A por la Palma de Oro

Koreeda reimagina el clásico ‘Rashomon’ con una película sobre el acoso escolar en Cannes

Johnny Depp se derrumba: las lágrimas del actor en el Festival de Cannes

El Festival de Cannes tiene un problema llamado Maïwenn (y algunos más)

Una escena de 'Monster'.

Una escena de 'Monster'. / EPC

Nando Salvà

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Los niños enfrentados a situaciones familiares disfuncionales son un asunto esencial en el cine de Hirokazu Koreeda, ya sea abandonados a su suerte por los adultos en ‘Nadie sabe’ (2004), forzados a separarse de sus hermanos en ‘Milagro’ (2011), intercambiados al nacer en ‘De tal padre, tal hijo’ (2013) o, en la película que hoy ha presentado a concurso en el Festival de Cannes -la séptima de su filmografía que compite por la Palma de Oro-, marcados por la muerte prematura o los maltratos físicos de sus padres. Aunque, en realidad, ‘Monster’ habla de muchas cosas más. El acoso escolar, el estigma con el que cargan las madres solteras en sociedades tan tradicionales como la japonesa, el imperio de los rumores y los bulos en el microcosmos escolar y las dificultades que los niños tienen para gestionar emociones que no alcanzan a comprender son solo algunas de ellas.

Mientras los aborda con mayor o menor detalle, Koreeda teje una intriga inicialmente absorbente que, eso sí, poco a poco va quedando cada vez más aplastada por su propio dispositivo. Concretamente, la película adopta la estructura similar a la que Akira Kurosawa popularizó en ‘Rashomon’ y que ninguna película posterior ha ejecutado con tanta maestría: una misma serie de hechos es narrada sucesivamente desde tres puntos de vista diferentes, y con cada uno de ellos nuestra percepción de lo ocurrido -y nuestra idea de quién tiene la culpa- se va reconfigurando. Es un formato idóneo para confundir al espectador y darle sorpresas o, en otras palabras, para manipularlo y hacerle trampas. Las trampas, en cualquier caso, pueden hacerse con más o menos finura, y el problema de ‘Monster’ es que, a medida que avanza, va dejando cada vez más claro su desinterés en esa cualidad.  

Corsini y el racismo disfrazado de generosidad

La otra película aspirante a premio presentada hoy, ‘Le Retour’, vio peligrar su presencia en la competición cuando, hace unas semanas, la directora Catherine Corsini fue acusada públicamente tanto de haber maltratado a varios miembros de su equipo durante el rodaje como de haber cometido irregularidades durante la filmación de varias escenas de sexo protagonizadas por actores menores de edad. A juzgar por el metraje proyectado hoy en Cannes, ninguna de ellas fue incluida en la versión final de la película. La polémica perdió virulencia hace días, después de que Corsini publicara un desmentido.

Protagonizada por una madre viuda de origen africano que regresa a Córcega junto a sus dos hijas adolescentes 15 años después de haber abandonado la isla sintiéndose culpable por la muerte de su marido, ‘Le Retour’ plantea asuntos tan universales como las relaciones entre madres e hijas, las heridas incurables causadas por la muerte de nuestros seres queridos y el racismo disfrazado de generosidad que las clases privilegiadas de Occidente dedican a sus conciudadanos de piel más oscura. La relativa solvencia con la que lo hace se ve fatalmente saboteada por la tosquedad de algunos giros dramáticos que lleva a cabo para epatar al espectador.

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