A pesar de que describe a Josep como una persona discreta, se alegra de que haya tanta gente compartiendo su pasión y amor por los libros: “Está siendo como un cuento de Navidad”. Dentro de la tienda, van apuntando todas las compras a un ritmo frenético, pero no tienen ni idea de cuánto han podido llegar a vender ni qué stock les queda. 

Salvar la librería

La Librería Sant Jordi se ha convertido en lugar emblemático en la calle Ferran, donde ya solo quedan un par de negocios del siglo XIX. “Yo seguiré luchando para que la librería se quede aquí, porque es lo que está pidiendo todo el mundo y es un lugar que lo necesita”, destaca Riera ante la gentrificación del barrio Gótico. “La intención es que el patrimonio, catalogado como emblemático, pasase a formar parte de la ciudad, como privado no se puede sostener, pero público sí”, añade. Señala que el Ayuntamiento podría hacerse cargo de este sitio para mantener una de las últimas librerías históricas de Barcelona. El alcalde Collboni ha pasado estos días por la librería para hablar con los dueños y comprar un libro.

 “En 2014, cuando hablamos de renovar el contrato, querían pasarnos el alquiler de unos 1.000 euros a casi 10.000”. Un precio inalcanzable, que no pudieron aceptar y les llevó a buscar otro local para el futuro. Consiguieron una obra pública en la calle Robadors, pero se quedó en “stand-by”. “Nos pilló el Covid y la enfermedad de Josep, y no pudimos hacer el traslado, pero sigue estando ahí como una posibilidad, un plan B”, explica Riera. Mientras que ella no se ve capaz de gestionar la librería, ya que tiene otros proyectos, sí que espera que la Sant Jordi pueda seguir existiendo. “Sí que quiero que alguien pueda tomar el relevo y en eso estamos, luchando para que continúe como patrimonio de la ciudad”. 

Cientos de personas acuden a la Librería Sant Jordi tras su mensaje de cierre

BARCELONA 19/12/2024 Icult. Colas en la librería Sant Jordi, que cierra tras la muerte de su dueño. FOTO de ZOWY VOETEN / ZOWY VOETEN. EPC

Hasta febrero, que es cuando finaliza el contrato, intentarán vender lo máximo posible. Con rebajas en muchos de los libros, y lotes de regalos para Navidad, es una parada muy tentadora para los amantes de los libros. La gente no para de llegar a la librería, y la cola se amplía. Apenas ha habido no tiempo para comer al mediodía. A pesar del ritmo frenético y la acumulación de gente, Riera está muy contenta: “Quiero dar las gracias a toda la ciudadanía que está movilizando, necesitamos su amor y su apoyo. Vamos a continuar con esta lucha y los necesitamos”.