Espais Volart acoge una antologia de Santi Moix

Pintor, dibujante, grabador, ceramista, escultor y artista mural. Santi Moix es uno de los artistas más polifacéticos del actual panorama cultural. Su obra, que oscila entre la abstracción y la representación, se puede contemplar desde el pasado 21 de febrero hasta el 16 de julio en las paredes de Espais Volart, de la Fundació Vila Casas.

‘La costa de los Mosquitos’ es una exhibición antológica formada por un total de 80 obras que el autor ha realizado desde 1998 hasta la actualidad y que resigue el periodo en el que trabajó con el galerista de Nueva York Paul Kasmin. Y es que, desde 1986, Moix reside en La Gran Manzana, donde ha elaborado la mayor parte de sus creaciones artísticas. De hecho, el 2002 fue uno de los puntos álgidos del artista ya que fue el año en el que fue reconocido con la prestigiosa beca Guggenheim.

Esta exposición, comisariada por el crítico de arte Enrique Juncosa, es la muestra de más envergadura que se ha hecho nunca del artista. En ella, se pueden apreciar pinturas, acuarelas, cerámicas, esculturas e intervenciones efímeras diseñadas y elaboradas por Moix. Su obra se caracteriza por el color, la vitalidad y la transformación, que el autor representa en formas biomórficas inspiradas en la fauna y la flora. Todo ello crea un mundo imaginario formado por figuras abstractas que se mezclan con imágenes de insectos, flores, frutas, animales, etc. Asimismo, tanto el humor como el hedonismo juegan un papel importante en gran parte de las obras del artista.

'La Costa de los Mosquitos'

Es precisamente este universo paralelo el que ha dado nombre a la exhibición. De esta forma, se busca crear un símil con la novela homónima, escrita por Paul Theroux, que narra la historia de cómo un excéntrico inventor decide emigrar con su familia a la selva centroamericana con el objetivo de vivir un sueño utópico, pero que resultará difícil de construir. De manera parecida, Moix también ha creado un mundo imaginario en el que las imágenes están en constante transformación y obedecen a un orden caótico e imprevisible.

Las imágenes ilustradas en la exposición hacen referencia tanto a su vida en Nueva York como a sus viajes a Japón, India y Marruecos. Además, también se pueden apreciar referencias a la cultura catalana a través del paisaje y del mundo rural; y pinceladas inspiradas en sus gustos musicales, literarios y cinematográficos. Todo ello se mezcla para dar paso a su particular visión de las cosas. En palabras de Enrique Juncosa, “a veces, sus paisajes pueden sugerir ideas cercanas a la ciencia ficción, evocando ciudades inventadas, grandes atascos de tráfico y probables accidentes; sus pinturas, además, pueden insinuar diferentes estados de ánimo: como el humor o la melancolía”.

Obras destacables

Algunas de las obras más destacables de Moix se han materializado en grandes murales de carácter efímero. En el 2012, Moix ilustró en las galerías del Brooklyn Museum un mural inspirado en la obra del estadounidense Mark Twain, ‘Las aventuras de Huckleberry’. Un año más tarde, el artista vistió una tienda de Prada del barrio neoyorquino de Soho con un mural de una modelo desnuda que superaba los 60 metros de largo y en el que representó formas y criaturas quiméricas. Asimismo, Moix también ha ilustrado libros como ‘Don Quijote de la Mancha’ y ‘El nombre de la rosa’, libros cuyos autores destacan por su sentido del humor y por su compresión de la vida y la literatura como una gran aventura, dos cuestiones que atraen al artista. En el caso de ‘El Quijote’, el autor creó un conjunto de grabados que se muestran en su totalidad en esta exhibición que acoge Espais Volart.