Entrevista

Ariadna Gil: "La mirada hacia una mujer que abandona a su familia y un hombre que hace lo mismo es diferente"

Ariadna Gil inauguró la Sala Gran del TNC con ‘La gavina’ de Chéjov en 1997. Casi 30 años después, protagoniza en el mismo escenario ‘Ana Karenina’, una adaptación de la novela de Tolstoi donde vuelve a trabajar con la directora Carme Portaceli y la dramaturga Anna Maria Ricart, con quien ya hizo 'Jane Eyre'. Aunque se ha prodigado más en el cine, Gil nunca ha olvidado el teatro, donde debutó con 'Trucades a mitjanit' en 1991 tras graduarse en el Institut del Teatre.

Ariadna Gil, en el vestíbulo del TNC.

Ariadna Gil, en el vestíbulo del TNC. / Manu Mitru

Marta Cervera

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Barcelona
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¿Qué le aportan las tablas que no le dé el cine?

En el teatro siento que tengo más tiempo para ir más a fondo. En ‘Ana Karenina’ tengo un personaje donde hay mucho que rascar y una novela brutal. Pero incluso cuando hago otro tipo de personajes, siento cómo todo va evolucionando: cuando lo preparas, cuando lo ensayas y luego, cuando lo interpretas ante el público.

¿Agradece ese contacto directo con los espectadores?

Gracias a él cada noche nuestro trabajo en el teatro es distinto, porque vas encontrando sentido a cosas que ni siquiera habías olido. En el cine eso es imposible. Allí todo se concentra en el momento en el que ruedas. Después ese trabajo será manipulado, en el buen sentido de la palabra, y se convertirá en otra cosa. En el cine formas más parte de un engranaje. En el teatro, como actriz, tienes mucho recorrido y no se acaba hasta la última función, porque cada día pasan cosas.

¿Cuál es su visión de Ana Karenina, una mujer del siglo XIX que lo deja todo por amor y es condenada por la sociedad?  

Ella se lo juega todo a una carta cuando decide dar ese paso. Eso es peligrosísimo. Todo lo pone en ese amor y se queda aislada. Tiene poca capacidad de hacer otras cosas después de eso. Quiere que ese amor salga bien.

Hoy en día el mundo ha cambiado. ¿O cree que se valora diferente dependiendo de si es un hombre o una mujer quien deja el hogar?

Hay mujeres que abandonan a sus maridos y estos matan a sus hijos. O a veces ellas tienen dificultades para verles. En la Rusia en la que transcurre la novela, si te divorciabas, perdías la custodia de tus hijos automáticamente. Aquí, en nuestra sociedad, siguen pasando cosas. La mirada hacia una mujer que abandona a su familia y a un hombre que hace lo mismo sigue siendo diferente. 

¿En qué sentido?  

Tolstoi retrata a tres parejas distintas y las va siguiendo. Muestra su evolución a través de la convivencia, la familia y un sistema social y familiar muy parecido al nuestro. Su mirada sobre las relaciones es bastante oscura. Realista, pero oscura. Muestra como en las relaciones se van perdiendo cosas con el día a día.

¿Ana Karenina es demasiado soñadora? 

Cada uno que lea la novela tendrá su punto de vista. Para mí es alguien muy vital, que ha vivido demasiado reprimida, desconociendo esa capacidad de enamorarse, de amar, de sentir una pasión carnal. Ella se ha casado muy joven con un señor importante, mucho mayor que ella, con quien ha tenido un hijo. Está acostumbrada a moverse en un ambiente de poder. No es la mujer más bella que existe, pero sí tiene algo magnético que hace que todos se fijen en ella. De repente, sin buscarlo, se encuentra con algo que nunca le había sucedido. 

Un ‘coup de foudre’ total.

Ana nunca había sentido algo así y va a por ello. Pero también se siente muy mal. Es alguien que sufre desde el principio de vergüenza, culpa y miedo a no saber qué pasará con su hijo si deja al marido.

