Exposición inédita

Lluís Borrassà, el gran artista olvidado del Gótico, revive en el MNAC

Con la exposición 'Lluís Borrassà: Els colors retrobats de la catedral de Barcelona', el museo reivindica la figura del pintor y su trabajo en el monumento de la ciudad condal

Borrassà

Borrassà / Archivo MNAC

Judith Navarro

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El de Lluís Borrassà (Girona, 1360 – Barcelona, 1425. aprox.) debería ser uno de los grandes nombres de la historia del arte medieval. Durante más de 40 años, dirigió el taller pictórico más importante de su tiempo, con una producción especializada, sobre todo, en los retablos. Sus piezas decoraron gran parte del interior de la catedral de Barcelona, entonces en construcción, y él se posicionó como uno de los artesanos más relevantes del periodo gótico catalán. Sin embargo, con la popularización del estilo barroco, su figura cayó prácticamente en el olvido, y sus obras fueron desmontadas y retiradas. 

En el mejor de los casos, los fragmentos desmembrados de estas pinturas terminaron en manos de coleccionistas privados, que las han conservado hasta el día de hoy; aunque a muchas otras porciones se les perdió la pista. A partir del redescubrimiento en el mercado artístico de dos nuevas tablas del pintor y de su compra por parte del Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya, el MNAC presenta 'Lluís Borrassà: Els colors retrobats de la catedral de Barcelona', una exposición que se podrá visitar en el museo hasta el 2 de julio, y con la que se rinde homenaje a la figura del artista por su participación en la decoración del monumento de la ciudad condal. 

La 'Profesión de san Pedro Mártir' y la 'Decapitación de los familiares de san Hipólito' son las nuevas incorporaciones a partir de las que se compone la muestra y, junto a ellas, también se han logrado reunir más partes de los retablos del autor, procedentes de préstamos particulares o de la colección de otros centros como el Museo Nacional del Prado o el Museo Episcopal de Vic. "Borrassà era un gran profesional que estaba escasamente representado. Hacía falta llenar este vacío y ponerlo en sintonía, divulgar sus creaciones, muy conocidas en ámbitos especialistas, pero poco para el gran público. Esta es una oportunidad única para poder ver juntas estas obras que, habitualmente, no están al alcance del público.", explica el conservador de arte gótico del MNAC y comisario de la exposición, Cèsar Favà.

Borrassa

'Decapitación de los familiares de san Hipólito', de Lluís Borrassà. / ARCHIVO MUSEU NACIONAL D'ART DE CATALUNYA

Un primer paso en la transformación de la colección del Gótico en el MNAC

El vínculo de Borrassà con la catedral abarca gran parte de su carrera. En el 1396, ya recibe un pago por un trabajo de policromía que realizó en una parte del púlpito del coro, cuyo pigmento azul de lapislázuli continua aún impregnado en la madera, pero oculto bajo otras capas de pintura posterior. Y su principal huella la dejó entre los años 1400 y 1421, con la elaboración de cuatro retablos dentro de la nave para las capillas de Sant Antoni Abat, Sant Andreu de la girola, Santa Marta y Sant Llorenç; aunque todos ellos fueron desmontados en la época moderna y, ahora, parcialmente reconocidos. 

Si se tiene constancia hoy en día de la labor del artista, posiblemente sea gracias a Josep Puiggarí (1821-1903), uno de los estudiosos pioneros del arte catalán que en 1860 le atribuyó a Borrassà (sin documentación que lo abalara, pero de manera acertada) la autoría de una de las tablas de la catedral, rescatándolo del olvido. Por ello, la exposición incluye también importante documentación original del historiador.

El director del MNAC, Pep Serra, ha expresado su deseo de que todo este material y las piezas artísticas que no proceden de prestamos externos puedan continuar alojada en el mismo espacio. "Es la semilla, el germen de toda la transformación de la colección del Gótico, que pretende ofrecer relatos más actualizados", asegura. 

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'Milagro se san Pedro Mártir y la nube', de Lluís Borrassà. / ARCHIVO MUSEU NACIONAL D'ART DE CATALUNYA