Ópera

Ulises, ovacionado en su encuentro con Penélope

El Ciclo Palau Ópera ofreció una reveladora versión de ‘Il ritorno d’Ulisse in patria’, obra de madurez de Monteverdi, padre del género lírico

Ulises Palau Mark Padmore © Bofill 2

Ulises Palau Mark Padmore © Bofill 2 / Palau de la Música / Bofill

Pablo Meléndez-Haddad

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Tras subir escenificada al escenario del Grand Théâtre de Ginebra (Suiza) a comienzos de marzo de la mano de Fabio Biondi dirigiendo su orquesta barroca Europa Galante –con el colectivo artístico de Amberes FC Bergman firmando un montaje descarnado y controvertido–, ‘Il ritorno d’Ulisse in patria’ de Claudio Monteverdi, concebida en 1640 para los carnavales venecianos, la obra aterrizó en el Palau con los mismos intérpretes prescindiendo de la escenificación.

Biondi y su orquesta se mostraron profundamente conocedores de la obra –a la que se le realizó una efectiva poda– y del estilo, con la ópera bien engrasada, metida en la piel. Gracias a ello se impuso una versión cargada de aciertos y, sobre todo, de adecuada tensión dramática, a lo que se unió elegancia en las melodías y ornamentos e improvisaciones inteligentes. Los miembros de Europa Galante –y Biondi desde el violín– lucieron maestría y virtuosismo, como también lo hicieron en sus escasas intervenciones los integrantes del Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana que dirige Xavier Puig, que en Barcelona se unieron a la fiesta.

La trama de la segunda de las tres óperas que se conservan de Monteverdi narra el regreso a Ítaca del héroe Ulises tras dos décadas de aventuras –Guerra de Troya incluida– para volver a los brazos de su amada Penélope, cuya fidelidad es recompensada en el feliz final. Todo ello estuvo claramente planteado por los solistas vocales, quienes enriquecieron la versión de concierto con esclarecedores movimientos escénicos.

El tenor británico Mark Padmore asumió el papel titular con medios suficientes y con una pericia dramática encomiable. La contralto italiana Sara Mingardo fue una Penélope ideal, sobrada de medios y que apoyó cada frase en una técnica férrea. El papel de Telémaco fue defendido por el tenor alicantino Jorge Navarro Colorado con total comodidad, al igual que la virtuosa mezzo italiana Giuseppina Bridelli como Minerva, el espléndido pastor de Mark Milhofer y el sonoro Júpiter de Jérôme Varnier, personajes espléndidamente secundados por un reparto de fuerte acento juvenil en el que destacó el impresionante vozarrón del joven bajo William Meinert y que completaron Julieth Lozano, Omar Mancini, Francesca Billiotti, Denzil Delaere, Nile Senatore, Vince Yi y Tarik Bousselma.