Opinión | Periféricos y consumibles

Javier García Rodríguez

Javier García Rodríguez

Escritor y profesor de Literatura Comparada en la Universidad de Oviedo

2023: feliz daño nuevo y Reyes a la carta

Los Reyes Magos de Oriente, en versión Playmobil

Los Reyes Magos de Oriente, en versión Playmobil / Mònica Serra

Hoy es el día en el que le deseo feliz año nuevo a la masa lectora y escritora periférica y consumible. Y expreso mis votos por una fiesta de Reyes Magos o Epifanía repleta (que, la verdad, parece el nombre de una portera de zarzuela) de buenos regalos en forma de libros y liebres en vez de gatos. Esta es mi intención, pero el hombre prepara y dios dispara. Por eso esta es una de esas columnas que están hechas antes de hacerse: faena de aliño nuevo. La primera columna del año como para coger impulso y seguir cada quince días navegando entre la periferia de las vanidades y el consumo o la consumición.

Feliz año nuevo, pues, a quienes leen y a quienes escriben, porque de ellos será el reino de los celos. Lo sabemos muy bien Vargas y yo, S.A. Ni todo el oro del Perú justifica una resolución que nos hace vivir ahora mismo jornadas amargas, Llosa. El jefe y el cachorro ha sido repudiado por amargas diosas, abandonados como un perro en la ciudad. Se acabó la fiesta del chivo. En casa de Ferrero, bombones de palo. Ha comenzado la guerra del fin del mundo después de las travesuras de la niña mala: litumas o lo dejas.

En mi carta a los Reyes Magos he pedido felicidad para todos: lectores, escribidores y tías Julias. A todos, pero con cuidado. No sea que les pase como al hombre que murió por el síndrome del corazón feliz al celebrar la victoria de Argentina en el Mundial. Quizá demasiada felicidad sea contraproducente como se nos rompe el amor de tanto usarlo. Les deseo a todos ustedes, novelistas, que ganen el premio Planeta de los Nimios, el premio Nadar y Guardar la Ropa, el Premio Primavera Siempre a la Verita Tuya. Que ustedes, poetas, ganen el Loewe sobre Mojado, el Ciudad de Telilla Marinerilla, el Criterión. Que les seleccionen para el Premio Chigre Juan, el Centenil, el Bar Trasto de Novela. Que los dramaturgos vean sus dramas representados. A todos, a todas, a todes, ojalá que sus obras sean leídas, vendidas, reseñadas, blogueadas, tuiteadas, en suplementos vitamínicos, prospectos farmacéuticos, revistas y no vistas, plataformas online y blogs con más gloria que pena. Que los escritores noveles y las escritoras novelas adquieran notoriedad de la inocencia. Que los ensayistas hagan de su capa ensayo. Y que los lectores y las lectoras, ay las lectoras y los lectores, se vean recompensados con libros de género fluido, libros de interés variable, libros amargos, dulces, umamis. Para mí he pedido a los Magos de Oriente aprender a decir no, aprender a decir sí, aprender a decir quizás y libros con una capa de barquillo rellena con pasta de cacao y avellanas, recubierta por una capa de chocolate con avellanas trituradas y una avellana entera en el interior. Feliz 2023.

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