Crítica de 'Asesinato de un fotógrafo': sobre la pista de los clichés del género negro en la Sala Beckett

El género negro está de moda, si es que alguna vez ha dejado de estarlo. La "llum a la foscor" que Carles Porta reparte en su famoso programa 'Crims' parece iluminar ahora los teatros. Coincidiendo con el estreno de la versión "true crime" de 'Terra baixa' en el TNC, la Sala Beckett presenta un curioso montaje escrito y protagonizado por Pablo Rosal: 'Asesinato de un fotógrafo'. Un monólogo que ensambla todos los clichés del género negro para hacer homenaje (y parodia) de las clásicas historias de crímenes y misterio. 

Siguiendo las pistas de una misteriosa nota, el detective Julio Romero busca al asesino del célebre fotoperiodista alemán Franz Ziegetribe, cuyo cuerpo se ha hallado en la habitación de un hotel de quinta fila. Todo cadáver guarda un relato, y la victima parecía conocer el final del suyo, pues él mismo contrató al investigador privado para que investigara su futura muerte.

Con más intuición que técnica canónica, Rosal va dando forma a los personajes de una trama en que, como en el 'Orient Express' de Agatha Christie, todos son sospechosos. Un casting repleto de tópicos en el que no falta la 'femme fatale', un periodista curtido en las cloacas, una política corrupta y el largo etcétera previsible. ¿El ambiente? Una Barcelona tensionada entre los altos y los bajos fondos, que cruza el realismo sucio del Carvalho de Vázquez Montalbán con el dibujo idealizado de ambientes salidos de un film de Bogart. Moquetas sucias, prostíbulos y bares infectos dan forma al arquetípico paisaje.

A Rosal se le conoce por otros proyectos: como actor oficiante de las maquetas filmadas de Agrupación Señor Serrano, y también como director y autor de textos inclasificables como 'Castroponce', en la frontera entre teatro y política. En su nueva obra aterrizan a nivel visual las fotografías de Noemí Elias, proyecciones con sustancia que no buscan en exceso la iconografía clásica detectivesca y que permiten airear el conjunto, y la dirección de Ferran Dordal, que sostiene con pulso el misterio y la tensión.

El espectáculo podrá disfrutarse hasta el día 19 de febrero con unas entradas cuyo precio oscila entre los 10 y los 20 euros.  

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