Un estudio avanza el texto más antiguo en catalán hasta el año 1060

Dos investigadores de la UAB retrasan la datación de la traducción del 'Liber iudicum' y vuelven a considerarlo el primer texto íntegro conservado

Fragmento de la traducción del 'Liber iudicum' al catalán conservada en los archivos del obispado de Urgell.

Fragmento de la traducción del 'Liber iudicum' al catalán conservada en los archivos del obispado de Urgell.

Ernest Alós

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Durante muchos años, se consideró las 'Homilies d'Organyà' como el primer texto literario en catalán, situándolo entre los siglos XII y XIII. Posteriormente le disputó este honor el 'Liber iudicum', la traducción al catalán del código legislativo heredado de los visigodos. Dos investigadores de la UAB, Jesús Alturo y Tània Alaix, propusieron en octubre de 2021 otro serio candidato a ser el texto más antiguo el 'Memorial de greues de Guitard isarn, senyor de Caboet', que databan en 1105. Sin embargo, han modificado esta hipótesis. En el libro 'Lletres que parlen' (La Magrana) sobre los orígenes literarios del catalán, presentado hoy, han modificado la datación del 'Liber iudicum', situándolo entre los años 1060 y 1080 y restituyéndole la condición de abuelo de la literatura catalana.

El libro presentado hoy en la Biblioteca de Catalunya recoge las investigaciones sobre los primeros testimonios de la lengua catalana llevadas a cabo por Alturo, catedrático del Departamento de Ciencias de la Antigüedad de la UAB y Alaix, investigadora del seminario de Paleografía, Codicología y Diplomática de la UAB.

Una sola página

Del 'Liber iudicum' se conservan dos páginas, una en Montserrat y otra en los archivos del obispado de Urgell. Según los autores, la segunda de esas traducciones del original latín a un catalán medieval, convirtiéndolo en "el testimonio más antiguo que se conserva escrito íntegramente en catalán", se copió entre los años 1060 y 1080, casi un siglo antes de lo que se consideraba hasta ahora. Argumentan que se realizó en la canónica de Santa Maria d'Organyà, probablemente a manos del sacerdote Traver Radolf, "que entre 1066 y 1084 dejó escritos diversos documentos en buen latín y habría hecho la copia mencionada para uso del juez Albertí de Organyà".

Los investigadores atribuyen algunos bordes carbonizados del pergamino, que posteriormente se reutilizó en las cubiertas de un libro del siglo XVI, al incendio que sufrió Santa Maria d'Organyà en 1090. En cuanto a la copia de Montserrat, los autores consideran que se realizó a partir de la misma traducción pero en torno a los años 1220-1230, mientras que las 'Homilies' fueron copiadas en torno al 1220 también.

Retrasar aún más el "protocatalán"

En su estudio, Alturo y Alaix plantean una visión propia del por qué de las primeras presencias del catalán en la escritura medieval. No se debió a la necesidad de utilizar la lengua vulgar por parte de escribanos con dificultades para dominar el latín sino que nació en ámbitos judiciales y eclesiásticos perfectamente alfabetizados en latín, pero que escribían textos destinados a ser utilizados por otras personas alfabetizadas pero con más dominio del catalán oral que del latín literario.

Más heterodoxa es otra de las hipótesis de Alturo y Alaix, que consideran ya como rasgos de "protocatalán" elementos detectados en textos en latín de fechas tan tempranas como el siglo IV. Que en esos momentos el latín coloquial era ya algo muy distinto del latín clásico o incluso del latín eclesiástico está claro. Pero sostienen que ese latín vulgar ya se diferenciaba del literario en el siglo II antes de Cristo y que su evolución hizo que ya en fechas como las de los escritos del obispo de Barcelona San Paciano, en ese siglo IV, había evolucionado tanto como para adelantar a la antigüedad tardía lo que más tarde acabaría siendo catalán ("y también el resto de lenguas románicas", apunta Alturo).

Aunque entre ese siglo IV y las primeras evidencias del catalán pasarían varios siglos (y conmociones tan significativas como la llegada de los visigodos o los árabes), los autores defienden que hay continuidad entre el latín de esos momentos y el catalán primitivo. "Lo que sucede es que estamos hablando del lenguaje popular, poco testimoniado porque lo que han pervivido han sido los textos literarios", apunta Tània Alaix. "Encontramos ese protocatalán -sostiene Alturo- en expresiones en textos de San Paciano que no corresponden al latín literario sino a un protocatalán, como 'si te placet' ('si et plau'), 'subinde' ('sovint') o 'ceruulus' ('cèrvol')".

Entre los primeros escritores en esa protolengua catalana, que salpican de palabras de uso popular textos en latín, Alturo y Alaix incluyen a 30 personajes documentados, entre ellos religiosos y escribanos como el canónico Adaganell de Vic (que en 889 utilitza por primera vez la palabra 'estel' en masculino'), el diácono Egfred de Barcelona (1022), Ramon de Cabó, el abad de Santa Maria d'Alaó, Pere Jofre o Bernat d'Ortoneda.