Exposición

Laura Papo, una vida dedicada a preservar la herencia sefardí en Bosnia

Laura Papo, una vida dedicada a preservar la herencia sefardí en Bosnia

Laura Papo, una vida dedicada a preservar la herencia sefardí en Bosnia

Nedim Hasic | Efe

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La vida de Laura Papo (1891-1942), una mujer sefardí de Sarajevo que se dedicó a preservar el legado cultural judeoespañol tras la expulsión de los judíos de España en 1492, inspira una exposición que se inaugura esta semana en Madrid.

La muestra titulada "Mujer, escritora, feminista y sefardí bosnia" estará abierta al público entre mañana, miércoles, y el 25 de febrero en el Espacio Annette Cabelli, con el apoyo de la embajada de Bosnia-Herzegovina en Madrid.

Cuentos y ensayos

Papo escribía cuentos y ensayos en su lengua materna, el ladino (judeoespañol), y fue la primera dramaturga sefardí en el país balcánico, donde los judíos españoles se establecieron a partir de mediados del siglo XVI.

"Era una de las mujeres más importantes no sólo en Bosnia sino entre los sefardíes en general. El legado que ha dejado con sus obras es imborrable", asegura en declaraciones a Efe Eli Tauber, historiador de la comunidad judía en Sarajevo.

La exposición presentará entre otros objetos fotografías del Museo de la Literatura y Arte Dramático de Bosnia-Herzegovina, y tres tomos de "Manuscritos", una recopilación de sus obras, publicadas entre 2015 a 2017, o sea, décadas tras su muerte.

'Bohoreta'

Nacida en Sarajevo como Luna Levi, llevaba el apodo "Bohoreta", que se solía dar a las niñas primogénitas en las familias sefardíes y con el que acabó firmando algunas de sus obras.

Luna pasó gran parte de su infancia y adolescencia en Estambul, donde su padre, Juda Levi, intentó hacer negocios.

Allí estudió en escuelas judías en idioma francés y, en un ambiente occidentalizado, recibió el nombre de Laura, considerado entonces más moderno que Luna.

Salvar la tradición

Al regreso de la familia a Sarajevo, con 17 años de edad, Laura empezó a recopilar romances, canciones y proverbios sefardíes para salvar del olvido la tradición y el folclore judeo-español que se transmitía en los Balcanes de forma oral desde hacía siglos.

De su ciudad natal donde se mezclaban influencias orientales y occidentales, Laura escribía: "Lindo muestro Saraj! En el centro tramvajes, autos, un poko mas longje el Levante kon sus ermozuras enkantaderas, sus mahales kijetas!".

En 1916 se casó con Daniel Papo aunque la pareja se separó a los pocos años por los problemas mentales que sufría el hombre a causa de sus vivencias como soldado en la Primera Guerra Mundial.

Madre soltera

Pese a ser madre soltera de dos hijos, Leon y Bar-Kohba, Laura Papo intensificó en los años 1920 su trabajo como autora.

En 1931 escribió su principal obra "La muzer sefardí de Bosnia" (La mujer sefardí de Bosnia), el primer libro y etnográfico publicado a nivel mundial sobre la mujer sefardí.

En él elogia los valores tradicionales, con el hogar como pequeño "reino" de la mujer sefardí, y la educación. Al mismo tiempo alienta a la mujer a tener una profesión y trabajar para adaptarse a la modernidad y aumentar su independencia.

De la mujer sefardí decía: "Morían con calma y en silencio, tal y como vivían toda su vida: con modestia y diligencia, sensibilidad y tranquilidad".

Sus obras, escritas sobre todo en los años 1930, hablan de las tradiciones y costumbres sefardíes en los Balcanes, como en "Esterka", dedicada a su madre, Esther Levi.

Pero también critica el esnobismo, los matrimonios contraídos por dotes y dinero, la soberbia de los ricos o la intolerancia en las familias, como en "Shuegra, ni de baro buena" (Suegra no es buena ni si fuera de barro).

Sus piezas teatrales eran escenificadas en Sarajevo por el sindicato judío local "Matatja", bajo dirección de la propia Papo que acompañaba las escenas al piano.

La comunidad judía de Sarajevo, que hasta la II Guerra Mundial tenía más de 9.000 personas, fue diezmada durante el Holocausto.

Hijos asesinados

Sus hijos fueron asesinados en 1942 durante la deportación a Jasenovac, un campo de exterminio establecido por el Estado fascista de Croacia, títere de la Alemania nazi.

Ella murió ese mismo año en Sarajevo, con solo 51 años, "de tristeza, desconsolada", recuerda Eli Tauber.

"Fue enterrada en el cementerio judío, en secreto por la ocupación nazi. No se colocó ninguna lápida y hasta hoy no se sabe dónde está su tumba", indicó el historiador.