Miryam Benedited se sincera: "La propuesta de Chanel era profesional y el resto estaba bastantes escalones por debajo"

Miryam Benedited acaba de ganar el juicio por las amenazas que recibió tras acabar el Benidorm Fest. Pone así fin al calvario que vivió durante las semanas posteriores al concurso, en el que distintos individuos le juraron atacar a su familia. Lo hicieron a través de las redes sociales, con mensajes de la siguiente bajeza: "Cacho perra, ojalá os muráis tú y tus hijos de un cáncer" o "Voy a quitarles la vida. Sé dónde vivís". Aún le queda otro pendiente, pero hoy ya respira más tranquila. No sufre la psicosis del principio y puede pisar la calle con normalidad.

La ira que desató su valoración a favor de Chanel encendió a una manada de fanáticos que, lejos de aceptar las reglas de juego, lanzaron contra ella su odio al no ganar sus propuestas preferidas. "Fue muy chungo. No sabía si iban en serio. Vivía nerviosa, miraba a todos los lados, temblaba cuando alguien se acercaba demasiado…", reconoce la coreógrafa. Un año después de aquel huracán, sigue defendiendo su postura. Y lo hace férreamente. Como se muestra ella: una mujer clara, directa y contundente que jamás se ha dejado amedrentar por presiones.

Rigoberta Bandini y Tanxugueiras fueron las favoritas desde que se anunciaron sus canciones. En cuestión de horas, empezaron a acumular miles de reproducciones. E, incluso, se las consideró abanderadas de un nuevo feminismo. Todo eran flores para ellas. Eso hizo que el resto de temas quedaran eclipsados ante tanto brillo. La decisión parecía que estaba clara… hasta que llegó el turno de subirse al escenario. Sin esperarlo, Chanel deslumbró en la primera semifinal con un pack en el que aunaba voz, baile y luz.

Pasó a la final con 110 puntos, 17 por delante del trío gallego. Éste fue la primera opción para el público, pero la quinta para el jurado. Algo que llamó la atención de los espectadores y que empezó a generar ciertas tiranteces. El sábado, se repitió la misma jugada: SloMo venció la preselección gracias al comité, ya que el televoto sólo le otorgó el 3,97% de los puntos. Si bien Terra barrió con el 70,75%, tuvo que conformarse con la medalla de bronce después de que los expertos la volvieran a dejar quinta. Ay, mamá fue segunda a sólo cinco puntos de la polémica campeona.

"Volvería a votar lo mismo. Nuestro análisis no fue a lo loco, sino desde el punto de vista profesional", explica Benedited. A pesar de las múltiples explicaciones emitidas por TVE, las acusaciones de tongo se extendieron durante semanas. Hasta el punto de tener que desglosar los votos del jurado uno a uno, aunque sin desvelar su identidad: "Fue feo. ¿Qué interés tenía de que una persona saliera por encima de otra? Me daba igual. Lo que sí me importaba era que se pusiera en tela de juicio mi criterio. Mi objetivo era proponer a España el mejor candidato posible. Ni más ni menos. El resto de alternativas no eran óptimas para Eurovisión, lo que no quiere decir que fueran malas".

Entre ellas, también se localizaban Rayden, Azúcar Moreno, Blanca Paloma o Varry Brava. Las cuatro quedaron por encima de Tanxugueiras en la clasificación del tribunal. Para lo que ella tiene una explicación: "No era un paquete completo".

P. ¿Por qué no lo era?

R. No me gusta ser negativa con los participantes. No necesito criticar a unos para ensalzar a otros. Sencillamente, me encontré con varias posibilidades y elegí la que pensaba que podía hacer un mejor papel en Europa. Esa era Chanel. Su propuesta era profesional y todo lo demás estaba bastantes escalones por debajo.

P. Si ella no se hubiese presentado, ¿cuál hubiese sido su elección?

R. Complicado. No lo sé… Te soy sincera: para ganar no había ninguna otra opción. Entonces, ya podía haber elegido a cualquiera. A mí la canción de Rigoberta me encantaba, pero no acertó en la escenografía. E, igualmente, me lo he pasado en grande bailando con Varry Brava. Pero Chanel era la única que podía competir por el primer puesto. Hablamos de ganar, ¿eh? Todos podrían haber hecho un buen papel. Ahora bien, arrasar no.

P. ¿Qué le pareció que, por primera vez, una lengua cooficial compitiese por representar a España?

R. Fenomenal. Si soy vasca, ¿qué te voy a decir? He tenido que aguantar tantas cosas sobre esta cuestión… Como en mi Twitter pone que vivo en Madrid, la gente empezó a decir: "¿Qué se puede esperar de ella? No entiende de otras culturas". Tremendo. Yo me comí a ETA. Recuerdo que, cuando iba con mis padres de vacaciones, no sabíamos qué hacer con el coche: en el momento en que alguien veía una matrícula vasca, te pinchaban las ruedas. Para que veas hasta qué punto la gente puede meter la pata. Al mismo tiempo, estaba los que sabían mi origen y soltaban: "Le ha sentado mal la frase en euskera de Tanxugueiras". Increíble. Me parece genial que se presenten otras lenguas siempre que el proyecto esté bien hecho. No al revés. Lo que no puede pasar es que el idioma sea la prioridad.

