Obras inmortales

¿Por qué enganchan tanto los clásicos? "Son fondo de armario, como un vestido que nunca pasa de moda"

Una invitación a leer el 'Infierno' de Dante como "un cuento de terror cruel y fascinante"

Récord histórico del teatro en Barcelona

Pepón Nieto y Andrés Lima se alían en 'La comedia de los errores'

/es'El Tenoriu' unirá por primera vez en el teatro a Andreu Buenafuente y Sílvia Abril

'La gavina' de Chéjov situada en nuestros días dirigida por Manrique ha sido prorrogada en el Lliure de Montjuïc.

'La gavina' de Chéjov situada en nuestros días dirigida por Manrique ha sido prorrogada en el Lliure de Montjuïc. / Marta Mas

Marta Cervera

Marta Cervera

Barcelona
Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los clásicos gozan de una salud de hierro. Una radiografía de los teatros más destacados de Barcelona arroja una superabundancia que demuestra su enorme tirón: el Lliure de Montjuïc ha abierto temporada con 'La gavina' de Chéjov, que ha prorrogado, y en la sala de Gràcia acaba de triunfar 'Hamlet' de Shakespeare con una poderosa y reivindicativa versión protagonizada por personas con Síndrome Down, muy diferente al impresionante 'tour de force' en solitario de Enric Cambray con 'Hamlet. 01' y 'Hamlet. 02', un festín teatral creado por Sergi Belbel basado en la obra del bardo.

En el Goya, esta semana se despide 'La comedia de los errores', otra obra del famoso dramaturgo inglés y el Espai Lliure acogerá en unas semanas la aclamada autoficción de Andrea Jiménez 'Casting Lear', una pieza que invita reflexionar sobre la relación con los padres inspirada en 'El rey Lear' donde Jiménez invita cada noche a un actor diferente. En noviembre también llegará 'Anna Karènina', adaptación de la novela de Tolstoi protagonizada por Ariadna Gil en la Sala Gran del TNC. Y en diciembre será el turno de la aplaudida puesta en escena de David Selvas de 'El misantrop' de Molière, estrenada en el Grec, que hará temporada en el Lliure de Montjuïc, donde después de Navidad se estrenará 'Electra', una revisión actual del mito dirigida por Alícia Gorina.

'El perro del hortelano' de Lope de Vega en una versión muy esencial y llena de gags de Paco Mir, se va del Poliorama donde la próxima semana entra 'El tenoriu', una versión cómica inspirada en 'Don Juan Tenorio' protagonizada por Andreu Buenfuente y Sílvia Abril. Mientras, 'Mar i Cel', el musical catalán creado por Dagoll Dagom basado en la obra homónima de Àngel Guimerà, navega de nuevo en el Victòria ante un mar de butacas llenas de espectadores, muchos de los cuales ya han visto el montaje en otras ocasiones pero quieren volver a disfrutarlo.

Un momento de 'El perro del hortelano', una versión de la obra de Lope de Vega dirigida por Paco Mir.

Un momento de 'El perro del hortelano', una versión de la obra de Lope de Vega dirigida por Paco Mir. / Max Mir

En el Romea, a final de mes, se podrá disfrutar de la deliciosa versión de 'Tirant lo blanc' de Joanot Martorell con puesta en escena de Joan Arqué y música en directo de Judit Neddermann. Y 'El gran teatro del mundo' de Claderón de la Barca, desembarcará con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, en una de las últimas direcciones realizadas por Lluís Homar antes de su polémica salida de la entidad.

Abundancia de 'shakespeares'

¿Cuántos 'shakespeares' pueden llegar a programar los teatros barceloneses? Esta temporada seguro que se supera un nuevo récord porque más allá de los cuatro ya citados, La Perla 29 redobla su apuesta por el bardo con dos piezas dirigidas por Oriol Broggi. La primera, una versión muy libre de 'Macbeth' en catalán e inglés con música en directo de The Tiger Lilies "que tendrá un toque cabaretero", señala el director. Después llegará 'La tempestat', con una compañía de 10 actores. "Será una buena manera de recuperar el Festival Shakespeare y tener una proyección internacional", dice Broggi. Para él, la fascinación por los clásicos es de lo más natural. "Los necesitamos. Sin ese diálogo con ellos no es posible entender el mundo contemporáneo", sentencia.

