Estreno de cine

Sin hijos pasados los 40: sobre ser madre y la presión del reloj biológico

Una escena de 'Los hijos de los otros'.

Una escena de 'Los hijos de los otros'. / EPC

Nando Salvà

Nando Salvà

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Ni las madrastras ni las mujeres que aún no han tenido hijos pasados los 40 son figuras a las que el cine no suele ofrecer un trato justo y, en ese sentido, la nueva película de Rebecca Zlotowski es algo parecido a un correctivo. Inspirada en su propia experiencia personal, no es ni una comedia ni un drama porque, como las vidas reales de la gente, permanece flotante a medio camino. 

Su protagonista es una profesora de instituto -magnífica Virginie Efira- cuyo vínculo con la hija de su novio despierta en ella una ambigua mezcla de pulsión maternal y crisis de mediana edad. Mientras la contempla, la película empieza funcionando casi como una comedia romántica y luego, poco a poco, va ahondando en el estudio psicológico de una mujer presionada por el reloj biológico, sus sentimientos hacia el que quizá sea su gran amor, la incierta posición que ocupa en el seno de una familia que no es la suya, las expectativas que la sociedad impone sobre las mujeres y su necesidad innata de criar, cuidar y transmitir.

En el proceso, ‘Los hijos de otros’ logra ser liviana y profunda a la vez, en buena medida gracias a la precisión exhibida por Zlotowski a la hora de manejar el tono y a la combinar un relato sencillo e ideas complejas, su capacidad para extraer trascendencia de gestos y momentos aparentemente banales y la sensatez que demuestra al buscar la emotividad esquivando el melodrama y a través de la discreción, la calidez y la serenidad.

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