Crítica de cine

Crítica de '65': dinosaurios 'low cost'

Una escena de '65'

Una escena de '65'

Nando Salvà

Nando Salvà

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‘Depredador’, ‘Aliens: el regreso’, ‘Parque Jurásico’, ‘El planeta de los simios’ e ‘Interstellar’ son solo algunos de los títulos emulados sin reparos por esta fantasía de acción sobre un alienígena humanoide atrapado en un bosque prehistórico que cuya supervivencia pasa por combatir un puñado de dinosaurios. Y esa falta de originalidad no es la única imperfección que sus directores, Scott Beck y Bryan Woods, tratan de ocultar imprimiendo al relato un ritmo frenético. Es, además, una película increíblemente obvia -transcurre exactamente como uno espera que lo haga a tenor de esa premisa- y, al mismo tiempo, casi todo cuanto sucede en ella carece por completo de lógica; no es casual, en ese sentido, que en su escueto metraje se detecten cicatrices sin duda dejadas por todas las escenas eliminadas en la sala de montaje.

Sea como sea, ‘65’ avanza tan apresurada que no se toma las molestias necesarias para llegar a adquirir la envergadura que uno espera del cine hollywoodiense de monstruos; sus efectos digitales resultan más bien pobres -no es casual que los dinosaurios casi siempre permanezcan en la penumbra-, y sus escenas de acción meramente pasables. Pero su gran problema es que, en buena medida a causa de la seriedad que irradia la interpretación de Adam Driver, se muestra contenida en lugar de desmelenarse y sacar partido tanto de su condición de cine de serie B como de su propia idiotez.