Els Pirates estrenan 'La cuina', una denuncia de la precariedad ambientada en un restaurante del Raval

Ollas hirviendo, vegetales listos paras ser cortados en juliana, un pescado a punto de pasar por la paella y todo el ajetreo de una cocina profesional aparecen ante el espectador gracias al arte del teatro en 'La cuina', la nueva propuesta de Els Pirates dirigida por Adrià Aubert. Este jueves se estrena en el festival Temporada Alta de Girona y a partir del día 19 la compañía que gestiona El Maldà le hará la competencia a su sala en el Barri Gòtic estrenando en La Beckett esta obra inspirda en un texto del inglés Arnold Wesker de 1957, autor también de 'Sopa de pollo con cebada' y 'Estamos hablando de Jerusalén'.

La actriz Laura Aubert se estrena en la dramaturgia con este montaje que traslada la acción de Inglaterra a Catalunya para mostrar una ficción muy real situada en un restaurante emblemático que bien podría ser uno de toda la vida del Raval, de esos que podría desaparecer cualquier día, como tantos negocios históricos que han bajado definitivamente la persiana en la capital catalana o que ya han sido traspasados. 'La cuina' es un retrato de nuestro mundo capitalista a partir de todo lo que se cuece en un restaurante del Raval que han bautizado con un nombre significativo: Cuina Minvant.

Aubert se ha entrevistado con diferentes chefs antes de ponerse al frente del proyecto y los intérpretes han visitado la cocina de algún restaurante para meterse en el papel de pinches, lavaplatos, cocineros, camareros, jefes de sala.... "Aunque no utilizamos ningún alimento en la obra, no paramos de trabajar con todo tipo de utensilios y de cocinar con ellos como si estuviéramos preparando platos de verdad", señalan los intérpretes.

Junto a Aubert actúan Bernat Cot, Ricard Farré, Núria Cuyàs y Laura Pau. Cada uno de ellos da vida a dos personajes como mínimo. Los intérpretes apuntan que se conozcan o no las interioridades del mundo de la restauración, la obra resonará a todo tipo de público porque habla de temas muy humanos. "Todo el mundo se puede ver reflejado en los personajes que aparecen en la obra", dice Aubert.

"Es una alegoría de lo que pasa en nuestra ciudad y nuestra sociedad"

El estrés, la rutina, la tensión, la precariedad laboral, la pasión, las envidias, el interés individual son algunos de los temas que aparecen en la obra, un reflejo de nuestro mundo, una olla a punto de explotar o no, según como se mire.

La obra transcurre durante una jornada laboral. Abarca desde la preparación del primer servicio del día de la comida hasta el segundo, la cena. Ese espacio temporal permite captar la actitud ante la vida de los diferentes personajes, sus anhelos y contradicciones. "La obra habla de muchas cosas pero sobre todo habla de relaciones. Es una obra profundamente humana", apuntan Els Pirates. "Es una alegoría de lo que pasa en nuestra ciudad y en nuestra sociedad".

Cinco canciones

La pieza incluye cinco canciones de Ariadna Cabiró, otra integrante de Els Pirates, que abordan temas como la rutina, el estrés o el panorama actual en Barcelona, una ciudad que no para de crecer en turismo mientras expulsa a sus habitantes con precios abusivos de alquiler. La precariedad, la división entre restaurantes con y sin estrella Michelin, la manera en que cada cual vive su pasión por los fogones, sus aspiraciones y su filosofía de trabajo son algunos temas que aparecen en una obra. Hay una crítica al capitalismo porque "muestra cómo la presión, el agotamiento y las preocupaciones de cada cual para salir adelante en el día a día impiden que nos unamos y nos rebelemos como sociedad", señalan. "Las prisas y el trabajo nos convierten en hámsteres que no saben más que seguir corriendo en la misma rueda".

Els Pirates pertenecen a una generación luchadora. Entraron en el mercado laboral en 2008, el año de la terrible crisis que les llevó al pluriempleo para poder pagar el alquiler. Todos ellos acudieron hace una semana a la manifestación solicitando una vivienda digna con precios asumibless y algo de esa justicia social que reclaman se ha filtrado en el montaje.

Coreografía con objetos

Para ellos lo más difícil de esta producción ha sido no solo reflejar toda la tensión que se genera en una cocina sino esa coreografía que hará que el público imagine todos esos suculentos platos que preparan es su cocina sin ni siquiera mostrar un ramito de perejil, un diente de ajo o una gota de aceite. "Más que aprendernos el texto, lo que más nos ha costado es ajustar la coreografía que realizamos de principio a fin con un montón de objetos", resalta la compañía, que esta vez trabaja con una escenografía central con el público a cuatro bandas.

'La cuina', en definitiva, es un reflejo del mundo acelerado en el que vivimos. "No es tan distinto lo que ocurre en una cocina que en un teatro. 'The show must go on' tanto en el escenario como en la vida. Y si se te quema un plato, has de preparar otro, no puedes dejar al comensal sin nada", concluyen.