Tres generaciones de actrices

Núria Espert vuelve al Teatre Romea con 'La isla del Aire'

La veterana actriz actúa con Vicky Peña, Teresa Vallicrosa, Miranda Gas y Candela Serrat en la adaptación de la novela de Alejando Plalomas dirigida por Mario Gas

Marta Cervera

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Núria Espert está encantada de regresar al Romea donde hace dos años triunfó con el 'Romancero gitano' de Lorca. La legendaria actriz regresa a los escenarios a los 87 años con 'La isla del Aire', adaptación de la novela de Alejandro Palomas dirigida por Mario Gas, una historia tan bella como oscura protagonizada por grandes actrices de tres generaciones distintas que dan vida a cinco mujeres de una misma familia.

Espert encarna a la matriarca Mencía, un personaje lleno de capas y los primeros signos de demencia senil, lidera el viaje de esta saga femenina marcada por la pérdida de una de sus nietas, Elena, un personaje ausente pero muy presente. Vicky Peña asume el rol de Lía, una de sus hijas y Teresa Vallicrosa encarna a Flavia, hermana de ésta. Las las jóvenes Miranda Gas, en el rol de Bea y Candela Serrat, el de Inés, ambas hijas de Lía y hermanas pequeñas de Elena. Las funciones de este montaje, una producción de Focus y del Teatre Romea, empiezan este sábado 25.

Mario Gas considera que la obra es "un poema sinfónico teatral lleno de dolor y de esperanza". La versión dramática ha sido creada por el propio autor de la novela que ha dado carta blanca a Gas para llevarla al escenario. Secretos, silencios, imaginación y realidad, humor y tragedia se mezclan en esta 'La isla del Aire'.

Isla aire

De izquierda a derecha, Núria Espert, Miranda Gas, Candela Serrat, Teresa Vallicrosa y Vicky Peña. / Zowy Voeten

La historia, cargada de humanidad, transcurre en Menorca. Allí cinco mujeres, guiadas por Mencía, deciden poner rumbo a la isla del Aire, un lugar donde fueron felices. El viaje destapará los secretos de la familia y la relación entre estas mujeres. Sus alegrías pero también sus miserias, sus miedos, sus desamores y pérdidas aparecerán tejen el tapiz de una familia de mujeres aquejadas por dolores físicos y emocionales. "Es un material difícil que intentamos transitar con delicadeza", ha explicado el director satisfecho de contar con "cinco actrices sensibles e inteligentes, algo que me ha permitido ir más allá".

"Yo comencé en el Romea para ver si me cogían para interpretar un cuento infantil. Josep Maria de Sagarra dijo que tenía los cojones como un toro. Esa frase, que no me gustó nada en mi adolescencia, me ha perseguido y animado. Espero que el público que nos venga a ver compruebe que sigo en la misma línea", ha dicho con ironía la veterana actriz y directora.

"Josep Maria de Sagarra dijo que tenía los cojones como un toro. Espero que el público que nos venga a ver compruebe que sigo en la misma línea"

— Núria Espert

Si se ha metido en este nuevo proyecto en una obra contemporánea "sin la protección que te da el repertorio del gran teatro" es por la confianza que tiene con Mario Gas y porque "los espectáculos que eliges te definen como artista y como persona", ha explicado. "Podría haberme embarcado en aventuras más sencillas. Cuando te presentan un texto de un autor contemporáneo son muchas las preguntas que me hago. ¿Merece la pena hacerlo? ¿Voy a defenderlo bien? Muchas veces me he preguntado qué hubiera pasado si Lorca me hubiera venido a buscar para hacer 'El público'. Seguramente me habría horrorizado. Dar vida a un texto nuevo es muy duro".

'La isla del Aire' representa para ella la oportunidad de demostrar que tiene ganas de "seguir dando guerra" porque "el teatro es el eje de mi vida". Resalta que su carrera, como la de todo intérprete, se basa en los papeles que uno elige. Y ha sido valiente para afrontar el personaje de Mencía, "un ser conflictivo tan adorable e inteligente como maligno", precisa la veterana actriz.

Directa al alma

Para Espert 'La isla del Aire' está tan bien contada que "cada una de nosotras siente que está contando parte de nuestra historia". Los personajes son mujeres de una misma familia marcadas por un drama. Mencía intenta encaminar a sus descendientes hacia un lugar donde fueron felices, la isla del título, para conjurar todo el dolor y abrir una ventana a la esperanza. "Esa luz que puede salvarlas la encuentran y espero que el público pueda irse a su casa con ella." Es "una obra que traspasa", señala, que toca el alma.

"Esta obra toca fibras del sentimiento y del pensamiento que valen la pena tener en cuenta"

— Vicky Peña

Lo mismo opina Vicky Peña. La intérprete se siente feliz no solo de volver al Romea sino por hacerlo en familia con Mario Gas y Miranda Gas, hija de ambos, con la que vuelve a coincidir por primera vez desde el debut de Miranda en el Festival Grec con 'Little night music'. "Es un trabajo muy coral, fino y delicado", asegura Peña. "Espero que produzca en el espectador una sensación diferente del teatro más aristotélico o discursivo. Esta obra toca fibras del sentimiento y del pensamiento que valen la pena tener en cuenta en este mundo tan prosaico en el que vivimos."

Conexión intergeneracional

Para las jóvenes Candela Serrat y Miranda Gas, las más jóvenes del reparto, esta obra es "un regalo". Para ambas, que ya coincidieron en el Romea con 'Humans', dirigida también por Gas, otra obra centrada en conflictos familiares, trabajar con Espert es un plus. Pero también han destacado la gran conexión creada entre todas las protagonistas de esta pieza coral que habla de duelo, de vejez, de miserias familiares y de la necesidad imperiosa de agarrarse a algo para seguir adelante. "Hacemos piña. Hemos empezado con muy buen pie", afirma Serrat.

La escenografía de Sebastià Brosa con las videoproyecciones de Álvaro Luna y la música de Orestes Gas traslada el relato a otro lugar. Refleja "un espacio mental, vital, donde los personajes están encerrados al principio", destaca el director. "Hay una especie de realismo minimalista objetual" pero no para explicar el lugar donde transcurre la acción sino para transmitir el mundo interior de los cinco personajes.