"Los clásicos nos definen. En el fondo no hemos cambiado tanto"

— Pepón Nieto, actor

"Los clásicos nos definen. En el fondo no hemos cambiado tanto. Estamos rodeados de pantallas, la comunicación es inmediata gracias a internet y te enteras de todo mucho más rápido. Pero nuestra esencia y nuestra realidad como seres humanos no ha cambiado. Los clásicos nos ponen un espejo y nos define como personas y como sociedad. Es necesario mirarte en ese espejo, parar un poco y reflexionar", dice el actor Pepón Nieto, uno de los protagonistas de la aplaudidad versión con reparto masculino de 'La comedia de los errores'.

"La curiosidad innata del hombre por saber qué va a pasar y quienes somos sólo se puede descubrir sabiendo cómo hemos sido, de ahí el interés por los clásicos", apunta el director Andrés Lima. "Son obras que han pasado un filtro. Del Barroco se conoce el nombre de cinco clásicos cuando había 800. Su calidad les ha hecho perdurar en el tiempo, por eso son tan fiables", comenta Lima, Premio Nacional de Teatro en 2019. Una de sus últimas apuestas ha sido 'Edipo rey', la tragedia griega de Sófocles, escrita hace más de 2.500 años.

"Son obras que han pasado un filtro.Su calidad les a hecho perdurar en el tiempo por eso son tan fiables"

— Andrés Lima, director

"La memoria, que tiene que ver con lo clásico, es fundamental para poder saber quién eres y quién quieres ser. Solo aprendemos de nuestros errores y de nuestros clásicos", añade.

Un momento de 'La comedia de los errores'.

Un momento de 'La comedia de los errores'. / JERO MORALES

Más allá del zumbido de las redes y la posverdad, la gente necesita reencontrarse con fuentes primigenias. Para Cristina Genebat, actriz que estos días interpreta 'La gavina', prorrogada en el Lliure, los clásicos lo son "porque siempre vuelven", porque siempre tienen algo que decirnos y porque penetran en los insondables conflictos del alma. "Lo aburrido sería hacerlos siempre igual. Necesitan tener una lectura contemporánea para que el público de hoy empatice, se emocione y haga su propia catarsis. Esa es la misión del teatro". Haciendo un símil con la moda, añade: "Un clásico es un fondo de armario, un vestido que nunca pasa de moda que vas actualizando con complementos distintos". La puesta al día es clave también para Lima: "La forma de expresión ha de ser completamente contemporánea porque has de mirar a los clásicos pero también al público de hoy".

"Un clásico es un fondo de armario, un vestido que nunca pasa de moda que vas actualizando con complementos distintos"

— Cristina Genebat, actriz

Para el dramaturgo Albert Boronat: "Los clásicos funcionan y nos atrapan porque nos explican que el tiempo no existe. Somos los mismos. Nos causa placer vernos reflejados en un espejo que nos dice que somos los mismos que aquello, que continuamos siendo nosotros. Nuestra comunidad no está solo presente aquí y ahora. Es una semilla de explosión de humanidad. Si viéramos un clásico sin saber que lo es quizás no funcionaría igual. Es importante la conciencia de que vemos un clásico para que la experiencia sea completa".

Cristina Genebat y Nil Cardoner en 'La gavina' de Chéjov con puesta en escena de Julio Manrique.

