Serrat derrocha simpatía en su llegada a Oviedo: autógrafos, besos y saludo a los miembros de la banda de gaitas

Las gaitas de la banda allerana "El Gumial" no hicieron bailar a Serrat como sí lograron el año pasado con la llegada de Meryl Streep, pero los sonidos del saltón sacaron la sonrisa al Premio "Princesa" de las Artes y dejaron ver su bonhomía. Acompañado por su pareja, Candela Tiffón, con una entrada imprevista, desde el interior del hotel de La Reconquista, el cantautor apareció acompañado por la directora de la Fundación Princesa, Teresa Sanjurjo, sonrió y saludó. En ese momento salió el sol por encimel cantaua del Campo San Francisco, iluminó la zona de fotos y el "noi" del Poble Sec avanzó para saludar a los gaiteros.

"Me encantan", le vino a decir a Diego Lobo, director de la formación. Luego, uno a uno, fue dando apretones de manos, besos y chocó las cinco con el tamboritero más pequeño. Al otro lado de la calle se agolpaban algunos curisoso y un grupo de seguidores del catalán. Estaban también los comerciantes de Oviedo, que habían llevado uno de esos carteles especiales con los que estos días promocionan los Premios y a Serrat. A las peticiones de firmas y fotos Serrat gesticuló con un "luego nos vemos"; pero pudo más el fervor de los seguidores y al final concedió.

Así fue la llegada de Joan Manuel Serrat a Oviedo para recibir el premio "Princesa de Asturias" de la Artes

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Fue un momento especial para Berta Fernández, seguidora del cantante desde que lo hacía en catalán (años sesenta). Esta ovetense había acudido con tres biografías de Serrat, y la firma y los dos besos la dejaron sin palabras y visiblemente emocionada. "No puedo hablar, no puedo hablar, le sigo desde siempre, es un poeta", acertaba a decir rodeada por los medios.

Sandra Sutil, presidenta de la asociación de Comerciantes del Oviedo Antiguo, logró también su foto junto a la promoción especial que están haciendo estos días y el cantautor, divertido con ese breve encuentro, se despidió con un "vale", "adiós". Todos contentos.