La caja de resonancia

La guerra de Pink Floyd llega hasta Ucrania

Las diferencias entre Roger Waters, que actúa esta semana en Barcelona y Madrid, y su excolega de grupo David Gilmour se han recrudecido por sus gruesas diferencias políticas y por la regrabación unilateral, por parte del primero, del clásico álbum ‘The dark side of the moon’, que cumple 50 años este mes

Steven Donziger Criminal Contempt Trial in New York

Steven Donziger Criminal Contempt Trial in New York / JUSTIN LANE

Jordi Bianciotto

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Solemos asociar las rivalidades tensas y los choques de egos con las urgencias de la juventud, y suponemos que la madurez es proclive a las reconciliaciones. Tesis ingenua al respecto de Pink Floyd, viendo cómo Roger Waters y David Gilmour han recrudecido hostilidades de un modo que sus fans no veían venir.

Waters ofrece conciertos esta semana en Barcelona y Madrid, y viene envuelto en un ruido inesperado. La reunión del grupo en el Live 8 (2005), dio a entender que las aguas se habían calmado, pero la negativa posterior de Gilmour a llevar más lejos el reencuentro con una gira volvió a torcer las cosas. Y en las últimas semanas, se suman a la trama claves políticas: Waters habla de “provocación” occidental en la guerra de Ucrania y se desdice de declaraciones en las que había tachado de gánster a Putin.

En la otra bancada, la esposa de Gilmour, Polly Samson, tacha a Waters en Twitter de “antisemita hasta los huesos” (a propósito de su apoyo a BDS, organización pro-boicot a Israel) y “apologista” del presidente ruso. Y soltándose un poco más, lo describe como “megalómano mentiroso, ladrón, hipócrita, evasor de impuestos, mimo de ‘playback’, misógino y envidioso”. Piropos avalados por Gilmour: “cada palabra es demostrablemente cierta”. Mientras en Polonia han vetado a Waters por sus críticas al envío de armas a Ucrania, Gilmour se alinea con este país en una canción, ‘Hey, hey, rise up!’, usando el nombre de Pink Floyd.

Como guinda, la nueva grabación (que el mundo no reclama) de ‘The dark side of the moon’ en su 50º aniversario, por parte de Waters, que ha adelantado en You Tube un fragmento de las sesiones, ni más ni menos que la de ‘Us and them’. Un tema este que cantaba Gilmour y que versa sobre la maldad de la polarización propia de las guerras. Este mensaje puede ir en la línea ideológica, recurrente en cierta izquierda, de que en el conflicto de Rusia y Ucrania no hay buenos ni malos, aunque, en clave de Pink Floyd, la apropiación unilateral del álbum más popular del grupo no parece el mejor gesto por la paz.

En el fondo, Waters es un tipo con un gran sentido del humor, aunque quizá él no se haya dado cuenta. Hablamos del autor de un tema, ‘Money’, que satiriza el poder del dinero y que lo hizo multimillonario, y del ideólogo de un álbum contra los absolutismos, ‘The wall’, recreado en espectáculos de hermosa estética totalitaria. Pero las contradicciones, y las ganas de pelea, no remiten, por lo visto, aunque unos y otros se acerquen a la supuestamente serena edad de 80 años.

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