¿Hasta qué punto su experiencia personal la ha ayudado a la hora de crear el personaje? Usted también tenía una familia y se fue tras el amor.

En todos los personajes, primero buscas aquello en lo que te pareces y después, aquello que no entiendes. Los parecidos con el personaje puedes pensar que te ayudan. Pero quizás no te sirve de nada, porque ese personaje no lo vive todo exactamente igual a lo que tú has experimentado. Lo importante es seguir al personaje, porque no es tu historia la que cuentas, sino la de un personaje que te lleva a otro lado, con otro comportamiento que no es exactamente el tuyo. Como actriz no solo es importante lo que has vivido en tu propia carne, sino observar lo que pasa a los que tienes alrededor y las consecuencias de sus decisiones.

"Como actriz no solo es importante lo que has vivido en tu propia carne sino observar lo que pasa a tu alrededor"

¿Qué le preocupaba más a la hora de preparar este rol?

Todo. 'Ana Karenina' es una obra maestra de la literatura. Yo no he leído nada igual. Y ojo que me faltan muchas por leer. ¡No me considero especialmente culta! Leí la novela hace tiempo y la he vuelto a leer para este montaje. Sin duda es lo mejor que he leído. Pero, ¿cómo contamos esto? Cuando Carme [Portaceli] me dijo que quería adaptarla no sabía qué personaje quería que hiciera, pero me apunté porque sabía que valía la pena dedicar muchos meses de mi vida a esta obra y más con este equipo. Es maravilloso poder estar en un proyecto así donde has de investigar, aprender, superar problemas…  

Portaceli rescata la protagonista de 'Anna Karènina' de Tolstoi para que cuente lo que realmente sucedió y sintió.

Portaceli rescata la protagonista de 'Anna Karènina' de Tolstoi para que cuente lo que realmente sucedió y sintió. / David Ruano

Cada cual tiene su idea de ‘Ana Karenina’.

Todo el mundo, haya o no leído la novela. Y eso también me preocupaba. Al principio no quise ver películas ni nada, pero una vez tuve la versión del texto, a medida que se acercaba la fecha de los ensayos, me puse a ver, leer y escuchar todo lo que encontré. Todo me ha servido a la hora de juntar las piezas de este puzzle.

Su hija Violeta también es actriz. ¿En las reuniones familiares hablan mucho de trabajo o lo aparcan?

Cero. No hablamos de trabajo. Existe, claro, porque es una parte importante de nuestra vida. Pero este es un oficio. Mientras trabajas te centras en tu papel, pero después lo dejas y haces vida normal.

Lleva casi 40 años como actriz. ¿Se arrepiente de no haber hecho más carrera internacional?

Uno toma decisiones por muchas razones y son las que son. No sé si mi carrera hubiera sido mejor o peor de haber tomado otras. A ratos estoy contenta. Ahora mismo, por ejemplo, estoy contentísima y muy feliz de estar haciendo ‘Ana Karenina’ con compañeros excepcionales.

La primera oportunidad en el cine se la dio Bigas Luna.

Me dio un papel muy pequeño en ‘Lola’, donde solo salía al principio y al final.  

¿Entonces ya tenía claro que quería ser actriz?

Todo lo claro que lo pueda tener una adolescente. Yo sabía que quería dedicarme a esto porque veía películas en la tele y me metía de lleno en ellas, sobre todo si las hacían niñas. Recuerdo que al ver ‘Fuego de juventud’ con Elizabeth Taylor. Yo quería ser aquella niña que montaba a caballo.

¿Con el tiempo, sus preferencias entre cine y teatro han cambiado?

En la carrera de un actor, en contadísimas ocasiones uno decide que solo hará cine o teatro. Voy donde me lleva mi profesión y soy superafortunada porque tengo propuestas. Pero no elijo mis proyectos según el medio, sino según el tipo de proyecto y con quién voy a trabajar. Evidentemente, también paso épocas esperando. O diciendo no a cosas que no me interesan lo suficiente.

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