Novedad de la 'rentrée' 2024

Manuel Baixauli: "Ser subversivo hoy es escribir un whatsapp sin faltas"

El autor de 'L'home manuscrit' es uno de los protagonistas de la 'rentrée' catalana con la novela 'Cavall, atleta, ocell’, donde ahonda en las relaciones entre padre e hijo

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El escritor Manuel Baixauli, en la librería Ona de Barcelona.

El escritor Manuel Baixauli, en la librería Ona de Barcelona. / JORDI OTIX

Anna Abella

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Barcelona
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"Vivir es conflictivo, solo la muerte es quietud y calma. Los problemas y las limitaciones son la sal de la vida, los obstáculos son fuente de creatividad. Sin ellos no forzamos la imaginación", reflexiona el escritor y pintor valenciano Manuel Baixauli (Sueca, 1963), quien después de ganar el Premi Llibreter en 2020 con ‘Ignot’ se embarcó en una novela en la que ha trabajado cuatro años y que tras más de diez versiones ve la luz como ‘Cavall, atleta, ocell’ (Periscopi), una de las estrellas de la ‘rentrée’ literaria catalana.

El autor de ‘L’home manuscrit’ profundiza aquí en las relaciones paternofiliales. Alapont, un humilde y perfeccionista carpintero viudo, vive preocupado por la apatía y deriva que ve en su hijo adolescente, Aristides, enganchado a la marihuana y que ha empezado a sacar malas notas y a llegar tarde por las noches. 

Vivir es conflictivo, solo la muerte es quietud y calma

"Como en las tragedias griegas, los dos tienen parte de razón. El hijo se siente oprimido por el ambiente del pueblo y por un padre con una vida tan rutinaria y tiene motivos para querer algo distinto en la vida. Y el padre sabe que el hijo puede caer por el precipicio", explica Baixauli, para añadir, acto seguido, que hoy existe "un elemento distorsionador, la tecnología". "Incluso los psicólogos están desconcertados sobre cómo desconectarlos o si comprarles el móvil más tarde. No sabría dar ningún consejo sobre educar a los hijos sobre eso. La sensación es que la tecnología ha subido el Tourmalet y nosotros vamos detrás sin poder atraparla ni controlarla. Solo me atrevería a decir: no tengas miedo de ser riguroso con los hijos cuando son pequeños, después te lo agradecerán", señala. 

"No es autoficción. Me gusta imaginar. Aquí no hay asesinatos, guerras ni violaciones. Es vida cotidiana, que ya es suficientemente rica en conflictos", insiste el multipremiado autor de la autobiográfica ‘La cinquena planta’. Pero la novela sí surgió de una chispa real cuando en un museo vio a un padre con un hijo de unos 12 años que no cesaba de comentar entusiasmado las pinturas. "Soñaba con ser artista, como yo a su edad. Decía ‘yo haré’, ‘yo seré’, ‘yo, yo, yo’. Mientras, el padre lo miraba con ojos amorosos y protectores como pensando ‘él hará’, ‘él será’, ‘él, él, él. Un constraste y una asimetría que no comprendí hasta que yo mismo fui padre". 

El escritor Manuel Baixauli, en la librería Ona de Barcelona.

El escritor Manuel Baixauli, en la librería Ona de Barcelona. / JORDI OTIX

Esta anécdota, y la película ‘Había un padre’, de Yasujiro Ozu, fueron el origen de ‘Cavall, atleta, ocell’, título que evoca una frase del cineasta Robert Bresson. "Son tres palabras que señalan la importancia del tempo, la respiración, el ritmo, el silencio. Son decisivos y esenciales en toda obra de arte". Referentes cinéfilos del propio Baixauli, como Andrei Tarkovsky o Ingmar Bergman, que como la pintura, la música, la literatura o la arquitectura empapan la novela. Disciplinas de las que, confiesa, necesita alimentarse a diario.  

Escribe, afirma, "desde la perplejidad". "La vida es un continuo de sorpresas, de cosas que no acabo de entender y que intento comprender". Y, como el padre de la novela, carpintero perfeccionista y minucioso, se aplica "en hacer las cosas bien, sea escribir un tuit, un correo o un artículo. Es más divertido hacerlo a conciencia que con desgana. Lo revolucionario es hacer las cosas con rigor. Lo subversivo es escribir un whatsapp sin faltas".  

A diferencia de sus habituales "novelas laberínticas y con rompecabezas", esta es una historia más lineal, admite, aunque después se complica, alerta, cuando aparece en escena "el artefacto", que apela a la imaginación de cada lector. "Para mí, sería un complejo y elaboradísimo objeto de madera, que podría parecerse al esqueleto de un dinosaurio o una ballena. Es como una obra de arte que influye en las personas".  

Baixauli trabaja ya en nuevos relatos, género que ya cultivó en ‘Espiral’. "Pero serán más breves y condensados y más sutiles. Como pequeños ensayos, aforismos, también dibujitos, y algo autobiográficos, sobre cosas que pasan a mi alrededor. Nunca dejo de escribir".