Crítica de cine

Crítica de 'Scream VI': terror esclavo del presente

Fotograma de la película Scream VI

Fotograma de la película Scream VI

Desirée de Fez

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La única cosa que podía salvar a 'Scream' (2022), la película que reactivó y actualizó la famosa saga tras una parada de más de una década (y 25 años después del estreno de la de Wes Craven), era la nostalgia. Sólo el amor incondicional por el material original podía hacer ver con buenos ojos una película tan plana. 'Scream VI' tampoco es la mejor película de terror 'mainstream' que vaya a dar 2023 (esperamos), pero es muy superior. Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett le han puesto más ganas a esta.

'Scream VI' es tan irritante como la anterior en su forma de arrastrar al presente la dimensión metalingüística de la saga. No es así todo el rato, cuando lo meta entra de forma orgánica a través del argumento funciona. No tanto cuando, como en la anterior, los mecanismos de las películas de terror y las particularidades de sus fans se verbalizan en diálogos repelentes y esclavos del presente: la conversación de 'Scream VI' sobre cine de terror es la conversación de Twitter sobre cine de terror. Y, como la de Twitter, es muy nicho, a veces es insoportable y le interesa a menos gente de lo que pensamos.

Mejor rodada

Aun con alguna salida graciosa, la autoconsciencia de los directores acaba siendo irritante y se interpone a la aventura y la tensión. Las frena, las atasca. Y es una pena porque ahí es donde 'Scream VI' es superior a la otra. Está mejor rodada, los giros de guion son más ingeniosos, los actores están mejor (el carisma de Jenna Ortega es inaudito), no hay solemnidad y tiene varias escenas magníficamente diseñadas y ejecutadas. Esta sí tiene un par de secuencias (la del metro, por ejemplo, estupenda) y de asesinatos para la memoria cinéfila siniestra.