Canciones de ida y vuelta

David Broza, sobre el hermanamiento de Barcelona y Tel Aviv: “El diálogo es el oxígeno de la humanidad”

El trovador israelí lamenta la suspensión del acuerdo en ocasión del lanzamiento de ‘La mujer que yo quiero’, un álbum en el que interpreta, ahora en castellano, canciones de autores como Serrat, Paco Ibáñez y Cecilia, revisión del disco en hebreo que publicó con gran éxito en su país 40 años atrás

El cantautor David Broza. 

El cantautor David Broza.  / EPC

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Jordi Bianciotto
Jordi Bianciotto

Periodista

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Allá por el año 1983, un álbum que incluía tres canciones de Serrat, así como otras de Paco Ibáñez, Cecilia y Manzanita, todas ellas adaptadas al hebreo, rompía récords de ventas en Israel y se convertía en un clásico en ese país. “Un disco que actualmente sigue estando en casi todas las casas”, asegura su autor, David Broza, que 40 años después ha retomado ese cancionero para interpretarlo ahora en su lengua original, el castellano, en un álbum titulado en honor a una de las piezas de Serrat, ‘La mujer que yo quiero’.

Obra que nos trae un enfoque desnudo y temperamental, como corresponde a este trovador que se siente “hijo del rock’n’roll”, de un repertorio con halo poético que lo marcó en su infancia y juventud: Broza se educó en Madrid, entre los 12 y los 19 años, en el Colegio Británico, y llegó a compartir aulas con la hermana de Cecilia, Teresa Sobredo. “Luego tuve que hacer el servicio militar en Israel, tres años, y me llevé conmigo esa música y la guitarra española”, explica desde Nueva York, donde reside.

El cantautor David Broza. 

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El disco más vendido

El álbum original, ‘Haishá sheití’ (título con licencia lírica: significa ‘La mujer que está a mi lado’), se convirtió en el más vendido de la historia en ese país. “Unas 250.000 copias, y Israel tenía entonces tres millones y pico de habitantes. Ahora ya son canciones nuestras, alquiladas o transportadas desde España”, hace notar, y añade una anécdota significativa: “cuando Serrat fue a cantar a Israel, un periodista le dio las gracias ‘por cantar las canciones de David Broza’”.

Ahora es Serrat quien le agradece en un texto el “acontecimiento artístico” que representó aquel trabajo, “acercando nuestras músicas y nuestras culturas”. Las nuevas versiones, ahora en castellano, representan, dice el cantautor barcelonés, “un valiente y sencillo juego mano a mano entre la guitarra y la voz”. Para Broza, se trataba de “devolver al público israelí” esas canciones en su lengua original. “No me planteaba publicar este disco en España, pero mi amigo Guillermo Fesser me dijo que sería genial hacerlo, porque era la música que marcó a toda una generación”.

Ahí están también ‘Tío Alberto’ y ‘Qué va a ser de ti’, así como dos piezas de Paco Ibáñez, ‘Mi niña se fue a la mar’ (texto de Lorca) y ‘Como tú’ (León Felipe), otro par de Manzanita (‘Por tu ausencia’ y ‘Dentro de tu alma’), y ‘Ramito de violetas’, de Cecilia, además de un tema del propio Broza, ‘La más bella niña’, con letra del poeta israelí Yehonatan Geffen. Fue este quien en su día animó al trovador a consumar su misión. “Como él me decía, en nuestro país de guerras, con toda esa ansiedad, esas canciones de amor, puras, con buenas historias, representaban una vía de escape”.

Más bares que aquí

Para Broza, Israel y España tienen en común una mentalidad mediterránea, aunque con ciertas diferencias. “Nosotros somos unos neuróticos, y los españoles, no. No nos bastan cinco bares en cada calle, sino que necesitamos diez”, bromea. Aprecia el talante adverso a las urgencias, donde “no todo tiene que estar hecho desde ayer” y es posible “tomarte tu tiempo, con una copa de vino y una guitarra”.

A España vuelve estos días con un recital que ofrecerá este lunes en la Maestranza, de Sevilla, trayéndose a una nutrida delegación de fans israelíes. “Me gustaría que los políticos vinieran para que vean que ‘cultura’ no es solo una palabra”. Broza volverá a España en otoño para ofrecer cuatro conciertos: el 25 de octubre estará en Madrid (Galileo Galilei) y espera cerrar próximamente una fecha en Barcelona.

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Hablando de políticos, le da “pena” la iniciativa del consistorio barcelonés de suspender el hermanamiento con Tel Aviv. “Hay gente que no entiende que el diálogo es el oxígeno de la humanidad”, observa David Broza, que dice dedicar “más del 30%” de su tiempo a actividades educativas a través de la música, con israelíes y palestinos. “La clave es estar ahí, en los asentamientos y con los extremistas, hablándoles y diciéndoles que no puede funcionar la ley del ojo por ojo, y que hay espacio para todos”.