Tras el veredicto, aparecieron datos que intentaron poner en tela de juicio la elección y la independencia del jurado. En primer lugar, que la letra superaba el límite permitido de palabras en inglés. Y, en segundo lugar, que existía una relación personal previa entre Miryam y Chanel. "Sí, mi opinión fue muy diferente a la del resto… pero yo no tengo fanatismos. Soy fría como un témpano. Puedo ser objetiva contigo, aunque cenes mañana en mi casa. En mi oficio conozco a todo el mundo. Tengo amigos que no trabajan conmigo porque son estupendos para otras producciones", reconoce Benedited, que lleva en la televisión desde 1987.

Si bien la coreógrafa se dio a conocer popularmente en la serie Un paso adelante, entonces ya llevaba una década ejerciendo de bailarina en programas como Entre amigos, Telepasión o Verano de estrellas. No obstante, el boom tuvo lugar en Operación Triunfo, El número uno y Tu cara me suena. A día de hoy, sigue liderando en este último, lo que le ha impedido repetir en la nueva edición del Benidorm Fest.

27 años sin visitar el podio

La noche del pasado 14 de mayo, SloMo recibió 459 puntos en Eurovisión, lo que le valió una tercera plaza que supo a victoria. Pues, desde la resurrección de Ruth Lorenzo en 2014, España no había vuelto a ser tema de conversación. Ni a generar interés ni entusiasmo. De hecho, llevábamos seis ediciones consecutivas quedando por debajo del número 20 (Edurne, Barei, Manel Navarro, Amaia y Alfred, Miki Nuñez, Blas Cantó). Después de bastantes años, nuestro país consiguió cuajar un concepto ganador. Tanto es así que, de los 25 paquetes exhibidos, el de Chanel fue de los pocos que sacó punta a la diferencia.

Podría incluso decirse que, a primera escucha de muchos, encandiló más rápido a los europeos que a los propios españoles. Aunque la verdad es que, con el paso de los meses, numerosos escépticos se convirtieron al chanelismo democrático. "Estaba súper tranquila. Sabía que iba a hacer un papelazo. Fue brutal. Lo que hizo estaba al nivel de Beyoncé. Sólo deseaba que llegara el día para que la gente se diera cuenta de ello", sostiene Benedited.

En ese sentido, destaca el bagaje de la intérprete, curtida en musicales desde bien pequeña: "Ella ha actuado, cantado y bailado en directo cada día. Por lo que tenía las armas para defender cualquier cosa que le ocurriese. Lleva toda la vida currando. Que mucha gente no la conociera no significaba que acabase de aparecer como las flores". En la actualidad, tras rechazar el Malinche de Nacho Cano, está dando forma al que será su primer disco. Casi nada se sabe de él, salvo que continuará la senda que marcó con Toke.

Los datos no han sido tan apoteósicos como los de SloMo y, además, apenas se ha dejado ver sobre las tablas en los últimos meses. Algo que podría pasarle factura, dado que el tipo de cantante que ella encarna cuenta con cuantiosos referentes en el mercado nacional e internacional: Lola Índigo, Ana Mena, Aitana, María Becerra, Lali Espósito… "La clave está en el directo: cómo se desenvuelve y qué energía transmite. Las canciones suelen dar un giro enorme cuando se pasan de los auriculares al escenario".

P. ¿Este año hay alguna candidatura con potencial para revalidar el éxito de Chanel?

R. Aún necesito verlas en directo. Si el artista no es capaz de sujetar su propuesta en el Benidorm Fest, en Eurovisión tampoco lo va a conseguir. Y eso no nos lo podemos permitir. Ganaremos o perderemos, pero el objetivo es sentir que se ha hecho un buen trabajo. Allí, vamos a cantar. Por lo que la afinación debe ser perfecta: debes conocer tan bien tu garganta que, aunque no te escuches, cantes y sepas que no estás desafinando.

P. En 2009, formó parte del equipo de Soraya con La noche es para mí. Sin embargo, justo antes de poner rumbo a Rusia, TVE decidió imponer a su cuadrilla. ¿Por qué la apartaron?

R. Estábamos ilusionados y fue un jarro de agua fría. No sé qué ocurrió. Era otra época, en la que se imponían ciertas decisiones. ¿Y qué pasó? Que fue un desastre. En los ensayos, la propia Soraya ya lo decía. Más tarde, en 2015, acompañé a Edurne con Amanecer. Ella ya tenía armado su proyecto, salvo la coreografía del puente musical. La persona encargada de ella se cayó, así que me llamaron en el último instante. Es por ello que conozco tan bien lo que es el festival. He estado dentro y, gracias a eso, también puedo opinar.