Maurizio Cattelan

El plátano de la discordia que sacude Italia: "Ha sido un espectacular desliz"

Maurizio Cattelan, el artista italiano más famoso y cotizado, protagoniza el eterno debate sobre qué es arte y qué no lo es después de que su plátano pegado a la pared con cinta aislante gris se subastara por 6,2 millones de dólares después de ser adquirida por 25 céntimos a un frutero inmigrante viudo que trabaja 12 horas al día en una tienda callejera en Nueva York

El empresario de criptomonedas chino Justin Sun cominéndose el plátano de Cattelan.

El empresario de criptomonedas chino Justin Sun cominéndose el plátano de Cattelan. / PETER PARKS

Irene Savio

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Roma
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Escándalo y un debate sobre qué es arte y qué es traicionar el arte, ha provocado en Italia en estos días la última subasta de Sotheby‘s de la obra 'Comedian', de Maurizio Cattelan, el artista italiano más famoso y más cotizado del mundo. La razón: la obra en cuestión era un plátano pegado a la pared con cinta aislante gris que se subastó por 6,2 millones de dólares, después de ser adquirida por 25 céntimos a un frutero inmigrante de nombre Shah Alam, viudo además y que trabaja 12 horas al día en una tienda callejera en Nueva York.

Ha bastado esto en un país como Italia, tan acostumbrado a las noticias extravagantes, para desatar la polémica en torno a su conciudadano. Desde entonces han corrido ríos de tinta en los medios de comunicación transalpinos, ha habido encendido debates televisivos, e incluso se han multiplicado las cartas de lectores indignados por lo que se ha considerado como un auténtico insulto a los más pobres y un lamentable elogio de la desigualdad.

"Es una historia paradigmática de cómo el arte se ha vuelto exacerbado, surrealista, desconectado de la realidad y generador de desigualdades sociales", ha escrito Il Corriere della Sera, diario de referencia de la burguesía italiana. "Ha sido un espectacular desliz del arte contemporáneo hacia el mundo de las finanzas y el marketing publicitario", ha opinado el progresista La Repubblica. "La fuerza del capitalismo está en que lo absorbe todo", ha concluido Roberto Pecchioli, escritor.

La obra del artista Maurizio Cattelan se denomina 'Comedian'

La obra del artista Maurizio Cattelan se denomina 'Comedian' / SOTHEBY'S | Europa Press

Mundo paralelo

El periodico italiano Avvenire, fundado en 1968 y de orientación católica, incluso fue más directo al comentar el posterior anuncio de Justin Sun, propietario de una plataforma de criptodivisas y comprador de la banana, de comerse la obra (como finalmente hizo el pasado viernes). "Lograda esa fama planetaria que ansiaba más que la riqueza, Sun volverá a ese mundo paralelo de jets privados y dinero que genera más dinero", escribió el diario. "A nosotros, nos queda en la boca un sabor amargo que sabe a desigualdad, y no solo a pobreza", razonó. 

"¿Cómo es posible que hayamos caído tan bajo?", se ha llegado a preguntar el periodista, escritor y empresario Luca Ciarrocca. "¿Es aceptable lo que vemos? Sí, porque el arte contemporáneo refleja nuestros tiempos. Y estos personajes que hoy se relacionan con el arte para hacerse publicidad son uno de los símbolos de nuestra era, contaminada por un desenfrenado narcisismo", ha opinado.

El problema, según Ciarrocca, no sería la obra en sí. "Ha habido decenas de ejemplos más escandalosos en el pasado, desde el orinal de (Marcel) Duchamp (de 1917) en adelante", ha razonado el intelectual. "El problema es el mercado […] que, en mi opinión, es una estafa […] con sus galeristas ávidos y sin escrúpulos, cuatro o cinco casas de subastas en crisis y, lamentablemente, tipejos arrogantes y deseosos de publicidad", ha continuado Ciarrocca. 

100.000 bananas

Definido por algunos críticos como "el heredero" de Andy Warhol y no ajeno a las polémicas — hace algunos años colgó de un árbol de Milán a tres maniquíes de niños y, en otra ocasión, realizó una escultura de Juan Pablo II aplastado por un meteorito—, incluso Cattelan se dijo "conmovido" por la historia del bengalí Alam, aunque rechazó toda otra crítica. "La reacción del vendedor de bananas me tocó profundamente [...]. Sin embargo, el arte no resuelve problemas: si lo hiciera sería política", afirmó, tras ser contactado por la prensa anglosajona.

Lo mismo ha confesaso Justin Sun. "Su papel (de Alam) en esta obra no lo he tomado a la ligera. Su reacción es un conmovedor aviso", dijo el multimillonario chino, después de enterarse de que el inmigrante se había quedado atónito al saber el precio que había alcanzado la fruta durante la subasta. Con ello, el empresario chino prometió que le comprará 100.000 bananas al frutero. Una solución que, sin duda alguna, no acallará el debate. 

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