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LIBROS

Leslie Jamison, autora estadounidense: "A menudo escribo sobre personas o hechos patéticos, pero mi objetivo es descubrir la ternura y la profundidad que hay en ellos"

En 'Gritar, arder, sofocar las llamas', la autora estadounidense se sumerge en la naturaleza de la fragilidad humana con su estilo entre el periodismo y el ensayo personal que la ha hecho heredera natural de Joan Didion o Susan Sontag

La escritora Leslie Jamison.

La escritora Leslie Jamison. / Cedida

Juanjo Villalba

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La soledad de una ballena que canta en una frecuencia en la que ninguno de sus congéneres puede escucharle, un niño cuyas pesadillas parecen ser recuerdos de una vida pasada como piloto en la Segunda Guerra Mundial, los auténticos motivos por los que miles de personas siguen entrando cada día al mundo virtual de Second Life… Estos son algunos de los sugerentes temas de los que tratan los catorce ensayos recogidos en Gritar, arder, sofocar las llamas (Anagrama, 2024), el nuevo libro en castellano de la autora estadounidense Leslie Jamison, una escritora reconocida por la crítica de su país como una de las voces más interesantes de su generación.

Se trata del tercer libro de la autora vertido a nuestra lengua por la editorial barcelonesa, que ya publicó en su día El anzuelo del diablo. Sobre la empatía y el dolor de los otros, un libro en el que parte de sus propias experiencias dolorosas para después alejar el foco y centrarse en el dolor ajeno; y La huella de los días. La adicción y sus repercusiones, en el que traza un camino similar, muy alejado de la autoayuda, centrándose esta vez en su pasado alcoholismo para después tratar esta adicción desde el punto de vista de la cultura y la historia.

Un método este, el de ir de lo particular a lo general, que también aplica en bastantes de los ensayos de este nuevo volumen. La materia prima de Jamison es su propia vida y, precisamente por ello, la comparan con escritoras como Joan Didion o Susan Sontag. Aunque no solo por eso, al igual que los de estas dos creadoras, los escritos de Jamison están llenos de elegancia, inteligencia, compromiso y humanidad.

Tal y como ha demostrado a lo largo de toda su carrera, Jamison no tiene miedo de mostrar sus propias grietas, llenando de historias personales todos sus textos y convirtiéndose a veces en crítica cultural, a veces en cronista y otras en investigadora, creando un género híbrido que es claramente heredero del new journalism.

Una literatura que, según ella misma ha declarado, es una forma de expresar su deseo de conectar con los demás y que se traduce también en un respeto máximo por el lector, que a veces se sitúa casi al mismo nivel que una autora que nunca cierra sus textos pontificando, sino que los deja abiertos como si nos estuviera preguntando “¿y tú qué opinas?”.

P. ¿Cómo decide cuánto mostrar de usted en sus ensayos?

R. Pienso en mi propia experiencia vital —y en mi propia conciencia— como mi material de trabajo. Si puedo responder a alguna de las preguntas importantes que nos estamos planteando hoy en día explorando mi propia vida, no dudo en hacerlo. Pero nunca me expongo por el simple hecho de exponerme, siempre lo hago para responder mejor a los enigmas que me plantea un texto. Por ejemplo, en mi ensayo sobre el Museo de las Relaciones Rotas de Zagreb, utilicé lo que yo misma siento hacia mis rupturas y hacia mis relaciones pasadas para reflexionar de la misma manera que lo hacen las personas cuyas historias se exponen en ese museo del desamor. ¿Por qué nos aferramos al dolor? ¿Qué partes de nosotros mismos se conservan o se pierden cuando las relaciones terminan? Quiero plantear preguntas importantes y llevarlas a lo personal, implicarme en las cosas sobre las que escribo. Pero también trato de ser una editora rigurosa: si una historia personal concreta no aporta mucho a la reflexión, si parece que está ahí solo porque me pasó a mí, la elimino de forma despiadada.

