Las autobiografías más inspiradoras de los últimos tiempos

En su autobiografía, Gabriel García Márquez recuerda su infancia y juventud, mostrando ese imaginario único que estaría presente en todas sus obras. Entre sus páginas podremos encontrar a quienes inspiraron Cien años de soledad, El coronel no tiene a quien le escriba o El amor en los tiempos del cólera. También aparecen sus vivencias como cronista y reportero, como relata en Crónica de una muerte anunciada.

Se trata de la obra de Cees Nooteboom, escrita durante los 533 días que indica su título en su casa de Menorca, rodeada de cactus y recuerdos. Y aunque él esté en la isla, su mente está mucho más lejos. Piensa en la situación política europea, en el olvido. Pero también medita incluso acerca de David Bowie y observa las estrellas.

Posiblemente Anna Frank escribió uno de los relatos más sobrecogedores de los últimos tiempos. Y ojalá hubiera sido solo un relato, y no ese miedo impreso en la médula ante el horror nazi en la ciudad de Ámsterdam. Y desgraciadamente, su historia -que no tiene final feliz, no tiene final escrito por ella misma- es una de tantas de aquellos judíos que trataron de sobrevivir al asedio de los nazis.

Este libro fue escrito por José Luis Sampedro con motivo de las conferencias que dio durante el verano del 2003 en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander. Con un enorme tono poético, el autor cuenta sus memorias mientras su salud empeoraba. En palabras de Sampedro: "No he venido aquí a hacer retórica, ni literatura... he venido aquí a VIVIR, a vivir cuando se me está acabando la vida y, por tanto, a disfrutarla más".

 El testimonio de Stephan Zweig es uno de los más conmovedores de nuestro pasado reciente. Vivió los cambios de Europa a pasos de gigantes en el periodo de entreguerras. Tuvo que marcharse a una tierra extraña donde finalmente vivió los mejores momentos de su vida. Se trata de uno de los mejores libros del autor y de una obra fundamental para comprender la complejidad del siglo XX.

En Madera de eucalipto quemadaEnnatu Domingo rememora los recuerdos de su infancia en la Etiopía rural de principios de los 2000 antes de ser adoptada por una familia de Cataluña. Hoy se cuestiona las condiciones de vida de la población etíope rural, su desarraigo y el problema de su identidad, que viene dada también por perder y recuperar la lengua que hablaba de pequeña.