Estreno
'Beatles '64': memoria de dos semanas que cambiaron el mundo
Disney+ estrena un documental producido por Martin Scorsese que revive la histórica primera visita de los Beatles a Estados Unidos
El nacimiento de la beatlemanía a través de la cámara de Paul McCartney
'Let it be', la película maldita de los Beatles: "Estar en aquella azotea fue un momento glorioso"

Los Beatles, a su llegada al aeropuerto JFK de Nueva York, en una imagen de 'Beatles '64' / Disney +


Rafael Tapounet
Rafael TapounetPeriodista
En un momento del documental ‘Beatles ‘64’, un reportero le pregunta a una chica apostada a las puertas del Hotel Plaza de Nueva York si le gusta algún cantante americano. “No -responde ella con una franqueza desarmante-. Por mí pueden pudrirse todos. Elvis Presley apesta. Y, de todas maneras, es muy viejo”. Estamos en febrero de 1964 y Elvis Presley acaba de cumplir 29 años. A los ojos de las adolescentes de su país, el rey del rock and roll se ha convertido en un viejo antes de llegar a la treintena. ¿Cómo ha podido suceder? La explicación se halla en esos mismos momentos en las Suites Presidenciales de la planta 12 del Hotel Plaza y responde a los nombres de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. Los Beatles acaban de llegar por primera vez a Norteamérica y han marcado una línea en el tiempo: todo lo que había antes de ellos ha quedado irremediablemente obsoleto.
Producido por Martin Scorsese y dirigido por David Tedeschi, que ya había ejercido de montador en los documentales que el primero había dedicado a Bob Dylan, George Harrison y los Rolling Stones, ‘Beatles ‘64’ (que el viernes 29 se estrena en la plataforma Disney+) recrea con mirada entre fervorosa y estupefacta aquella primera visita de los Fab Four a Estados Unidos; dos semanas de febril excitación que transcurrieron entre Nueva York, Washington y Miami y que cambiaron para siempre el paisaje cultural y social del país de las barras y las estrellas. Y del mundo entero.
Tedeschi ha construido su película a partir del metraje que los hermanos Albert y David Maysles rodaron por encargo de Granada Television para documentar el desembarco de los Beatles en América con motivo de su participación en el popular ‘Ed Sullivan Show’ de la CBS. Es un material fascinante -se filmaron más de 11 horas, con acceso prácticamente ilimitado a la intimidad de los músicos- que ya había aparecido parcialmente en los documentales de los Maysles ‘What’s happening? The Beatles in the USA’, de 1964, y ‘The Beatles: The first US visit’, de 1991, y que sirvió de obvia inspiración a Richard Lester a la hora de retratar la histeria desencadenada por la beatlemanía en la película ‘¡Qué noche la de aquel día!’ (1964).
Abandonar el luto
‘Beatles ‘64’ hace suya la tesis, casi universalmente aceptada, de que el advenimiento de los Beatles contribuyó de forma decisiva a hacer que los estadounidenses pudieran dejar atrás la conmoción provocada por el asesinato de John Fitzgerald Kennedy, ocurrido menos de tres meses antes. “Cuando llegamos, América estaba de duelo -recuerda McCartney en una de las nuevas entrevistas con las que Tedeschi aporta contexto a las imágenes de los Maysles-. Quizá América necesitaba algo como los Beatles para abandonar el luto y decir: la vida sigue”.
Tiene sentido. Si hay un sentimiento que transmiten esas imágenes de cuatro veineañeros de Liverpool descubriendo (y conquistando) el nuevo mundo con los ojos como antorchas es la pura alegría. “Cuando me preguntan si conozco a algún artista que haya cumplido la misión de hacer que la gente se alegre de estar viva, respondo que los Beatles lo hicieron”, dejó escrito Kurt Vonnegut. Los 106 minutos de ‘Beatles ‘64’ le dan la razón de una manera bastante incontestable. La jovial alegría con la que Lennon, McCartney, Harrison y Starr viven cada momento de su meteórico ascenso al estrellato mundial se refleja de manera bastante precisa en las arrebatadoras canciones que hacen en aquel momento -el estallido de júbilo de ‘She loves you’ no tiene parangón en la historia de la música pop- y, como afirma el escritor y periodista Joe Queenan, “enciende una luz” en el corazón de centenares de miles de jóvenes estadounidenses.
Epifanía colectiva
El momento culminante de esa epifanía colectiva tuvo lugar en la noche del 9 de febrero, cuando los Beatles aparecieron por primera vez en el ‘Ed Sullivan Show’. Unos 73 millones de personas siguieron en directo aquella emisión televisiva, la mayor audiencia jamás alcanzada por programa alguno hasta la fecha (la leyenda urbana asegura que los índices de criminalidad se redujeron notablemente ese día). La CBS impidió a las cámaras de Granada TV entrar en sus estudios para filmar la actuación, de manera que los Maysles tuvieron la genial ocurrencia de plantarse en la cercana vivienda de una familia de clase trabajadora, los González, y captar la reacción de sus miembros en tiempo real ante la irrupción de aquel monstruo de cuatro cabezas en su televisor. La mirada hipnotizada de las dos hijas adolescentes sugiere que algo en su interior estaba cambiando para siempre. Es lo mismo que les sucedió a Bruce Springsteen y a Alice Cooper (ambos aparecen en el documental rememorando la sublime experiencia) y a tantísimos otros chavales.

Los Beatles, junto a Ed Sullivan / EPC
Pero no todo en ‘Beatles ‘64’ es asombro feliz y gozo compartido. Al principio de la película, un veterano reportero de guerra compara la beatlemanía con “una epidemia de rubéola”. La llegada de los Fab Four representaba un desafío a las convenciones y los prejuicios de un sector importante de la sociedad estadounidense, y las críticas que recibieron por parte del ‘establishment’ fueron feroces. “Visualmente, son una pesadilla; musicalmente, son un desastre”, decía la reseña que el semanario ‘Newsweek’ dedicó al concierto que los Beatles ofrecieron en el Carnegie Hall el 12 de febrero. Para convencer a los responsables del auditorio de que acogieran el recital, el promotor Sid Bernstein había tenido que asegurales que el grupo era un cuarteto de cuerda inglés (en represalia, el Carnegie Hall lo vetó durante dos años).
Dinamitando barreras
Buena parte de esa resistencia tenía que ver con cuestiones raciales y sexuales. La película recoge el testimonio de artistas como Smokey Robinson, Ronnie Spector y Ronald Isley, que destacan el papel que tuvieron los Beatles a la hora de hacer llegar la música negra a un público blanco, y también incluye imagénes de época de la teórica feminista Betty Friedan defendiendo la idea de que, con su pelo largo, sus maneras suaves y su apertura a la hora de hablar de emociones, los cuatro de Liverpool representaban un nuevo modelo de masculinidad frente al arquetipo de hombre “brutal, sádico, prusiano y musculoso” encarnado por Ernst Hemingway.
‘Beatles ‘64’ termina con una aparición de John Lennon en un programa de televisión francés subrayando que los Beatles jugaron solo un pequeño papel en los trascendentales cambios culturales, sociales y políticos que sacudieron al mundo occidental en los años 60. Probablemente tuviera razón. Pero el documental nos recuerda que esa pequeña aportación llegó envuelta en sonrisas de felicidad y canciones maravillosas. Y ese es un legado que merece ser celebrado ahora y siempre.
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