Me atraen las historias sobre la soledad y sobre la conexión entre las personas, especialmente sobre las formas tan sorprendentes en las que se sienten conectadas con gente que no conocen o con el mundo que les rodea"

P. ¿Cómo elige los temas sobre los que escribe?

R. Casi siempre me atraen historias sobre la soledad y sobre la conexión entre las personas, especialmente sobre las formas tan sorprendentes en las que las personas se sienten conectadas con gente que no conocen o con el mundo que les rodea: niños con recuerdos de vidas pasadas, personas normales que se identifican con una ballena solitaria; una fotógrafa que sigue retratando a la misma familia desde hace treinta años; gente que pasa muchas horas al día siendo avatares online… Muchas veces escribo sobre personas o hechos que podrían considerarse patéticos, pero mi objetivo es descubrir la complejidad, los matices, la ternura y la profundidad de esas experiencias.

P. Sus artículos aparecen en revistas de prestigio. No obstante, usted sigue editándolos tras esa publicación. Eso ha ocurrido, por ejemplo, con los de este libro. ¿Por qué lo hace?

R. A veces publico artículos en revistas sabiendo que podría redactar una versión más completa y más personal. Mi ensayo sobre los recuerdos de vidas pasadas es un buen ejemplo de esto. Inicialmente, fue un artículo informativo (primero para New York Magazine y luego para Harper's) con muy poca narrativa en primera persona, pero sabía que, en última instancia, quería incorporar mi propia visión subjetiva a la pieza, explorar por qué me sentía tan a la defensiva respecto a estas personas y sus recuerdos de vidas pasadas. Así que, años después de la publicación en la revista, volví a sumergirme en el tema pero desde un ángulo más personal. En general, con el paso de los años, siento que mi mente sigue profundizando en los temas, mis ideas siguen evolucionando y, a veces, puede ser interesante rastrear esa evolución en un ensayo.

P. Una vez que se publican en un libro como este, ¿permanecen así? ¿O seguirá cambiándolos?

R. Hasta ahora, los libros han sido la versión final. Pero he aprendido una cosa: ¡nunca digas nunca!

P. Me gustaría saber qué piensa sobre la traducción del título de su libro al español. Esta añade un matiz que el título en inglés, 'Make it scream, Make it Burn', no tenía.

R. Primero debo decir que me encanta ver cómo se traducen mis títulos (y mis textos), ya que mis conversaciones con los traductores a menudo sacan a relucir matices fascinantes del texto. Con el título en español de este libro, me gusta el matiz adicional del tercer término: que después de los gritos y de las llamas, hay un gesto para apagar el fuego. Me hace pensar en una anécdota del periodista y fotógrafo Jacob Riis que aparece en el libro: mientras fotografiaba un edificio en Nueva York, accidentalmente provocó un incendio con su flash y tuvo que apagarlo. En ese sentido, ese "sofocar las llamas" evoca la responsabilidad del periodista con los sujetos de sus textos y también habla sobre cómo la narradora en estos ensayos no solo presta atención a los momentos dramáticos de la experiencia (cuando el incendio está en marcha), sino también a las fases más tranquilas, una vez que el fuego se ha extinguido.

P. Su libro está estructurado en tres partes: Anhelar, Observar y Habitar. ¿Por qué decidió darle esa forma?

R. Pensé en las tres secciones como reflejo del proceso en el que un investigador se acerca a los sujetos que está estudiando. La primera sección está compuesta principalmente por ensayos informativos sobre personas obsesionadas con cosas desde la distancia (una ballena solitaria, vidas pasadas, desconocidos en internet), mientras que la segunda está compuesta por ensayos críticos llenos de intensidad emocional y compromiso. La tercera sección es la más personal, en la que la misma narradora que en la primera sección era una observadora y en la segunda una crítica, ahora desempeña tres roles, quizás cuatro: observadora, narradora, crítica y personaje.

P.¿Con qué le gustaría que los lectores españoles se quedaran tras la lectura de su libro?

R. Desearía que todos pudiéramos mostrarnos un poco más comprensivos con las personas cuyas fijaciones u obsesiones podrían ser fácilmente catalogadas como sentimentales, delirantes o exageradas. Así que supongo que espero que los lectores hagan lo mismo que yo me he impuesto a mí misma: mostrar compasión hacia aquellas personas por las que es más difícil sentirla.

'Gritar, arder, sofocar las llamas Ensayos sobre la verdad y el dolor'

Leslie Jamison

Anagrama

336 páginas / 22.9 €

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