Novela negra

Rosa Montero, química negra a cuatro manos con Olivier Truc

La española y el francés publican 'La desconocida', una trama policiaca ambientada entre Barcelona y Lyon, resultado de la propuesta del festival Quais du Polar en colaboración con BCNegra

Rosa Montero y Olivier Truc, este lunes frente al Moll dels Pescadors de Barcelona, donde transcurre en parte su novela a cuatro manos ‘La desconocida’.

Rosa Montero y Olivier Truc, este lunes frente al Moll dels Pescadors de Barcelona, donde transcurre en parte su novela a cuatro manos ‘La desconocida’. / ELISENDA PONS

Anna Abella

Anna Abella

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El francés Olivier Truc estaba cubriendo la guerra de Ucrania desde Zaporiya para ‘Le Monde’ cuando empezó a escribir a cuatro manos, y a distancia, junto a Rosa Montero ‘La desconocida’ (Alfaguara), novela negra que este lunes han presentado en el Moll dels Pescadors del puerto de Barcelona, uno de sus escenarios en que transcurre este experimento literario sobre el que, haciendo gala de la química literaria que surgió entre ambos, van desgranando detalles por turno, casi como si siguieran escribiendo un capítulo cada uno. De ahí que el nombre del agente de la policía de Lyon y coprotagonista ideado por el periodista y novelista se llame Erik Zapori, inspirándose en la ciudad ucraniana. Este deberá entenderse con la inspectora de policía experta en trata de mujeres Anna Ripoll, personaje creado por la autora madrileña, Premio Nacional de las Letras y también periodista. 

‘La desconocida’, que llega a librerías el próximo jueves, es una novela corta que empieza cuando en un contenedor del puerto de Barcelona hallan a una mujer inconsciente, drogada y con quemaduras que al despertar ve que ha perdido la memoria y a la que intentan asesinar mientras está ingresada en el Hospital Clínic. Pero es también el resultado de una iniciativa del festival Quais du Polar, de Lyon, que cada año plantea a un autor francés y a otro del país invitado de esa edición, en este caso España, y patrocinado por BCNegra, escribir una trama policiaca ambientada en ambas ciudades, Barcelona y Lyon, y con protagonistas de ambos países. 

Montero (1951), autora de numerosas novelas como ‘La hija del caníbal’, vuelve al género tras su serie protagonizada por su particular detective replicante, Bruna Husky. Truc (Dax, 1964) ganó el Premio Quais du Polar con la novela negra ‘El último lapón’, con la que iniciaba hace una década su serie de ‘la policía de los renos’. Ambos, que se conocían por compartir editorial en Francia (Métailié), aceptaron en seguida la propuesta el pasado agosto, que debían realizar en solo cuatro meses y medio, a pesar de estar viviendo una estresante agenda. El francés era enviado especial en Ucrania y la madrileña estaba inmersa en la promoción de ‘El peligro de estar cuerda', que solo le ha permitido "dormir en casa 50 noches en el último año" y la ha obligado a "escribir en vuelos transatlánticos" o levantándose a las seis de la mañana.   

Trata de mujeres

El tema era libre y ambos se cruzaron ideas. La inicial, de una desconocida en un ‘container’, surgió de Montero: "Fue mi huevecillo", sonríe. En la trama, una historia trágica de trata de mujeres. "Probablemente está influida por mi trabajo en Ucrania -admite Truc-, de cuando escribí sobre la primera oleada de refugiados ucranianos, en la que muchas mujeres fueron víctimas de las redes de tráfico y prostitución, que se aprovecharon del caos de la guerra". "La novela toca temas muy actuales y tremendos -tercia la autora de 'Historia del rey Transparente’-. Pero hay mucho sentido del humor, que entra en tromba gracias a Olivier [Truc] y su personaje, Erik, que es tremendo. A Anna Ripoll, igual que al lector, o le enternece o quiere matarlo". 

Zapori, descarado e irreverente, está siendo investigado por corrupción y proxenetismo por Asuntos Internos tras una denuncia falsa de una prostituta a la que protegió. Ripoll, detalla Montero, es "seria, más o menos dura, muy profesional, con carácter". Ambos autores, que debutaban en la escritura a cuatro manos, barajan en un futuro recuperar a los personajes en una nueva novela, escrita esta vez con más margen de tiempo.  

Trampas

Juntos subvirtieron algo la propuesta del festival, aunque mantuvieron la norma de que fueran ocho capítulos. "Uno tenía que escribir un capítulo y el otro seguir a partir de aquel a modo de escritura de 'cadáver exquisito'. Yo los impares y él los pares", señala la escritora. "Pero hicimos trampa -confiesa Truc-, y cuando nos enviábamos el capítulo de turno también nos íbamos dando pistas y acordando cosas de por dónde podía seguir la trama dejando libertad al otro para seguir o no por ahí. La literatura te permite la magia de disfrutar con el personaje y liberarte de la frustración que a veces sientes con el periodismo, cuando te preguntas si quien tienes delante te miente o te manipula".  

Montero, que se considera "novelista, periodista y ensayista" y publicó su primer libro de ficción hace 44 años, opina que "en periodismo, la claridad es un valor y hablas de lo que sabes y te documentas, pero en la novela lo es la ambigüedad, cuantas más lecturas, mejor, y sale del inconsciente, no sabes hacia dónde vas. En periodismo eres el árbol que habla de otros árboles que tienes alrededor. En la novela intentas ser el águila y elevarte para hablar del bosque". 

Ninguno de los dos ha conocido a nadie que haya perdido de repente la memoria hasta el punto de no saber quién es. "La literatura te permite ser esa persona, vivir la vida de los personajes, es un viaje al otro", señala la autora. Esta escritura colaborativa permite "entrar en la cabeza del personaje creado por el otro y seguir desarrollándolo", añade Truc mientras Montero da a continuación fe de ello. Sigue la química: o la "magia", negra.