El polémico final de 'The last of us'

El desenlace de la primera temporada de la serie apocalíptica de HBO se aleja de las convenciones del género y planta la duda sobre las motivaciones heroicas del personaje de Joel

El polémico final de 'The last of us'.

El polémico final de 'The last of us'.

José Antonio Martínez Perallón

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La primera temporada de 'The last of us' se nos ha terminado en un suspiro. Nueve semanas en las que hemos ido recorriendo ese mundo distópico y postapocalíptico creado por el hongo cordyceps. No he tenido el gusto de jugar aún al videojuego que ha dado origen a este nuevo pelotazo de HBO (por cierto, ¿en serio van a ser capaces de cargarse el nombre de la plataforma tras la fusión con Discovery?), pero parece que a lo largo de estos episodios se nos ha contado lo mismo que en la primera entrega del emblemático título de la PlayStation. Los datos de audiencia de este capítulo final confirman que la serie ha sido un éxito: más de ocho millones de espectadores en todo el mundo, en una noche en la que además competía con la gala de los Oscars

. En números redondos, se queda a un millón menos de televidentes del final de 'La casa del dragón' (la precuela de 'Juego de tronos'), pero está claro que ha sido una de las series del año. La maquinaria de la industria ya está trabajando en que la gallina de los huevos de oro siga poniendo y la segunda temporada está más que confirmadísima. Eso sí, como de momento solo hay dos partes del juego, los sucesos de la secuela se van a repartir en dos temporadas más. Así daría tiempo a que los programadores tuvieran tiempo de desarrollar la tercera parte para la Play, garantizando la continuidad de la serie por unos años más. Tenemos menos libros por delante que 'Juego de tronos' y no están las cosas como para despilfarrar.

Sigo sin haber visto la temporada final de '

The Walking Dead

'. Se me hace bola. Pero la llegada de The Last of Us nos demuestra que el género apocalíptico dista mucho de estar agotado o que haya cansado a su audiencia. El problema de la serie de los muertos vivientes creada por Robert Kirkman era otro. El fundamental, que sus personajes dejaron de importarnos. Tanto relevo en el reparto causó que ya ni recordáramos de dónde venían los que se quedaron. En 'The Last of Us' todo ha girado siempre en torno a relación entre Joel y Ellie (Pedro Pascal y Bella Ramsey). En el fondo, la serie de HBO se ha parecido mucho a los títulos procedimentales de toda la vida donde a cada semana sus protagonistas llegaban a un lugar nuevo en el que todo se ponía patas arriba. Cada capítulo conocíamos a nuevos personajes secundarios, condenados a no tener que volver nunca más en los posteriores.

El tercer episodio causó un gran impacto, sobre todo por las hordas homófobas de siempre que vociferaban indignadas por esa historia de amor entre dos hombres que pasaban ya la cincuentena en el apocalipsis. Lo único que me ha decepcionado del episodio de marras es que todo lo que se nos contó ha tenido muy escasa repercusión en lo que ha venido luego, salvo para explicar por qué tienen los protagonistas un vehículo y armas. Y lo del código secreto para las canciones que se emitían por la radio me ha dejado un tanto frío. Al menos fue la excusa perfecta pare meter en la trama ese temazo de Depeche Mode. Eso sí, el capítulo precioso.

Como mandan los cánones en el género, la máxima que subyace en la serie es que el hombre es un lobo para el hombre. Los encuentros con los infectados son aterradores sí, pero los villanos humanos son mucho peores. Y todo para descubrir al final de este primera temporada que nuestro protagonista no es tan heroico como nos imaginábamos. ¿O tal vez sí? Así que nos adentramos ya en el delicado terreno de los spoilers. Avisado queda.

Ya se lo advirtieron Joel y Tess a Ellie al principio del todo: "No somos los buenos". Y el episodio final nos ha mostrado el lado más humano de Joel. Queda para la polémica si es una faceta heroica o no. Toda la serie ha girado en torno a esa búsqueda de los Luciérnagas porque en el organismo de la pequeña se encuentra la clave para acabar con la pesadilla de la infección que ha acabado con el mundo. Como siempre, hay un problema. Para obtener la cura, Ellie tiene que morir. Estamos más que acostumbrados a ver ese sacrificio final de los protagonistas por salvar al mundo. (En próximas semanas ya hablaremos del desenlace de 'Star Trek: Strange New Worlds', muy diferente a éste) De alguna manera dábamos por hecho que Ellie accedería a sacrificarse o que se encontraría alguna manera para obtener la cura sin que ella tuviera que morir.

Pero Joel tiene algo que decir al respecto. A lo largo de estos meses de viaje, ha estrechado lazos con Ellie de una manera que no sospechaba. Su relación con la joven ha conseguido tapar ese enorme vacío en el alma que le causó la muerte de su hija al principio de la serie y ahora no está dispuesto a volver a pasar por todo aquello. Y si para ello se tiene que joder todo el mundo, pues que así sea. El rescate final de Joel a Ellie es muy parecido a lo que ya vimos en la primera temporada de 'The Mandalorian', el otro gran éxito de Pedro Pascal, protagonista de ambas series. Tras entregar a Grogu (Baby Yoda) al Imperio, Mando se arrepiente y va a salvar al pequeñajo verde de las garras de esos malvados científicos que pretenden clonarle. Y desde entonces los dos han estado recorriendo la galaxia viviendo nuevas aventuras y huyendo de sus perseguidores hasta que acabamos de llegar al inicio de la tercera temporada.

Joel ha salvado también a Ellie, pero ha evitado al mundo la posibilidad de una cura. ¿Vale la pena un mundo que para salvarse sacrifica la vida de una inocente? El problema está en que Joel arrebata a Ellie cualquier posibilidad de decisión, llegando a mentirla sobre la efectividad de la cura que hay en su sangre. En el fondo teme que sabiendo la verdad, Ellie podría decidir otra cosa. Joel haría cualquier cosa por conservarla a su lado, incluso el matar a sangre fría, sin que podamos culparle por ello.