Industria editorial

Jorge Herralde recibe la medalla del Premio Formentor y anuncia que su archivo se queda en casa

La histórica documentación del sello no irá a parar ni a la Biblioteca Nacional de España y ni a la de Catalunya

BARCELONA 26/01/2023 Icult. Comida homenaje de la Fundación Formentor a Jorge Herralde en el Hotel Barceló Raval. FOTO de ZOWY VOETEN

BARCELONA 26/01/2023 Icult. Comida homenaje de la Fundación Formentor a Jorge Herralde en el Hotel Barceló Raval. FOTO de ZOWY VOETEN / Zowy Voeten

Elena Hevia

Elena Hevia

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El sujeto es Jorge Herralde, uno de los grandes editores europeos. El objeto, la medalla de la Fundación del Premio Formentor, del que el editor ha sido cómplice formando parte de su comité de honor –junto a luminarias del oficio como Antoine Gallimard o Roberto Calasso-, una distinción que se le concedió este jueves en un almuerzo íntimo. La concesión de la medalla viene acompañada de una noticia feliz: finalmente el Archivo Anagrama se queda en casa, nada de cederlo o venderlo a la Biblioteca Nacional de España o a la de Catalunya. El modelo finalmente ha sido el archivo Gallimard que tampoco ha abandonado la casa madre.

La ingente documentación de correspondencia, documentos y fotos que el sello ha ido conservando durante 50 años, se sitúa físicamente desde hace unos meses en la nueva dirección del sello en el Eixample barcelonés, tras su reciente traslado desde la histórica localización en Sarrià. La permanencia dará pie también a un nuevo proyecto: la futura colección Fundación Feltrinelli. Archivo Herralde, que alimentará futuros volúmenes.

Pérdida abrumadora

El primero, de momento, estará dedicado a la correspondencia entre el veterano editor catalán y su gran amigo Hans Magnus Enzensberger, poliédrico ensayista y poeta, hispanista vocacional y “amigo íntimo”, un título que Herralde no concede así porque sí. Su muerte, el pasado noviembre, fue en palabras del editor “una pérdida abrumadora”. No en vano, el autor alemán inauguró la mítica colección argumentos, con ‘Detalles. Política y delito’, y llegó a formar parte del jurado de la primera convocatoria del Premio Anagrama de ensayo, que por extrema exigencia de los seleccionadores quedó desierto en aquella ocasión.  

La correspondencia Herralde-Enzensberger se sitúa en sintonía con otro título reciente del catálogo de Anagrama, ‘Para Roberto Calasso’, en el que Herralde ha ejercido de compilador recogiendo, entre otros, los textos de la mesa celebrada en las ‘Conversaciones de Formentor’ del 2021, realizadas en Sevilla, en la que figuraron Gustavo Guerrero, Edgardo Dobry, Carlo Feltrinelli y Yasmina Reza, además del propio Herralde y el director de la Fundación Formentor, Basilio Baltasar. Aquel acto acabó convirtiéndose en un homenaje póstumo tras la sorpresiva desaparición del editor y escritor italiano.  

Pequeño gran sello

La distinción de Formentor no ha sido la única que se le ha dedicado recientemente al veterano editor de Anagrama, que en los últimos tiempos arrastra problemas de visión que le dificultan la indispensable tarea de leer. En la pasada edición de la Feria de Fráncfort, durante años uno de los grandes ritos de paso del quehacer editorial habitual de Herralde, fue homenajeado por editores de la alemana Suhrkamp y la francesa Gallimard. Recordaba Basilio Baltasar de aquel acto las palabras y la sorpresa de Frank Wegner, lector y director del programa de literatura internacional de Suhrkamp que en una pequeña librería de Lima encontró a la venta la práctica totalidad de los títulos del catálogo de Anagrama. Admirado por la eficacia en la distribución que, suponía, era fruto de una editorial con un importante músculo en su infraestructura, visitó Barcelona para comprobarlo. “Dio muchas vueltas alrededor del piso que albergaba la editorial en Sarrià, buscando un gran edificio corporativo y lo que encontró fue un lugar de apenas una planta con un discreto rótulo en la puerta”, cuenta Baltasar, destacando la deuda histórico sentimental que los lectores tienen con el sello, así como la independencia “admirable” y esa “capacidad insólita para lograr que una pequeña editorial haya ejercido como una grande".