Cristina Genebat y Nil Cardoner en 'La gavina' de Chéjov con puesta en escena de Julio Manrique. / Marta Mas

La directora Alícia Gorina sorpendió la temporada pasada con 'Ifigènia'. Quedó tan enganchada a la tragedia griega que este año estrena una versión de 'Electra' a partir de las tres versiones de Sófocles, Eurípides y Esquilo que permitirá comparar la evolución del teatro desde sus orígenes. Y pensar que cuando estudiaba Gorina se opuso a los clásicos y lanzó el lema 'No more Shakespeare'..."Entonces creía que el teatro tenía que ser de aquí y de ahora pero ahora lo veo distinto. El teatro contemporáneo debe coexistir con los clásicos", sentencia. Hasta la temporada pasada lo más clásico que había montado era 'Balsted', una obra de Sarah Kane de los años 90. "Las personas cambian. Comparto con Castellucci la idea de que la tragedia no la eliges, te llega. Lo que me gusta del teatro griego es que permite profundizar en las raíces del teatro occidental."

Ópera y danza

Todavía más que en el teatro, en la ópera, los obras clásicas reinan en la programación, lo mismo que en el ballet. En la lírica, a diferencia del teatro, los programadores necesitan cada vez más de los grandes 'hits' del género como 'La traviata' de Verdi, 'Madama Butterfly' de Puccini, 'Carmen' de Bizet o 'La flauta mágica' de Mozart. Son títulos imbatibles, los preferidos del gran público, frente a las obras de nueva creación, difíciles de ver en los grandes coliseos. En danza, sobre todo en ballet, también predominan los clásicos. 'El lago de los cines' y 'Giselle' abundan.

La mayoría de versiones de ballet son fieles a la tradición, aunque reformularlos con ideas nuevas como hizo Akram Khan con el English National Ballet con su refrescante 'Giselle' -cuando Tamara Rojo dirigía la compañía- es uno de los caminos a seguir. En danza contemporánea los clásicos también importan, están en la base de muchas obras. En Catalunya a la coreógrada María Rovira le ha resultado positivo conectar con textos y partituras clásicas para crear aclamadas piezas como 'Odisea' y 'Requiem', este último inspirado en la célebre música de Mozart, o su impactante versión de 'Carmina Burana', de Orff, una obra sinfónico-coral que también ha triunfado en una potente versión escenificada de La Fura dels Baus que volverá en mayo al Tívoli. Desde su estreno en 2009 en San Sebastián se han hecho 330 funciones en diferentes países.

Stina Quagebeur, Tamara Rojo e Isaac Hernández en un momento de 'Giselle'.

Stina Quagebeur, Tamara Rojo e Isaac Hernández en un momento de 'Giselle'. / Angel Garcia

Pasado y presente

"Las obras clásicas tienen algo de misterio, de fetiche. El público quiere descubrir qué esconden obras tan reconocidas y comentadas que han superado el paso del tiempo", apunta Lluís Magrinà, responsable de la Colección Clásicos de Alba Editorial. A diferencia del teatro, la ópera o el cine, donde cada creador cuando se enfrenta al texto resalta aquello que más le interesa para conectar la obra con el público, en el mundo editorial el texto se mantiene tal cual, renovado a base de traducciones cada cierto tiempo. Su valor reside en mantener la máxima fidelidad al original. A diferencia del teatro y la ópera no hay licencias como trasladar la historia de época o cambiar el género de los personajes.

Pero el mundo editorial no es ajeno a la transformación de la sociedad. "Cada época busca en los clásicos claves para entender su propio tiempo. Por eso sobreviven", admite Magriñà. "En los últimos años hemos podido releer los clásicos en clave feminista. Por un lado, se ha rescatado del olvido a muchas autoras y, por otro, ha hecho posible poner en valor la obra de Wilkie Collins por su defensa de las mujeres y hacer una relectura de ciertos personajes masculinos de las obras de Dickens opuestos a la figura del hombre de acción." Resalta el valor de descubrir a través de esos textos "lo modernos que eran los clásicos y lo clásicos que somos los modernos, no solo ante determinados temas, sino también desde el punto de vista formal".