Fenómeno de taquilla
Así es MEGAN, la muñeca diabólica de las nuevas generaciones
Jason Blum y James Wan, figuras clave del entretenimiento de género, unen esfuerzos en una película que actualiza la idea del muñeco malo en el cine de terror
Desirée de Fez
Periodista y crítica de cine.
Las nuevas generaciones ya tienen su propio Chucky, o su propia Annabelle, por no echar la vista demasiado atrás en la larga tradición de muñecos malos en el cine de terror. El juguete de moda se llama MEGAN, es una muñeca sofisticada y dotada de inteligencia artificial, y parece destinada a conquistar la cartelera. Varias cosas juegan a favor del éxito de esta criatura creada por una ingeniera de una empresa de juguetes (Allison Williams) y adjudicada a su sobrina (Violet McGraw), una niña que acaba de perder a sus padres. Una, que el terror está de moda: es el género que salvó la taquilla año pasado. Y, aunque la película que protagoniza también se adentra en la ciencia ficción, MEGAN se la lleva con garbo y determinación hacia el horror: no es exactamente 'spoiler' explicar que esta muñeca no será un ser de luz durante toda la película. Otra, que MEGAN es puro carisma y puro 2023. He ahí uno de los grandes aciertos de la película, que lógicamente se llama igual que ella. Aunque el concepto del filme tiene algo muy de los 90, sus responsables han concebido una muñeca tecnológica y virtualmente conectada con el presente.
La amiga perfecta
Lejos de la rigidez, por lo menos inicial, de otros muñecos famosos del cine de terror, a años luz, por ejemplo, del juguete de ventrílocuo, MEGAN es un simulacro de humana perfecta y contemporánea. Una vez encendida y conectada a su dueña, es la amiga ideal o, mejor dicho, la idealización de una mejor amiga. Es una niña artificial atenta, cariñosa, comprensiva y con la cara de una niña normal embellecida con filtros de Snapchat. Y es capaz de contar cuentos, dibujar, tocar el piano canciones como 'Titanium' de David Guetta y Sia, y aprenderse una coreografía y ejecutarla a la perfección en el momento menos esperado. Este es el tercer elemento a favor de MEGAN, muñeca y película. Como sucedió con 'Smile' (2022), uno de los filmes de terror que arrasaron en taquilla a finales del año pasado, los responsables de la comunicación de 'MEGAN' han diseñado una campaña de márketing extraordinaria.
Para empezar, tuvieron la idea brillante de lanzar un tráiler que incluía parte de una escena en la que la muñeca ejecuta un baile. Resultado: una avalancha de vídeos de TikTok con chavales imitando la coreografía de MEGAN antes de ver la película. Y ya más cerca del estreno, también han seguido el modelo 'Smile' al invadir de forma orgánica eventos deportivos. Si parte de la promoción de aquella película consistió en situar estratégicamente entre el público de un partido de béisbol a personas estáticas con una sonrisa horrible en el rostro, un grupo de niñas disfrazadas como MEGAN se marcaba hace unos días una coreografía en la media parte de un partido del equipo de fútbol americano Los Angeles Chargers.
Blum y Wan
El propio Jason Blum, productor de la película y fundador de Blumhouse, una de las empresas que hay detrás de 'MEGAN', aparecía disfrazado como la muñeca, con una larga melena rubia y un vestido 'baby doll', en la fiesta de Halloween de la compañía. Esta anécdota divertida da pie a dejar claro que, así como otros éxitos recientes del cine de terror han sido más o menos inesperados ('Barbarian', 'Terrifier 2' o 'Smile'), 'MEGAN' ya parte de una suma de esfuerzos de infinito potencial.
La película está dirigida con oficio y elegancia por el desconocido Gerard Johnstone, responsable de 'Housebound' (2014), un filme con cierto culto en el circuito del terror. Pero surge de la colaboración entre Blumhouse y Atomic Monster, las compañías que lideran respectivamente dos figuras clave del género contemporáneo, Jason Blum y James Wan, de las que en noviembre 'The New York Times' apuntaba una posible fusión (aún en trámites) para crear "una enorme factoría de películas de terror". Con mentalidad empresarial, el primero ha producido con Blumhouse éxitos como 'Déjame salir' (2017), 'El hombre invisible' (2020) o la reciente 'Black phone' (2022). El segundo, de perfil más creativo, es director de, entre otras, las fundamentales 'Saw' (2003), 'Insidious' (2010) y 'Expediente Warren: The conjuring' (2013), y el productor de 'Annabelle' (2014).
'MEGAN' surge de una combinación perfecta: el olfato empresarial del primero (lo que no le ha eximido de unos cuantos fracasos) y el absoluto dominio del cine de género del segundo. Por eso hay en ella tanto buenas dosis de estrategia como de conocimiento del contexto (Megan es retro y ultramoderna al mismo tiempo), de los mecanismos y de las dinámicas del cine de terror, fantástico y de ciencia ficción. 'MEGAN' es sofisticada, efectiva y carismática. Por eso, muy mal se le tiene que dar a la muñeca de moda para no seducir a los espectadores con su baile siniestro.
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