Entrevista

Joaquim Uriach: "El Palau de la Música no es la casa del independentismo, sí de la catalanidad"

Joaquim Uriach, presidente de la Fundació Orfeó-Palau, este lunes en el Palau de la Música

Joaquim Uriach, presidente de la Fundació Orfeó-Palau, este lunes en el Palau de la Música / Ana Puit

Marta Cervera

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Desde su llegada a la presidencia de la Fundació Orfeó-Palau, Joaquim Uriach ha comprobado la increíble pujanza de los coros del Orfeó Català. Su imparable internacionalización les está llevando a lo más alto. La temporada pasada el Orfeó Català, coro amateur de primer nivel, fue de gira con la Filarmónica de Berlín dirigidos por Kirill Petrenko y fueron ovacionados en la Philarmonie.

¿Cuál es el balance de su primer año y medio al frente de la 'Casa dels cants'?

Muy satisfeccho a nivel artístico, pero lo principal es haber elaborado un nuevo Plan Estratégico muy apañado.

Es muy ambicioso. Entre otras cosas pretende doblar el número de visitas al Palau de la Música. ¿Es posible?

El objetivo es siempre ir a más, como el Girona. No podemos conformarnos con que las cosas vayan bien, por eso nos planteamos nuevos retos como la sostenibilidad. Al maestro Lluís Millet le tomaron por loco cuando se planteó levantar el Palau de la Música, construido por Domènech i Montaner, que desde hace años es patrimonio de la UNESCO. Hemos de seguir teniendo ambición y visualizar nuevos retos.

El Orfeó Català y el Palau de la Música Catalana son símbolos del catalanismo. Y el Concert de Sant Esteve es una tradición más antigua que el Concierto de Año Nuevo de Viena.

Se ha hechodesde 1913. Solo se dejó de hacer en 1932 con motivo de la muerte del president Macià, el año 1962 por la nevada en Barcelona, en 1975 por un cambio de estructura en los coros y durante la Guerra Civil y el periodo posterior de prohibición. Apalancados en la tradición en este concierto siempre se han hecho cosas muy diferentes, innovadoras y modernas.

¿Le extraña que el concierto de Sant Esteve de 2019 se haya incluido en la investigación de la Guardia Civil relacionada con el Tsunami Democràtic por las 'estelades' y pancartas?

Esta no es la casa del independentismo, sí de la catalanidad. Estamos orgullosos de defender y apoyar a la lengua, la cultura y la música catalana. Puede haber gente a quien no le guste. Lo bueno del Palau de la Música es que es una casa muy abierta que respeta la opinión de todos. Defendemos la libertad de expresión. No vamos a vetar o prohibir nada.

Este año el concierto de Año Nuevo lo capitanea por primera vez una directora, Isabel Rubio, con la Orquesta Simfònica del Vallès.

Nos adelantamos a Viena también en eso. No debería ser anormal que el concierto de valses lo dirija una mujer. El vals es una música muy femenina y las polcas requieren más marcha, pero las mujeres pueden perfectamente ocuparse de este tipo de repertorio. Estamos encantados de ser pioneros apostando por una directora en un concierto tan popular.

¿Se está haciendo suficiente en este sentido?

Debería normalizarse la presencia de mujeres en la música clásica. Aún recuerdo el revuelo causado en la Filarmónica de Berlín cuando Karajan contrató a la primera instrumentista femenina en la Filarmónica de Berlín, la clarinetista Sabine Meyer. Los músicos de la orquesta se oponían. Y de esto no hace tanto, ocurrió a principios de los años 80. Siempre he sido muy partidario de participación de las mujeres en el mundo cultural y en el de la empresa. Tienen una intuición especial que hace que todo funcione mucho mejor.

La internacionalización de los coros del Orfeó va viento en popa. Este 2024 destaca el del Cor de Cambra ha sido requerido por Gustavo Dudamel para una gira por ciudades olímpicas de la LA Phil que pasará por Los Ángeles, Barcelona, París y Londres con una versión semiescenificada de 'Fidelio' de Beethoven. ¿Qué será lo próximo?

No nos ponemos topes, el límite es el cielo. Si tienes sueños y aspiraciones, todo se puede conseguir si trabajas duro. Tras el éxito el año pasado del Orfeó con Petrenko, este año nos esperan conciertos en Hamburgo junto al las voces del Balthasar Neumann que dirige Hengelbrock. Pero vendrán nuevas sorpresas que superarán lo que hemos hecho y parecerá que ese Everest alcanzado en Berlín parezca el Montblanc.

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