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Una València 'weird', fantàstica y en valenciano: 'Arxipèlag', la nueva novela de Guillem López

La nueva novela del autor de 'Challenger', 'La polilla en la casa de humo' y 'Lago negro de tus ojos' imagina una ciudad en la que calles enteras son sustituidas por espejismos

Guillem López, en la librería Gigamesh de Barcelona

Guillem López, en la librería Gigamesh de Barcelona / Zowi Voeten

Ernest Alós

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Guillem López (Castelló, 1975) ha imaginado una València a la que le van saliendo rotos. Primero un agujero en Marxelenes, después la calle Cadirers, después la de Romeu de Corbera... van desvaneciéndose y convirtiéndose en islas de las que nada sale y nada entra, sustituidas por espejismos en los que la vida sigue casi igual que al otro lado, pero no del todo. Ese es el escenario desastroso en el que se desarrolla 'Arxipèlag' (Ed. Mai Més), la primera novela en valenciano de Guillem López, en la que se propone iniciar "un camino nuevo de ciencia ficción 'weird', extraña, en valenciano y centrada en València", que demuestre que "podemos hacer novela en valenciano y que no sea ni novela negra ni novela costumbrista" y a la que quiere dar continuidad.

Se podría pensar que 'Arxipèlag' forma un díptico valenciano en la narrativa del autor, tras 'Lago negro de tus ojos', otra novela también breve en que los seres imaginados por Lovecraft asomaban por una laguna abierta súbitamente en una localidad indefinida de la Ribera Baixa. Guillem López dice que no: ese mundo específico tendrá una ampliación en otra novela larga que publicará a finales de año o principios del siguiente y 'Arxipèlag' tiene la voluntad de que sea el inicio de una segunda línea diferenciada, "una literatura oscura con toques fantásticos pero quizá no tan fantástica como en castellano, donde hay un público más amplio". Aunque el paso de López no se entiende sin la ebullición editorial de la literatura fantástica y de ciencia ficción en catalán, con la consolidación de sellos como Males Herbes y Laertes y el surgimiento de otros como Mai Més, Raig Verd, Chronos y Spécula.

Novela pospandémica

Mientras que en 'Lago negro de tus ojos' el elemento de fantasía cósmica es mucho más explícito y evidente, en 'Arxipèlag' queda una sobra de duda sobre todo lo que sucede. "Como decía Ricardo Piglia, cada historia cuenta dos historias: utilizo aquí el suceso extraño que está pasando para crear un escenario, una València en descomposición en una situación de emergencia social, que funciona como disparador para hablar de lo que yo quería, de la necesidad de sentirnos cerca de nuestros familiares y personas próximas, de la imposibilidad de darnos cuidados en esta rueda en la que vivimos -explica López-. No hay por qué buscar una explicación al qué y al porqué de las cosas. Esto ha pasado y está pasando. Cómo afecta esto a los personajes es lo más importante". Y afecta a una joven que no se habla casi con su pareja, obsesionada por buscar en una de esas islas a su hermana que ya no está. Respecto a sus anteriores libros, el novelista de Castelló cree que quizá hay "más ternura hacia los personajes; la novela es oscura y es triste, porque esto es firma de la casa, pero he tenido un poco más de piedad"

Por supuesto, la vida sigue. Y ese seguir viviendo lo cotidiano en una situación de excepcionalidad, le da a 'Arxipèlag' un evidente aire pandémico. "No me escondo -responde el autor-, realmente ‘Arxipèlag’ es una novela que es 100% pospandémica, totalmente gira entorno a los efectos que aún sufrimos de lo que pasó y de cosas que se pusieron sobre la mesa en aquellos momentos. Una sensación que creo que todos tenemos, ves que el mundo a tu alrededor cae a pedazos pero no puedes hacer nada para evitarlo más que observar, y al mismo tiempo seguir adelante. Somos testigos de un mundo que se cae delante nuestro".

Si ese gruyère urbano, y la actitud de Alba y otras tres mujeres, que intentan buscar patrones y razones a lo inexplicable, y la incomunicación de ella con su pareja, funciona como metáfora covídica, e incluso de los brotes conspiranoicos y negacionistas que desató, el libro no busca que lo sea también sobre la ciudad de València. "Es más generalista sobre la vida contemporánea urbana, la paradoja de que cada vez tenemos más posibilidades de estar conectados con la gente, hiperconectados de hecho, y al mismo tiempo también estamos muy lejos. Cuesta llamar a alguien, preguntar cómo está; es el tema central de la novela, sin caer en un discurso tecnofóbico".

Hay que esperar al capítulo 13 para llegar a un "párrafo en que se explica València, porque sentía que debía acabar con una descripción del escenario", y en el que se desliza un verso de Zoo, "rebel i consentida". "No soy muy seguidor del grupo, mi hijo sí, pero sí que considero a Panxo un letrista impresionante y brutal y por eso la he llevado allí; además de otra frase de una canción de Zoo que utilizo como broma con mi pareja y que he dejado caer en otro diálogo", añade.

"Libros que escribía en castellano pero que eran en valenciano en mi cabeza"

En otros libros de Guillem López se aprecia una tensión lingüística, con el valenciano que va apareciendo en expresiones en cursiva, como si la acción reclamase que el libro fuese en una lengua y no en otra. "En mis libros ambientados en València, desde ‘Arañas de Marte’, he sentido esta tensión lingüística, eran libros que escribía en castellano pero que eran en valenciano en mi cabeza. En el que estaba ambientado en la zona sur de València era evidente que esto tenía que aparecer, y el próximo que saldrá tendrá muchos diálogos en valenciano directamente. Creo que es positivo que en los libros que pueda escribir en castellano pueda entrar vocabulario o diálogos enteros como normalización de la realidad, porque si no te sientes como que estás engañando al lector".

Mai Més es una editorial de Barcelona con un público cada vez más fiel pero sin demasiada penetración en el mercado valenciano. Pero, advierte el autor, una de sus prioridades era que eso no le llevase a 'orientalizar' su modelo de lengua. "Quería mantener un valenciano normativo, pero que dejase claro que la lengua es más amplia que la homogeneización a la que creo que el lector catalán está demasiado sobrehabituado".

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