Balance del año

Lo mejor (y lo peor) en la música clásica de 2022 en diez claves

El Liceu estrena ‘La gata perduda’, donde han participado 1.000 vecinos del Raval

Daniel Barenboim se retira por una afección neurológica

Muere la mezzosoprano Teresa Berganza

Combo opera

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Pablo Meléndez-Haddad

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Lo mejor:

  1. El regreso a la total normalidad postpandémica de teatros y auditorios en toda España, los cuales han podido recuperar la programación y los aforos, volviendo a dar trabajo a centenares de profesionales del sector.
  2. La reconexión de una institución como el Gran Teatre del Liceu con su barrio, el Raval, a través de una ópera, ‘La gata perduda’, de Arnau Tordera, título que agotó las dos –muy escasas– funciones que se programaron.
  3. El sorprendente aluvión de batutas femeninas en los podios de orquestas sinfónicas y de teatros de ópera, con nombres tan destacados como los de Audrey Saint-Gil en el ‘Hamlet’ de la Ópera de Oviedo o Susanna Mälkki en ‘Il Trittico’ del Liceu. La OBC también se ha apuntado a la tendencia, con Marta Gardolińska como principal directora invitada del conjunto catalán.
  4. La presencia cada vez más consolidada de profesionales de la lírica en los teatros y festivales españoles (cantantes, orquestas, directores musicales y de escena, diseñadores, etc.), un carro del que tiraba desde siempre el Teatro de La Zarzuela de Madrid y al que este año que termina se han unido otros como el Teatro Real de Madrid y el Gran Teatre del Liceu. Esto incluye a cantantes en personajes protagonistas, no solo en roles secundarios.
  5. La consolidación del recambio generacional de directores de orquesta a nivel internacional, con el triunfo sostenido de nombres como los de Yannick Nézet-Séguin en la Metropolitan Opera House de Nueva York, de David Afkham en la Orquesta Nacional de España o el ascenso de nuevas figuras como el violonchelista y director finlandés Klaus Mäkelä, que ya ha dirigido algunas de las principales orquestas del mundo, o del islandés Bjarni Frimann Bjarnason, que acostumbra acompañar a Björj en su reciente gira.

Y lo peor:

  1. El cruel asesinato de Yuri Kerpatenko, director titular de la Orquesta Filarmónica de la ciudad de Jersón (Ucrania), a manos del ejército ruso por negarse a tocar para las tropas de ocupación.
  2. El fallecimiento de la legendaria mezzosoprano española Teresa Berganza el pasado mes de mayo, a los 89 años. Estrella de la lírica internacional, deja un amplio legado tanto en sus trabajos discográficos como en su labor de maestra de canto a la que se dedicó en sus últimos años.
  3. La falta de público en según qué convocatorias musicales y operísticas en esta época postpandémica. Hay algunos teatros y auditorios que no han podido dar con la clave para volver a contar con el apoyo del público en sus programaciones.
  4. El delicado estado de salud del gestor, pianista y director de orquesta Daniel Barenboim, que le obligó a retirarse de los escenarios y del podio y que renunció a dirigir la nueva ‘Tetralogía’ wagneriana en la Staatsoper Unter den Linden de Berlín.
  5. El concierto que celebró el 175º aniversario del Gran Teatre del Liceu de Barcelona, una fallida propuesta artística de la directora de escena Valentina Carrasco que no pudo contar con la voz que en un principio debía articular esta gala, la de la soprano rusa Anna Netrebko.

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