Crónica de concierto

Yung Beef, Padre nuestro del inframundo en Razzmatazz

El capo del trap regresó a Barcelona para celebrar la fe de sus devotos

Ignasi Fortuny

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Alejado de todo, fuera del bullicio de grandes ciudades como Madrid o Barcelona, así es como vive ahora, Yung Beef regresó a la ciudad en la que vivió intensamente como aquel que un día esculpió en fardos los mandamientos del trap. El Padre del inframundo, de nombre terrenal Fernando Gálvez, volvió a la capital catalana para celebrar la fe de aquellos que un día fueron vecinos suyos. Una fe renovada, pues pasan los años y aparecen nuevas generaciones de devotos.

Así, inaugurando la Semana de pasión, el granadino regresó para oscurecer aún más la noche en Razzmatazz (donde actuaba dentro del ciclo del Festival B) presentando algunos temas de su nueva 'mixtape', 'Ganster Paradise', pero sobre todo para recordar, con toda su legendaria mercancía de himnos de calle (y de sus negocios) y de baile sudoroso, por qué es quien es, referente y capo de una movida que agitó el tablero musical con el colectivo PXXR GVNG (o antes desde Kefta Boyz).

Ambiente y público durante el concierto de Yung Beef en la sala Razzmatazz

Ambiente y público durante el concierto de Yung Beef en la sala Razzmatazz / Ferran Sendra

Ya no queda rastro de su icónica jaula (desde lo alto impuso su ley en varios conciertos), de la que salieron rompiendo barrotes tantos otros artistas. Ahora hay juegos de luces y una presentación más alineada con lo canónico. Y sigue estando ahí Hakim, su fiel escudero, que ladra sin cesar (bien, hay un momento que su garganta le dice basta pero no se rinde), y que agita como nadie un directo.

Yung Beef, gorra, cadenón y complemento humeante en mano, trazó un concierto en el que repasó su carrera, sobre todo sus últimos años, a un ritmo eléctrico (sonaron casi 30 temas en poco más de una hora). No había piezas que hacían de puente, todas eran cartas ganadoras. De los años de efervescencia del trap, etapa que parece que sucedió en otra vida, sonó 'Beef boy' (2015) para que no faltara la pregunta: "¿Quién se ha follao a tu bitch? ¡Yung Beef!".

La fiesta sin pecados

Combinó temas que quedarán para siempre como 'Metallica' o las cuerdas diabólicamente electrizantes de 'Valentino demons' y el trap más puro con canciones imponentes sobre bases de ritmos latinos. 'Si mañana me muero', un gigantesco y multitudinario mambo, descorchó tímidamente un perreo que, a mitad del concierto, tuvo su explosión fogosa con un toque de nostalgia. Yung Beef apagó la luz para el reggaeton oscuro en una sesión condensada, la fiesta sin pecados, para la que recuperó clásicos de La Mafia del Amor (el brazo reggaetonero de la extinta PXXR GVNG) como 'Tropical', 'Xapiadora' o 'La disco resplandece'.

Pero bailar pegado no es botar, pensó Hakim, que dijo basta para volver a la "música del infierno" también tirando de clásicos. Y el alboroto de 'Nike tiburón' precedió al de 'Cigala' ("te convierto el club en una boda gitana", dice gráficamente el tema). "Os quiero más que a mi vida", aseveró Yung Beef al ver cómo el público obedecía y formaba un corrrillo para el caos, tal y como él había pedido. El Padre del inframundo ("me levanto con Dios; y me acuesto con el Demonio") acabó recordando que, como dice el título de su canción-epitafio de esta noche, está 'Ready pa' morir' y que, como este viernes en Barcelona, sigue "cayendo pa'rriba" y lo hará hasta que él quiera, inmortal como es en el mundo oscuro, pagano.

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