'L'image revenante'

El arte contemporáneo de la Fundació La Caixa desembarca en Ginebra

Piezas de Julian Schnabel, Cindy Sherman, Allan McCollum, Dora García y Cristina Iglesias recalan en el museo Rath para reflexionar sobre el poder de la imagen, la devoción por ella y el problema de la representación en una muestra comisariada por Nimfa Bisbe y Carlos Martín

Cindy Sherman como Judith y Holofernes.

Cindy Sherman como Judith y Holofernes. / Fundació La Caixa.

Marta Cervera

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Una selección de 18 obras pertenecientes a la Colección de Arte Contemporáneo de la Fundació La Caixa se exhiben hasta el próximo 13 de abril en el Museo Rath de Ginebra, en Suiza. Su arquitectura, con aspecto de antiguo templo, es un guiño también al título de la muestra: 'L’ image revenante' ('La imagen reaparecida'). La pervivencia de formas y modelos que desaparecen y reemergen en la historia del arte centra la exposición, con obras de Julian Schnabel, Cindy Sherman, Allan McCollum, Dora García y Cristina Iglesias, entre otros.  "Hemos acotado la selección a obras de la colección que remitían a aquellas que hablan de la imagen, la devoción por ella y el problema de la representación", explica Carlos Martín, comisario de la exposición junto a Nimfa Bisbe, directora de la Colección de Arte Contemporáneo de La Caixa. En el céntrico Rath se celebran las exposiciones temporales del Museo de Arte e Historia (MAH) de Ginebra, que colabora con el proyecto.

Lienzo de Jorge Pardo, 'Sin título', de la Colección de Arte Contemporáneo de la Fundación ”la Caixa”.

Lienzo de Jorge Pardo, 'Sin título', de la Colección de Arte Contemporáneo de la Fundación ”la Caixa”. / © Cortesía del artista y de la galería Neugerriemschneider (Berlin) ; photo: Jens Ziehe, Berlin

A modo de bienvenida, el visitante debe arrodillarse para entrar en 'The trajectory of light in Plato's cave (from Plato's cave, Rothko's chapel, Lincoln's profile)', una instalación del artista visual estadounidense Mike Kelley (1954-2012) que evoca la Cueva de Platón. Instalada en el centro del edificio, como si fuera la nave central de una iglesia laica, sirve para plantear preguntas acerca de la imagen representada y su verdad. Es el punto de partida de un recorrido dividido en tres etapas: 'La pervivencia de la imagen', 'La disolución de la imagen' y 'El grado cero de la imagen: la estela de Duchamp'. 

En la primera se exhiben obras que remiten a otras figuras o modelos del pasado con un enfoque diferente. El arte religioso reinterpretado de formas muy distintas. Por ejemplo, con una foto tan bella como cruda: 'Black Madonna with Twins', de Vanessa Beecroft (1969), una imagen con dos niños situada en un espacio precario que conecta con las pinturas del Renacimiento italiano. Frente a esta obra se expone un cuadro muy diferente del norteamericano Jorge Pardo (1963) que apela a nuestro inconsciente conectando el arte de Magritte y el religioso al integrar un crucifijo de madera con aire de pájaro o nave espacial de formas curvilíneas sobre un lienzo que en realidad, es un fragmento de la moqueta diseñada por el artista John Baldessari para la exposición 'Magritte and contemporary art: the yreachery of images' del 2006 en el LACMA de Los Ángeles. Al fondo de esta sala destaca 'Crucifixión' de Antonio Saura (1930-1998) , una pieza que conecta con la violencia y el realismo de la pintura barroca española. "En esta obra ves la influencia de Picasso y de los expresionistas abstractos", señala Bisbe.

Una de las obras de la exposición, de Robert Mangold: 'Plano curvo/figura XI'.

Una de las obras de la exposición, de Robert Mangold: 'Plano curvo/figura XI'. / Fundació La Caixa.

Una sala rectangular y de las mismas dimensiones acoge la segunda etapa de este viaje a la evolución de la forma en el arte: 'La disolución de la imagen'. Aquí cobra un gran protagonismo la obra de Julian Schnabel (1951) 'Everyday is the beast with iron teeth and ten Horns. 70th Week' y su mensaje apocalíptico, un obra hecha con telas militares que resuena y mucho en el mundo actual. En esta sección de la muestra se cuestiona la representación a través de la abstracción e incluso mostrando el vacío que queda tras la anulación de la imagen con la serie 'Collection of two hundred and sixteen plaster surrogates', de Allan McCollum (1944).

Duchamp y su influencia

La muestra termina en la sala subterránea con 'El grado cero de la imagen: la estela de Duchamp', una revisión y homenaje al audaz y provocador artista francés Marcel Duchamp (1887-1968), precursor del arte conceptual. 'La boîte en valise (série F)', perteneciente al Museo de arte e historia de Ginebra ocupa un lugar central en esta sala. Marcel Duchamp empezó en 1934 a revisitar su obra del pasado ideando esta caja portátil desplegable, una especie de pequeño museo donde en versión reducida compiló muchas de sus obras. La primera se la encargó Peggy Guggenheim pero hizo varias versiones demostrando que la copia y el original ofrecían un placer estético similar.

"Duchamp no creía en la imagen única sino en su réplica. Esta caja le servía para exponer su catálogo de obras. Tiene algo casi ritual, casi de relicario", señala Carlos Martín. El eco de Duchamp se nota en artistas contemporáneos como el portugués Julião Sarmento (1948-2021), que hace una alusión a 'Le Grand verre' de Duchamp a través de la obra 'Phicares' . También Rachel Harrison (1966) se espeja en 'Desnudo bajando una escalera', una obra de Duchamp que, como recuerda Martín, "en su día causó un escándalo tremendo por cargarse todos los principios del cubismo y el futurismo". Pero lo que más sorprende es la coloración en diferentes vitrinas de las figuras de 'los solteros' de Duchamp convertidos en esculturas en tres dimensiones de hierro por Sherrie Levine, resignificando la obra del francés.