Carta blanca en la Filmoteca
Vila-Matas y su pasión por el cine: "Pasé una semana en Parma solo por la idea absurda de encontrarme a Bertolucci"
Filmoteca de Catalunya arranca este miércoles un ciclo de 10 películas seleccionadas por el autor de ‘París no se acaba nunca’, entre las que destacan ‘La estrategia de la araña’, ‘Una historia de violencia’ y ‘Diamantes en bruto’
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Enrique Vila-Matas, un cinéfilo empedernido, retratado en Barcelona. / Elisenda Pons


Quim Casas
Quim CasasPeriodista y crítico de cine
Profesor de Comunicación Audiovisual en Universidad Pompeu Fabra y docente en ESCAC, FX, Cátedra de Cine de Valladolid y Museu del Cinema de Girona. Autor de diversos libros sobre David Lynch, David Cronenberg, Jim Jarmusch, Fritz Lang, John Ford y Clint Eastwood. Miembro del Comité de Selección del Festival de Cine de San Sebastián.
El cine ha estado y está presente en la vida y en la literatura de Enrique Vila-Matas. La Filmoteca de Catalunya le ha propuesto una carta blanca para que seleccionara 10 películas en un ciclo que será presentado por el propio autor, en charla con el director de la Filmoteca, Esteve Riambau, este miércoles. Después se proyectará una de esas 10 películas escogidas por Vila-Matas según criterios personales que van más allá de la posición de estos filmes en la historia del cine.
Esa primera película es ‘La estrategia de la araña’ (1970). “Bernardo Bertolucci fue fundamental para mí”, explica el escritor en conversación con EL PERIÓDICO. “Pasé una semana en Parma con la idea absurda de conocerle, ya que él no vivía allí, pero fui a los lugares del rodaje. Hace 10 años le conocí, pero no quise decirle lo importante que había sido para mí, sino que hablamos de Borges, del que adapta muy bien uno de sus cuentos”.
La araña forma parte de la última novela de Vila-Matas, ‘Monteviedo’. Y ‘Spider’, de David Cronenberg, es otra de las películas predilectas del escritor, aunque del canadiense ha preferido seleccionar ‘Una historia de violencia’ (2005) por “su clima tan sorprendente, ambiguo, termina el filme y te quedas con muchas dudas. También me gustan mucho ‘Promesas del este’ y ‘Spider'. Me influyó en mi novela ‘Dublinesca’.

Enrique Vila-Matas, un cinéfilo empedernido, retratado en Barcelona. / Elisenda Pons
De un clásico estadounidense, John Ford, ha elegido ‘La taberna del irlandés’ (1963). “Durante muchos años, influido por ‘Cahiers du cinéma’, pensé que Ford era un director reaccionario. Pero de la mano de Juan Marsé, Joan de Sagarra y Javier Coma, con quienes hacíamos una tertulia cada domingo, descubrí por donde iba el cine de Ford y cambié mi postura”, explica Vila-Matas. “Ellos siempre escogían ‘Centauros del desierto’ como su mejor película, y a mí también me lo parece, pero seleccionarla hubiera sido redundante. ‘La taberna del irlandés’ va muy ligada a la alegría de vivir”.
También está en el ciclo ‘Buena Vista Social Club’ (1999). Vila-Matas recuerda que supuso su retorno a una sala de cine después de un tiempo sin ir y que quedó cautivado desde el primer segundo. “La he cogido más por la música, por Cuba, que por Wim Wenders, que es un director que me interesó mucho durante años”. Lo mismo le ocurre con ‘El hombre de Londres’ de Béla Tarr: “La impresión inicial fue enorme, ese largo plano-secuencia del principio me dejó impresionado”.
Para él, Alfred Hitchcock es el mejor cineasta de toda la historia, pero no ha optado por una de sus películas, sino por el documental ‘Hitchcock/Truffaut’ (2015). “Así tengo a los dos cineastas al mismo tiempo. Antes había preferido Godard, por sus ideas sobre el cine, a Truffaut. Pero con el tiempo empecé a disfrutar el gusto por narrar de este”. Una de sus cintas preferidas es ‘Psicosis’, un filme muy ligado a él por motivos familiares: “La escena de la calavera de la madre de Norman Bates le dio mucho miedo a mi madre cuando vio la película por primera vez”.
La menos conocida ‘Simba’ (1955) apela al terror infantil. “Había escrito sobre el miedo que me produjeron los indios cheyenes en una película que vi de niño. Era la primera vez que veía a seres distintos, mi primera incursión fuera de la calidez de la familia”, rememora el autor. No recuerda cual era aquella película de infancia, y ha escogido ‘Simba’ por la escena del asedio de los Mau-Mau a una casa de colonos blancos, un momento que le produjo similar terror.
La presencia de ‘Tam Tam’ (1976) de Adolfo Arrieta, y en la que intervino como actor, es un homenaje al cine que representa este independiente: “Le admiro desde que le conocí en Madrid, hace 50 años, cuando conocí también a Michi Panero y terminé jugando al ping pong en casa de Lucía Bosé. Está en el ciclo no porque participara yo, sino por que admiro la forma tan libre en la que rodaba”.
De entre lo más reciente, Vila-Matas se ha inclinado por ‘Diamantes en bruto’ (2019) de los hermanos Safdie: “Puse Netflix, me encontré con esta película y no pude dejar de verla hasta el final. Plantea formas de filmar distintas”. Y por la producción francesa ‘Ni le ciel ni la terre’ (2015), sobre una patrulla francesa en Afganistán: “Estaba en un hotel, en Francia, y veo que en televisión hacen un filme de guerra. No me gustan, pero me voy enganchando poco a poco. Es muy misteriosa, filmada con película de infrarrojos”.
Vila-Matas, que dirigió en 1970 el corto ‘Fin de verano’, apareció como actor en filmes de la Escuela de Barcelona y fue redactor de ‘Fotogramas’, afirma que “podría ser esta selección como cualquier otra. Es fruto de un sistema un poco caprichoso, concebida a medida que mi memoria entraba en juego”.