Comedia popular

Crítica de teatro | 'Junior': Joan Pera, inmortal

El cómico más famoso del Paral·lel vuelve a ponerse a las órdenes de Joel Joan en una comedia popular construida a base de tópicos sobre la juventud.

Crítica de teatro | 'Junior': Joan Pera, inmortal

Manu Mitru

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Manuel Pérez i Muñoz
Manuel Pérez i Muñoz

Periodista.

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Tiene una asignatura pendiente quien no haya presenciado, al menos una vez, el fascinante espectáculo de Joan Pera haciendo reír a su público. Hablamos del último de los grandes cómicos populares, una raza en peligro de extinción, heredero de una larga estirpe que enraíza en Joan Capri y Mary Santpere, santoral del Paral·lel.

Desde esta perspectiva, su nueva obra, Júnior, tiene visos de acontecimiento. En ella vuelve a ponerse al servicio del tándem creativo formado por Héctor Claramunt y Joel Joan, herederos naturales del trono de la comedia de masas. La fórmula funcionó bien con 'El pare de la núvia' y ahora repiten en el Teatre Condal.

Nos explican esta vez la historia de Magí Folgueroles, expresidente de la Generalitat, que nos presentan en el día de su ochenta cumpleaños. Aunque Pera no es tan mayor, el juego de espejos entre la edad del personaje y del actor no es anecdótico, es la esencia del gag, un punto autoficcional en la línea de 'El crac' y 'El gran comediant' que Claramunt y Joan explotan últimamente. La obra da un vuelco al transformarse en una parodia de bulevar de 'Fausto', giro fantástico en el que aparece la Muerte (vestida con chándal del Real Madrid) para ofrecer al protagonista la posibilidad de volver a ser joven.

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La condición de Molt Honorable puede parecer terreno fértil para dobles sentidos con la actualidad, pero todo queda en una anécdota para cuatro chistes de un humor muy blanco que huye de herir cualquier susceptibilidad. El rejuvenecimiento de Pera sirve para espolear su repertorio habitual de tics histriónicos que hacen las delicias del público. En su transformación se enfrenta a todo un muestrario de tópicos sobre el poliamor, las relaciones fluidas y el ecologismo. El contraste entre la moral del político conservador y temas como la responsabilidad compartida en la crianza lo impregna todo de un vaho reaccionario que no consigue evaporarse ni cuando llega la previsible redención del personaje.

Aparte del fondo argumental, el montaje funciona como un reloj, trepidante y ágil en el ritmo como acostumbra a dirigir Joel Joan. Las transformaciones de la escenografía son limpias e impactantes, y una muy afinada nómina de 'partenaires' dan la réplica a Pera con solvencia. En especial destacan Fina Rius, sacrificada mujer del President; Oriol Casas, secretario que borda el arquetipo del adorable perdedor; y Francesc Cuéllar, resuelto en su estrenado registro cómico. Y así, gracias a pactos mágicos como 'Júnior', tendremos Joan Pera para rato.